Narra Daryl.-
Definitivamente nada referido a Carl me da confianza. Siento que en cualquier momento desenfundará su pistolita y nos meterá un tiro entre cejas a cada uno de los integrantes de mi antiguo grupo. Lamentablemente, no me queda otra que seguir sin hacer nada, al menos por ahora.
Definitivamente tampoco me agrada en absoluto el hecho de que él me de órdenes a mí, como si fuera un maldito niño pequeño. Seguro ni recuerda las veces que le eh salvado la vida cuando tenía doce o trece años. Es un idiota de primera, pero lo sorprendente es que los que mejor sobreviven aquí son los idiotas, y por más que me cueste creerlo, es la pura verdad.
Tal vez yo sea un idiota, pero trato de no demostrarlo demasiado.
A veces recuerdo a mi hermano, a Merle. Cada vez que una imagen suya entra en mi cabeza, no se que es más fuerte, las náuseas y la nostalgia. Recuerdo cuando éramos pequeños y jugábamos a los piratas, el maldito siempre me hacía caminar por la plancha, que no era más que una tabla de planchar vieja, y siempre me obligaba a saltar y hacerme pedazos contra el piso, y de todas formas yo me divertía. Es fuerte pensar que esa diversión terminó….hace demasiado tiempo..
Narra ____.-
No encontraba otra forma de desquitarme con el mundo más que destruyéndolo más de lo que está hasta ahora. Destruyendo la poca naturaleza que le quedaba. El hacha se clavaba con fuerza una y otra y otra vez en el tronco del roble, casi con tanta furia como la que tenía dentro. Cada golpe me hacía imaginarme a mí cortando cada parte del cuerpo de Carl. Y se sentía tan bien. Era algo productivo, porque además de recolectar leña para mantenernos resguardados del frio en el refugio, descargaba toda mi furia sin lastimar a nadie.
Cierto odio hacia Carl comenzaba a crecer dentro de mí, como una pequeña brecha de fuego en mi interior. La brecha ardía firmemente no parecía que fuera a apagarse ni con el huracán más fuerte.
Se suponía que se sentiría feliz de volver a verme. Se suponía que me abrazaría fuerte. Se suponía que todo sería distinto. Pero no lo fue. Maldita sea. Lo odio. Lo odio demasiado. En las dos semanas que hemos pasado en la biblioteca, ya me eh imaginado levantándome mientras todos dormían y clavándole una flecha en la cabeza a ese idiota. A ese maldito idiota.
Esa pequeña brecha de fuego dentro de mí se alimentaba de dos cosas. Odio y dolor; y tenía la sensación de que, mientras más odio y dolor me causara Carl, más grande se haría esa brecha, y poco a poco me consumiría por completo.
Tal vez también se alimentase de miedo.
Un fuerte trueno me hizo ponerme alerta. Di dos últimos hachazos al árbol y este, luego de crujir por unos segundos, como si estuviera indeciso de caer o quedarse parado, se estrelló con el suelo como un regalo que cayó del cielo. Había dado mi estocada final, y el árbol había caído a mis pies, él ya se había rendido.
Corté el árbol en pequeños leños y llamé a algunas personas para que me ayudaran a llevarlos dentro. Mientras cargaba el pequeño leño en mis brazos y me dirigía a la biblioteca, logré ver a Carl charlando con Nina. Para ser honesta, la chica me caía bastante bien. Siempre me ayudaba en todo lo que podía y era buena amiga, al menos hasta que Carl empezó a distanciarnos. Parece que el muchacho tiene miedo de que le cuente sobre nuestro pasado. Idiota.
Entré y me encontré con mi pequeña, que estaba coloreando un libro. Me daba mucha ternura que, en medio de un apocalipsis zombie, la una preocupación de la pequeña era no salirse de las líneas. Se notaba que estaba muy concentrada en ello, así que preferí dejarla terminar su trabajo.
Me dirigí al centro del lugar, donde ya habíamos apartado todo lo que estorbara para hacer una fogata que nos calentara durante la noche. Todo siempre era mejor con el menor frío posible.
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Tómalo o Déjalo.- (2° Temporada de Survive)
FanfictionVivir o morir. Esa es la cuestión.