𝐆𝐢𝐯𝐞 𝐦𝐞 𝐰𝐢𝐧𝐠𝐬 𝐭𝐨 𝐟𝐥𝐲 - (𝐑𝐮𝐬𝐡𝐞𝐫 𝐊𝐢𝐧𝐠)

Cap 19 - Never say never

~22 de noviembre – 2019~ (16:00 p.m.)

-¿¡¡Mi hijo va a venir?!! –alza la voz con un toque de emoción.

-Algo parecido, va a dar un concierto aquí y dijo que capaz se pasaba a visitarte, ya que solo se queda 3 días, que son las fechas de los shows –le digo con media sonrisa en la cara. Todavía me siento triste por lo sucedido ayer. No tenía otra opción, me repito reiteradas veces en mi cabeza.

-Ay dios, mi hijo va a venir y me va ver como una chimultrufia. –Empieza a buscar en su cartera, saca un kit de maquillaje, y se vuelve a sentar en la cama. –Acercame la mesita que no quiero manchar la cama –le acerco la mesita y coloca todos sus maquillajes. La veía muy emocionada. Siempre que su hijo la visitaba le subía la energía al 100% y sonreía durante todo el día, como si de una niña se tratara. Me alegraba verla así, la ausencia de Rusher le chocaba muy fuerte a ella, y sumándole la enfermedad, no tener a su hijo al lado solo hacía que dejara de luchar. Pero, cuando de su hijo se trataba, ella parecía florecer debajo de la tierra y brillar como nadie. Parecía ella... una mujer feliz, y vivaz.

-Pero, bueno... bueno... ¿Quién es el príncipe que viene a rescatar a la reina? –entra la doctora encargada del tratamiento de Catalina, y nos sonríe a las dos.

-Viene mi hijo Rusher, es un encanto total, el más lindo de todos –le dice mientras se coloca rubor en las mejillas –Debo estar linda para cuando mi hijo venga –Se coloca el labial.

-Me imagino... estas quedando muy bonita como siempre, te iba a decir que realices el tratamiento hoy pero al parecer te veo muy emocionada por la llegada de tu hijo que decidí postergarlo para mañana, ¿Qué te parece? –dice la doctora.

-Siiii!! Esas pastillas me hacen dar mucho sueño, y yo lo que soy ahora es muy enérgica, asique, se lo agradezco Doctora, de verdad, gracias -le da la mano agradeciéndole con total sinceridad, la doctora le sonríe y se va de la habitación.

-Bien, ya estoy lista, ¿Cuándo dices que vendrá? –me pregunta mientras se acomoda en la camilla. Su apariencia era totalmente lo contrario a lo de una persona enferma. Parecía que en su piel la sangre fluía libremente, los labios ya no estaban tan pálidos, ahora tenían un tono rosita pastel, su cabello era castaño claro lacio con algunos bucles en sus puntas. Y aunque vestía una bata blanca de hospital, brillaba, cual Ángel caída del cielo.

-No me dijo la hora exacta. Sé que el show es a las 18.00 p.m. asique, me supongo que vendrá a la noche... -le digo.

-¿Supones? –baja la mirada triste. –O sea, ¿Qué no es seguro? –me mira a los ojos apenada.

-No, no es seguro. –bajo la mirada. No, María, no tienes que bajar la cabeza. Tienes que apoyarla. ---Pero, vos tranquila, ayer le hable y tenía muchas ganas de verte. Vendrá, te lo prometo –le digo acariciándole la mano con una sonrisa.

Esa vez me prometí que nunca haría promesas.

(22:00 p.m.)

-¿Cuánto dura un concierto?

-2 horas aproximadamente, depende...

-¿Queda muy lejos el teatro del hospital?

-Unos 3Km de distancia quizás

-¿Le mandaste mensaje?

-Si

-¿Qué te respondió?

-Lo último que me dijo fue "Debo ensayar para el show, después nos vemos"

-¿Vendrá? O... ¿solo mintió? –lo dijo tan triste que se me partió el corazón. Me pare decidida a llamarlo.

-Lo voy a llamar. –me fui al pasillo a marcar su número de teléfono.

1 pitido...

2 pitidos...

3 pitidos...

-¿Hola? ¿Quién habla? –responde un hombre de unos 35 años.

-Hola, soy María, la madrina de Rusher, ¿él se encuentra por ahí? –le pregunto.

-Ah, yo soy Ricky, el manager, él se encuentra... -se escuchan sonido de fiesta. Música alta y copas rechinando. -¿Quiere dejarle un mensaje? –se escuchan risas de fondo y la voz de Rusher bajito, ¿Quién es Rickyyy? Se lo escuchaba muy borracho. "es María, dice ser tu madrina", a lo que Rusher le contesta "Ah córtale, luego la llamaré". "BESO DE TREEEEEEEEEEEEEEES" se escucha una chica gritando, y la llamada se corta. Me volteo, y me espanto, tenía a Catalina demacrada con lágrimas negras a causa del rímel en sus pestañas.

-Mi hijo se olvido de mi... –se da la vuelta y camina hacia el baño donde empieza a desmaquillarse con brusquedad. Tira los papeles al piso del baño mientras solloza fuertemente. Camino hacia ella y la abrazo, dejando que moje mi hombro con sus lágrimas. Luego, la acurruco en la camilla y la dejo descansar.

~ 23 de noviembre - Catamarca ~

El sol alumbra la habitación, me tape la cara por la luz intensa de esta, Catalina estaba abrazando una almohada y aun no despertaba. Me levanto, reviso mis mensajes, y nada. ¿Cómo se atreve a hacerle eso a su propia madre? Me quejo en lo bajito para no despertar a Cata. Voy a la cafetería donde iba a comprar el desayuno.

-Gracias –le entrego el dinero al hombre y agarro la bandeja con la comida. A lo lejos veo a Rusher entrando por la puerta principal del hospital. Su pelo estaba desordenado, y tenía unas fachas desaliñadas, al parecer tenía su pijama puesto debajo de un camperon. No pude evitar largar una risa que llego a sus oídos. Al oírme, se acercó y me saludo, me ayudo a sostener la bandeja de Cata y juntos nos dirigimos a la habitación.

Su cama estaba vacía, no había nadie en el interior del cuarto, salvo el gran poster de Rusher que yacía en la pared frente a la camilla.

-Mm, ¿dónde está? –pregunta Rusher. Yo estaba igual de confundida, su estado no es lo más fitness que podría haber, no debería estar tan lejos. Me volteo a la puerta que da al pasillo, y allí la veo estaba parada atrás de su hijo.

-Detrás de ti –le dijo. Rusher pego un saltito y se rio, quiso abrazarla pero ella fue directamente a la camilla.

-¿Madre? ¿Qué pasa? –se acomoda en una sillita y se acerca a ella.

-¿Todavía lo preguntas? Ayer dijiste que ibas a venir a visitarme y no viniste –lo miró con enojo- Me quede como una estúpida esperándote –se cruza de brazos y mira hacia la ventana. Efectivamente, estaba muy furiosa.

-Viejitaaa, perdonameee –se acerca y la abraza atrayéndola a su pecho- unos extraterrestres me obligaron a beber e ir de joda con ellos –le dice. Ella sonríe un poco aun ignorándolo.

-Pudiste haberte negado –le dice mirándolo serio. Rusher responde cabizbajo y haciendo un puchero. Ella se enternece –La próxima no te lo perdono- y le pellizca la barriga, el responde con un poco de dolor y luego se ríe. Miro la escena feliz de que se hayan amigado y salgo de la habitación. Dejándolos con su guerra de cosquillas.

Pasaron 4 horas y rusher aún seguía aquí, los vi por la ventana del 2do piso. Estaban en el campo principal del hospital, ella sobre la silla de ruedas, y el detrás empujándola. Estaban hablando y riendo de quien sabe qué.

-Ay cata, ojala todos los días de tu vida fueran como el de hoy –tomo un sorbo de café y dejo el sitio.

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Estúpido Rusher King >:

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