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Narra Armando

Al siguiente día llegué con unas gafas oscuras gracias al dolor de cabeza y claro, de muy mal humor.

-¡Sandra!

-¿S-si doctor?

-¿Ya llegó Patricia?

-No Doctor.

-Hablando del rey de Roma

La peliteñida apareció antes mis ojos tan calmada, como si no hubiera llegado veinte minutos tarde.

-Buenos días, Armando.

-Patricia, ¿qué son estas horas de llegar? ¿¡Ah!? ¡¿será que es muy difícil llegar a tiempo!?

La peliteñida solo retrocedía negando con la cabeza y yo solo tengo ganas de agarrarla de las mechas y hecharla, de un momento a otro llegó Mario y se puso en frente mío tomándome de los hombros

-Oolee, tío pero calmemonos ¿si?

-¡NO moleste, Calderón!

En ese momento me soltó y yo me fuí directo a mi oficina, me lancé al sofá y sostuve con fuerza mi pelota antiestres.

¡Eso! ¿¡Defienda a la novia no!?
Bueno...yo mismo le dije que se le acercará a ese mupet
Soy un idiota, hasta le grité.

Me quité las gafas y puse mis manos en mi cara mientras suspiraba, levanté la mirada cuando escuché la puerta abrirse.

-Por favor no me vuelva a gritar así.

Era Mario quién al segundo ya estaba sentado a mi lado.

-Esta colección fracasó, Calderón.

-¿Por eso está así? Pues hombre eso lo podemos superar, lo mejor no de una manera fácil pero si se puede pero ¿por casualidad hay algo más?

-am, el matrimonio.

Respondí cansado bufando.

-Hermano...porque no, Cancela..osea...no se case.

Eso no lo esperaba.

En silencio solo abrí los ojos en grande por ese comentario, tengo muchas preguntas pero solo pude artícular un sonido como de pregunta.

-¿Eh??

-Pues si, usted no ama a Marcela yy pues sinceramente yo no soportaría verlo casado.

-¿E-enserio??

En ese momento tuve un aire de esperanza.
tal vez Mario...
¿podía también sentir algo por mí? ¿O solo son ilusiones mías?

-Pues si, ya no podría escaparse conmigo y creo que nos separaríamos y realmente no quiero perder a mí amigo.

Solo eso, bueno creo que no me puedo crear más ilusiones tontas.

-¿Sabe qué Calderón? creo que estoy a tiempo de cancelar esta locura, gracias.

Solo con esas palabras mi día tomó un giro de 180 grados todo es mejor gracias a él, es como una fantasía, una que se va a quedar congelada o en simples sueños porque claro, Calderón ¿cómo me podría querer de la forma que yo lo quiero?, simplemente imposible.

Ya era hora de salir de Ecomoda y tuve que presionar a Betty para el informe de la junta de mañana y salí de ahí para el apartamento de Marcela, iba directo a decirle que está farsa se terminó.

Pero cuando llegué ella estaba ahí en la sala con una copa de vino en mano mirándome desafiante con un sobre en la otra mano.

-Hola Armando, ven siéntate.

¿Enamorados?[ArMario]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora