Un profundo silencio inundaba las calles desiertas, mientras que el nublado cielo no llegaba a iluminar todos los rincones.
El pueblo abandonado era puro silencio, incluso podía decirse que parecía uno de esos pueblos fantasmas.
Dos fuertes disparos se escucharon salir de la vieja fábrica de zapatos, la cual estaba rodeada de aquellas bestias que serían la pesadilla de cualquiera.
Los disparos retumbaron por el lugar, espantando y haciendo que chillaran varias aves que se posaban tranquilamente en los cables de los postes de luz.
Cualquiera pensaría que este es el fin, que hasta aquí llegó la historia.
Pero, lo que nadie se imaginó es que, los milagros realmente existen, y se hicieron bastante presentes estos últimos días.....
-Esta no será la última vez que te vea!.- logró gritar, aléjandose rápidamente del lugar.-
-Claro que no!.- gritó también, mientras corría desesperadamente intentando alejarse de allí.-
Los dos dieron una última mirada atrás, mientras se dirigían en distintas direcciones sobre aquellas viejas vías del tren.
Aquellas fueron las últimas palabras que ambos se dirigieron, sabiendo y lamentando que nunca se volverían a verse.....
~5 años después~
Narra DARYL.-
- Papi, cuéntame otra vez la historia ¡Porfa!.- exclamó la pequeña, mientras yo la miraba con ternura.-
-Lo siento pequeña, pero estoy muy cansado.- dije. Realmente no estaba cansado, sólo me entristecía bastante narrar aquella historia que tanto le emocionaba a ella.-
-Ohh....bueno...al menos....¿podrías decirme cómo era ella?.- preguntó inocentemente. No pude negarme.-
-Bueno....ella era muy valiente y decidida, creería que no le temía a nada.- dije intentando que la depresión no cayera sobre mí.-
-Ahh....¿y era linda?.- volvió a preguntar con una pequeña sonrisa, que mostraba sus dientes, y el par de ventanitas que se veían en ellos.-
-Ella era preciosa, recuerdo sus hermosos ojos café, cómo los de su madre, y su cabellera negra y brillante....ella era realmente bonita...-dije ya con la voz un poco quebrada. No podía creer que ya hubieran pasado tantos años.-
-Lamento que haya pasado eso papi....- dijo la pequeña, abrazándome fuertemente por la cintura, mientras yo estaba recostado mirando las estrellas.-
-Yo igual pequeña...- dije y le correspondí aquel abrazo.- bueno, ya está por amanecer, debemos partir.- agregué cambiando el tema.-
-Oki.- dijo tan dulce como siempre.-
Partimos nuevamente. El sol aún no salía, dejando que la poca luz de la luna y sus fieles compañeras las estrellas alumbraran nuestro camino por aquellas vías del tren.
El tiempo pasó, y el sol salió en un precioso amanecer, como para hacer un mural de él........
-Papi! mira! hay una casa! sale humo de la chimenea!.- chilló la niña, mientras apuntaba con su pequeño dedito hacia el frente.-
-Vamos.- le dije con una sonrisa.- tal vez encontremos a alguien que pudiera ayudarnos.- agregué posteriormente. Nos quedaba poca comida y el frío no estaba de nuestro lado. Al menos, los caminantes están más lentos en esta época del año, y eso es lo único bueno ahora.-
Seguimos nuestro camino hacia aquella particular casa. Mientras más me acercaba, más alerta me ponía.
Ahora sólo estábamos a tan sólo unos pocos metros del lugar.-