𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 67

7.4K 325 65
                                    

24/Diciembre/2022

Siento que todo a mi alrededor se paraliza, el tiempo pasa a cámara lenta, nadie sabe como reaccionar pero mi grito les ayuda a empezar a moverse.

- ¿Qué hago?- Pregunta Pedri nervioso como un flan.

- No te muevas de su lado, ya nos encargamos nosotros del resto- Indica Pau corriendo hacía mi habitación.

Otra contracción, no son muy seguidas como para dar a luz pero a estas alturas son lo suficientemente significativas por la presión que me están ejerciendo.

- ¡JODER!- Me agarró la parte baja-Vámonos ya, por favor- Le suplico al canario ya que estos minutos se me están haciendo una eternidad.

- Lo siento, amor- Deja un beso en mi frente- Definitivamente, tengo que sacarme el carnet de conducir- Sonrió por la conclusión a la que ha llegado.

- No estaría MAL- Otra más.

- ¿PODEMOS IRNOS?- Grita Pedri- CONSEGUIREIS QUE ROMPA MI MANO.

- Para jugar a fútbol no te hace falta- Llega Chenoa con una de las bolsas con él nombre de "París" bordado.

- Ya, pero lleva toda la vida conmigo y aprecio su compañía.- Niego retorciendome de dolor.

- Voy a parir- Recuerdo señalando el charco de agua en el suelo.

Como puedo llegó hasta nuestro coche donde Fer coloca las últimas toallas en los asientos, me subo con la ayuda de mi suegro, aprieto la mano de Pedri con fuerza mientras un par de lágrimas amenazan con salir.

- ¡Os seguimos!- Escuchó gritar a Pau.

- Ahhh- Me retuerzo en el asiento rota en llanto.

- Perdoname Amber, después de París si no quieres, no tendremos más.- Deja suaves caricias en mi pelo.

- ¡Y una mierda!, tu querías niña y AQUI la tienes, ahora me tienes que hacer un NIÑO- Aprieto un trozo de toalla.

- Al final, te van a terminar gustando los niños- Opina María desde el copiloto.

- A mi el único niño que me gusta, es Pedri- Frunce el ceño pero consigo reírme un poco.

{...}

Llegamos al hospital donde rápidamente me meten a una sala donde solo puede estar el padre, pese al dolor estoy feliz, relajada y tranquila, se que mi hija está bien, está preparada para lo que tiene que hacer, se que está dispuesta pero un imprevisto en el primer chequeo hace saltar las alarmas.

- Hay que moverla, viene de culo- Avisa la matrona, miró a Pedri asustada.

- Tranquila, todo va a salir bien, tu eres fuerte y ella también- Deja un beso en mi sien tranquilizandome.

Tras un rato moviendome, y con ayuda externa consiguen recolocarla dejando un gran alivio en mi cuerpo, la poca dilatación que tengo nos hace esperar.

Hace más de media hora que estoy en planta, mis seres queridos tranquilizan a Pedri que esta incluso más nervioso que yo, parece que va a parir él. En estos momentos es en los que me hace falta mis padres; Raquel diciéndome que todo va a ir bien, Ares contandome mil experiencias de partos y mis hermanas correteando por cada esquina de esta blanca habitación.

Sin poder evitarlo, suelto alguna que otra lágrima recordando algo que jamás va a volver a pasar.

Los chistes de Morata me hacen olvidarme un poco del dolor aunque a veces es imposible ignorar las quejas de mi vientre.

Las contracciones empiezan a ser más seguidas por los que sin muchos rodeos pido la epidural, respeto a las mujeres que no la necesitan porque verdaderamente es un dolor que no tiene comparación con ningún otro, "París se está haciendo de rogar" escuchó por la habitación.

𝐋𝐈𝐌𝐄𝐑𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 // 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈 𝐆𝐎𝐍𝐙𝐀𝐋𝐄𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora