𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

44.1K 863 308
                                    

𝟎𝟖 / 𝐉𝐮𝐧𝐢𝐨 / 𝟐𝟎𝟐𝟏

Suspiro una vez más escuchando como el politono de mi teléfono hace eco por las paredes blancas de mi habitación. Agarro el dichoso aparato dispuesta a acabar con la tortura que es escucharlo no sin antes saber de quien se trata. No puedo parar a mirar la hora antes. 7:30 am. ¿Quién es el enfermo que llama a esta hora? Veo el nombre de mi mejor amiga iluminar la pantalla cosa que me parece bastante raro y no por el hecho de que me llame sino de que lo haga a esta hora. Pulso el botón verde para escuchar la voz de la chica segundos después. Dejo el móvil sobre mi oreja tallándome con cierta molestia los ojos.

- Buenos días, Amber, soy Luis Enrique espero no haberte levantado- Me incorporo un poco a causa de la preocupación. Que me llame su padre desde su número es porque algo no va bien.

- No pasa nada.- Le resto importancia.-¿Sira, está bien?- Pregunto buscándole un sentido a la llamada tan temprana como repentina de su parte.

-Si no te preocupes. Hace poco me cambie de teléfono y he perdido tu número- Dejo que el aire que había estado reteniendo en mis pulmones consiga libertad fuera de mi cuerpo.-Te llamo porque necesito tu ayuda; ¿Estás en España?- Me miro en el espejo viendo lo alborotada que esta mi melena rubia.

-Si volví hace una semana de Estados Unidos- Explico entre bostezos.- ¿En qué puedo servirte?- Presa de la intriga termino preguntando.

-Em...-Comienza, pero termina por callarse.- Ven mejor a la ciudad deportiva de Las Rozas y te lo explico porque por teléfono va a ser un poco difícil.- Asiento mientras me preparo un café hasta que recuerdo que no me está viendo.

-Vale, dame media hora y voy. Por cierto, dale muchos besos a los chicos y a Elena de mi parte.- Aviso antes de colgar.

Dejo el móvil sobre la encimera saliendo a la terraza. Las hermosas calles de Madrid apenas iluminadas con algunos rayos de sol me acogen de nuevo. Sonrío mirando mi ciudad dándome cuenta de lo muchísimo que la había echado de menos. Desde que me fui a Estados Unidos a estudiar no había podido tener ningún momento de tranquilidad como este, las calles de Nueva York no son especialmente tranquilas por lo que la oportunidad de sentarme a observar las vistas entre el silencio y el piar de los pájaros nunca se me había presentado en la gran manzana.

Mi momento de gloria finaliza cuando en la taza de Harry Potter ya no queda ni rastro del café que minutos atrás me había preparado. Antes de irme dejo la cocina un poco decente y paso a darme una ducha rápida. Unas mallas negras con un top blanco y una sudadera beige son mi elección final. Algo sencillo y cómodo para lo que parece ser un día largo. Agarro un bolso blanco que me regalo Pacho, el hijo de Luis Enrique por mi último cumpleaños y meto lo necesario en él. Bajo al garaje donde mi coche descansa. Pongo la llave en el contacto haciendo rugir el motor de mi Range Rover negro dejando mi casa atrás.

Veinte minutos exactos son los que separan mi hogar de la ciudad deportiva por lo que el camino se me hace relativamente corto. Al llegar a la entrada bajo la ventanilla para identificarme.

- Buenos días soy Amber Hidalgo Mendoza. Luis Enrique el entrenador de la absoluta ha solicitado mi asistencia- Explico acompañándolo con una sonrisa amigable. El hombre responde de la misma manera.

-Puede pasar joven- Avisa abriendo los tornos.- Que tengas buen día- Pronuncio un "igualmente" para conducir hacia el aparcamiento.

Estaciono el coche en el primer sitio que encuentro y camino hacía secretaría. Escribo un mensaje al "Mister" para que me indique por donde tengo que ir. Responde a los segundos con un sencillo "Espérame en la recepción". Hago lo que me indica y aprovechando que estoy sola hablo con Sira que me deja claro que no tiene ni la más mínima idea de porque su padre requiere mi ayuda. Levanto la mirada de la pantalla cuando un Luis Enrique muy sonriente camina en mi dirección. Con su característica efusividad me abraza con fuerza a su cuerpo. Llevamos mas de un año sin vernos cuando decidí venir a visitar a mis hermanos en mi cumpleaños.

𝐋𝐈𝐌𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 // 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈 𝐆𝐎𝐍𝐙𝐀𝐋𝐄𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora