Tómalo o déjalo.- Capítulo 12

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Todos alrededor permanecieron en un profundo silencio, nerviosos de lo que probablemente pasaría a continuación. Carl seguía postrado en el suelo, junto al cuerpo sin vida de su antigua novia. ¿Yo? Yo estaba a punto de llorar. Me sentía increíblemente mal. Mi amiga había muerto, y yo tuve que terminar con su vida de manera definitiva, y créanme que no es algo de lo más lindo que pudiera pasarle a alguien. Carl parecía vacío, como si ya no perteneciera a este mundo. Su mirada no expresaba sentimiento alguno, y sus lagrimas indicaban a todos que claramente no estaba bien, aunque, ¿Quién lo estaría?  Se inclinó lentamente al cuerpo de Nina y lo abrazó entre audibles sollozos, como si ella aún pudiera sentir el calor de sus brazos rodeándola.

Mis brazos comenzaron a  temblar de una manera frenética, dejando caer mi distintivo arco al suelo, como si un terremoto acabara de derribar un gran edificio. Mi respiración pasó de ser normal y ser rápida y entrecortada, y sentí que todo a mí alrededor se borraba en un silencio peor que el anterior.  En mi campo visual sólo se encontraban Carl y Nina, o lo que quedaba de ella, y de un momento a otro, Carl se transformó en una versión más pequeña de mí, y mi amiga, en mi difunta madre. Yo sosteniendo el cuerpo de mi madre entre mis brazos, deseando que nada de eso hubiera pasado; deseando no haber tenido que matarla; deseando que este momento no hubiera pasado nunca. Era un recuerdo completamente horroroso del cual mi mente no me permitía escapar, me sentía atrapada en una jaula de momentos de mi pasado que decididamente  no quería recordar. El alrededor de aquella escena pasó de ser las afueras del bosque en donde estaba, a ser los antiguos muros de la sala de mi vieja casa, aquella en donde pasé de ser una niña a una sobreviviente. Cada vez la escena se tornaba más real, haciendo que me desesperara más y más. Las lágrimas no tardaron en salir como un reflejo obvio.

Hacía bastante tiempo que no pensaba sobre mi mamá, y verla así de repente me destrozaba el alma en pedazos, haciendo que perdiera toda confianza existente en mi cabeza. Caí de rodillas al piso y, como si el impacto de mis piernas contra el suelo fuera un botón de apagado, todo volvió a la normalidad, con Carl y Nina, en el denso bosque. Observé que mi tío finalmente había aparecido, algo tarde para mi gusto. Todo seguía en silencio. Todo seguía igual, solo que esta vez, Carl y yo éramos más iguales que nunca.

~Dos semanas después~

Finalmente, decidimos dirigirnos hacia Woodstock. Los argumentos de Jeff, ahora más serio que nunca, les daban esperanza a todo el grupo, y la esperanza era algo que sencillamente no podíamos perder en estos últimos días.

Enterramos a Nina en la cima de una colina, con una cruz de madera algo improvisada como tumba, todo a petición de Carl. Ella tuvo un funeral decente, donde yo también dediqué algunas últimas palabras en su nombre, obviamente sin olvidar llorar. Carl nos agradeció por aquel detalle, y luego no volvió a hablar con nadie. Se había aislado de todo el grupo, pero no nos había abandonado por completo. Ignoraba cualquier intento de charla amistosa que los demás entablaran con él, y él tampoco hablaba con nadie. Y podía perdonar aquellas acciones después de lo que pasó, pero realmente ya comenzaba a preocuparme seriamente por él. No sé si sería lo correcto preocuparte por una persona que intentó matarte, pero definitivamente sé que preocuparte por la persona que te alegró, que te hizo sentir feliz en tus peores días definitivamente no estaba de más.

Nos encontrábamos en camino hacia un pequeño pueblo, si los viejos mapas que rescatamos del incendio de la biblioteca estaban en lo cierto. Ya no nos quedaba mucha comida, por lo cual necesitamos encontrar provisiones de manera urgente y rápida, y teníamos fe en que aquel pequeño pueblecillo nos ayudara a resolver aquella situación. El único problema, por más raro que suene, era el calor. Llevábamos horas caminando bajo el abrumante sol sobre la carretera, sin siquiera una sombra a nuestra disposición. Tampoco podíamos despojarnos de las prendas de manga larga, ya que lo último que necesitábamos era que nos insoláramos. Nuestros recursos de agua se hallaban escasos, por lo que la caminata se hacía más agobiante, al menos hasta que caía la noche, que era como nuestra salvación, trayendo su brisa fresca y reconfortante, aquella brisa típica de las noches de verano.

Tómalo o Déjalo.- (2° Temporada de Survive)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora