Tómalo o déjalo.- Capítulo 17

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Bien, primero que nada, bajen las antorchas y las escopetas.

Sí, no he subido como por tres semanas, pero tengo mis razones. Me han pasado cosas horribles, pero en fin, sé que eso no es lo que les interesa de verdad.

Les comento que ya no soy la misma. No esperen mucho de mí ahora. Además, mañana empiezo las putas clases, así que simplemente voy a actualizar cuando pueda y quiera. Saludos, Mak.

…………………………………..

Narra ____.-

Mi respiración se detuvo por unos instantes. No comprendía nada, y sabía perfectamente qué era lo que estaba sucediendo. Corría, ni siquiera pendiente de todo a mí alrededor. Ya nada importaba más que ella, más que Destiny. No sentía el firmamento bajo mis pies, era como si hasta mis sentidos estuvieran completamente drogados por aquella sustancia que nos hace perder la cordura: el miedo. Corrí hasta ella, hasta su cuerpo descansando en el frío pavimento, rogando a los dioses que se encontrara viva, y que aquella herida en su brazo no fuera una mordida.  Caí de bruces sobre mis rodillas y volteé a Destiny hacia mí. Me acerqué a su pecho y posé mi oído en él, temerosa por lo peor. Ella seguía con vida, podía sentir los débiles latidos de su pequeño corazón resonando en ella. Luego observé la herida, y me percaté que no era ninguna mordida, sino un balazo. La bala se había incrustado dolorosamente en el hueso, y la herida ya estaba infectada, cubierta de la tierra y cualquier otra mugre que el suelo le brindó. La sangre salía a borbotones, y mis lágrimas no tardaron en hacer lo mismo. Me saqué inmediatamente mi chaqueta, sin importar quedar casi a la intemperie en mi pequeña musculosa de tirantes. Cubrí la herida de la pequeña, aún absorta a todo mí alrededor. Procuré hacer un buen nudo con el pedazo de tela alrededor de su brazo, así podría para bien la hemorragia. Una vez hecho esto, cargué a Destiny en mis brazos para posteriormente correr bajo la protección de edificio más cercano. Lo demás no tardaron en con más heridos. A partir de aquí, todo fue una pesadilla hecha realidad….¿o la realidad hecha pesadilla? Uno de los heridos nos contó que fueron atacados por bandidos, por eso los disparos. No me sorprende, en realidad.

Tres días después.

Destiny seguía empeorando. La hemorragia aún no sanaba ni un poco, sin contar que la herida seguía infectándose sin parar. Estaba preocupada por ella, a tal punto de pensar de que si la pequeña no lo lograba, ya no me quedaría ninguna razón para seguir aquí. Tal vez esté exagerando, tal vez no, pero es que Destiny lo es todo para mí, es como mi rayo de esperanza, mi arcoíris después de toda tormenta. Pero esta tormenta lleva varios días aquí, y parece ser que se quedará mucho más.

En este momento, son las ocho de la noche, y lo sé porque encontré un viejo reloj de mano mientras saqueábamos un edificio. Nos encontrábamos rumbo a Cartersville, yo llevando a la pequeña a mis espaldas, a pesar del dolor y los calambres, la he llevado horas así bajo el sol, y ahora, bajo la brillante luz de la luna. Carl me ha apoyado todo este tiempo, ha sabido comprenderme y me ha dejado en paz cada vez que lo he necesitado. No he tenido tiempo de agradecerle todo lo que está haciendo por mí, pero supongo que él no necesita un gracias de mi parte sabiendo en la situación en la que me encuentro.

Las provisiones y municiones eran cada vez más escasas, y no hemos hallado más rastro de civilización más que una vía de un viejo ferrocarril. Últimamente, no he comido mucho, sino que he alimentado a Destiny como pude, ya que ella era mi más alta prioridad en estos momentos. Me inquietaba que ella aún no haya despertado, necesitaba hacerlo, sino corría demasiado riesgo. Por eso siempre utilizaba algo de mi agua para tratar de despertarla, pero nada servía. Nada estaba bien. Nos quedaban muchos días de viaje, y a Destiny le quedaban pocos si no encontrábamos los medicamentos necesarios. Las vendas improvisadas con nuestras ropas no eran de mucha ayuda, aún así, podíamos utilizarlas para algo. Carl rompió el silencio, sacándome de mis pensamientos.

-____¿Tienes hambre, o sed? No…no has comido en días, y en verdad que a mí me sobra.- dijo, mirando con tranquilidad a mis agotados ojos. Yo asentí lentamente, en verdad me hallaba débil físicamente como mental. Necesitaba energías. Él me regaló una pequeña sonrisa enternecedora, a la que yo respondí de igual manera. Sacó unas almendras de su bolsillo y, por más infantil y ridículo que suene, me las dio de comer en la boca, ya que mis brazos estaban ocupados sosteniendo el cuerpo de la niña sobre mi espalda. Mastiqué lentamente, para sentir cada partícula de sabor que inundaba mi paladar. Por más que comí una seis o siete, sentí como la energía me invadía poco a poco, revigorizando todo mi ser.

-Gracias…- le dije a mi chico, con una mirada un poco más viva.- por todo, Carl.- agregué.

Él volteó a verme nuevamente, esta vez con una sonrisa un poco más amplia.

-No necesito que me agradezcas, con que estés a mi lado en suficiente para mí.- se detuvo, por lo cual yo hice lo mismo, y acarició mi sucia mejilla con la yema de sus dedos. Pude sentir todo el cariño que él me brindaba con esa simple caricia, por lo cual sonreí.

-Debes descansar un poco…pásamela.- dijo él, colocando su mochila en su pecho. En una maniobra algo extraña, Destiny ya descansaba sobre sus hombros. Yo me estiré un poco para sentir algo de alivio en mis entumecidos músculos y volvimos para alcanzar a los demás, los cuales ya se habían adelantado bastante.

-____.- me llamó él, captando mi atención.

-¿Qué pasa?.- respondí.

-Quiera que sepas que siempre estaré para ti, no importa qué pase ni en qué situación estemos, quiero que confíes en mí siempre. Yo…en verdad que…me haces sentir tan vivo alrededor de tanta muerte…yo no quiero perderte, ____. Ni a ti, ni a Destiny…esto sonará estúpido o quizá cursi, pero siento que somos una familia. Tú eres mi linda esposa y ella nuestra adorable hija…por eso las protegeré a toda costa. Las amo demasiado a ambas…

Yo tenía un nudo en la garganta en este momento. Se me hacía algo extraño que alguien como él dijera esas palabras a alguien como yo…las palabras no lograban formase, y mis pensamientos estaban turbios en mi mente.

-Yo…te amo Carl. Gracias por todo lo que estás haciendo, en verdad…te lo agradezco tanto.- no, no iba a ponerme a llorar, pero aún así me costaba bastante pronunciar las palabras.- sobre de la familia…pues sí, suena algo cursi, pero me gusta.- ambos reímos un poco, la verdad que me hacía falta reír, ya casi ni conocía el significado de aquella palabra.

-Yo también te amo, ____.-hizo una pausa, como si estuviera pensando en qué decir a continuación. - ¿Recuerdas cuando nos conocimos? ¿Cuántos años teníamos, 13, 14? Haha…recuerdo la primera vez que te vi sin esa bandana…fue como un ¡BAM! Haha…sigues siendo igual de hermosa…y tu perro, ¿Cómo se llamaba?.-algo nostálgica, contesté, con un toque de diversión.

-Chester.-

-Sí, Ches. Fue odio a primera vista.- reí ante aquel comentario, mirándolo con diversión mientras caminábamos.- Y cuando pintamos la pared de tu cuarto…oh dios…

-¿Qué?.- pregunté, curiosa.-

-Te prometo que cuando todo esté mejor y se dé la oportunidad, iremos a tu antiguo barrio. Necesito ver esa pared otra vez.- sonreí ante sus palabras. A veces el podía ser tan…asdasdasdjksad.

-Y yo te prometo que pintaremos otra pared juntos, cuando se de la oportunidad.- contesté, con una amplia sonrisa dibujada en mi rostro. Él volteó a verme feliz, en verdad me gustaba verlo de esa manera.

-¡ALTO!.- logré escuchar un grito de mi tío desde adelante. Las linternas comenzaron a hacerse presentes, revelando algo increíble.

Un enorme tren descansaba en las vías, y tal vez, tendría la salvación para Destiny. Para mi hija. Para nuestra hija.

Tómalo o Déjalo.- (2° Temporada de Survive)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora