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-¿Qué? ¿Por qué?

-mi presidente, tiene que quedarse para estar atento de la producción y bueno, yo tendré que ir con Marcela.

-Agh...¿y qué le digo a Marcela?

-La verdad.

Ambos se tomaron de las manos entrelazando sus dedos viéndose con algo de tristeza. 

-Gracias ¿y me vas a ayudar con un par de tarjetas para Betty?

El castaño solo soltó un suspiro de resignación asintiendo lentamente.

-Mira tú sabes lo que pienso de eso, pero si, yo sé que Betty en la palma de su mano se traduce al control de la empresa,  así que va a ser solo por esta ves ¿okay? 

-A veces creo que tienes algo de piedad por Betty, digo, tú corazón no es tan pequeño como parece.

-No es por ella, es por la empresa, mi corazoncito solo tiene lugar para mí, obviamente, tú mi amor, claro está y el dinero además no es que esté pequeño, solo está bien distribuido.

Aseguró orgulloso mientras Armando lo veía tratando de fingir sorpresa ya que en el fondo sabía que era verdad por insensible que sonará.

-Aunque me halaga, a la vez no lo entiendo bien ¿cómo es que sabes que soy un canalla y aún me dices eso?

-Pues que estoy seguro que tú no solo eres eso, sé que...muy en el fondo de ese galán macho y neurótico hay un hombre sensible, cariñoso, algo torpe, que solo quiere ser reconocido, aceptado y querido tal cual es.

-Mario, en serio no te merezco.

El azabache lo decía enserio, esas palabras de su novio sin dudas describían de la forma más sencilla de lo que realmente era.

-Claro que si, eres mi media naranja, mi alma gemela, yo soy el Yang y tú mi Yin, el otro extremo de mi hilo rojo, ¿entiendes?

El menor realmente asintió aunque sea mentira ya que no pudo evitar pensar en una de esas frases de forma muy literal.

-Amm si, pero ¿por qué una media naranja? digo, ese no es un color fácil de combinar, digamos yo solo tengo de color negro.

-JJAJAJJAJ ay Armando eres único.

El día del viaje antes de irse Mario le advirtió a Sandra que nadie además de Armando podía tomar el paquete que había dejado en su oficina ya que la carta junto a los detalles podrían ser mortales para ambos,así que apenas llegó al hotel marcó el teléfono de Ecomoda

-¿Aló? ¿Betty?

-S-si doctor..

-Betty, hagame un favor y me pasa a Armando porfavor.

-si doctor.

Mario no lo notó pero Betty intentaba con todas sus fuerzas no volver a romperse en llanto en ese momento, esa carta la había lastimado.

Betty le pasó la llamada a su jefe y este ultimo contesto sin saber que la mujer estaba pendiente de lo que decía.

En la llamada

-Mi amor ¿cómo te fue?

-Bien, estoy cansado pero bien.

Respondió el castaño sonriendo solo por escuchar su voz.

-Me imagino, te voy a extrañar.

-Mi vida, solo son tres días.

-Yo sé, solo que me siento seguro contigo a mi lado.

Si, a lo mejor Armando tenía un ligero problema de apego.

-Mira no te me pongas así porque me devuelvo ya mismo para Bogotá.

¿Enamorados?[ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora