Primera Parte: Dulce.

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Capítulo I.

La ventisca suave producida por la brisa se colaba por su sedoso cabello, el olor de la vegetación que rodeaba la carretera se colaba por su nariz haciéndola levantar con gusto y centrar su vista en todo lo verde a su alrededor.

El auto se movía a pasos cautelosos por el camino algo dañado, lo que le daba a Jisung ventaja de analizar los alrededores... Pero ya estaba algo harto.

Cerrando la ventana que le permitía ver al exterior, preguntó:

—¿Cuánto falta?

Su madre omega lo miró por el retrovisor.

—Lo que tenga que faltar —Respondió Irene.

Su otra madre, Seulgi, echó una ligera risa.

—Ya casi llegamos, Jisungie. —Miró la hora en su teléfono—. En unos siete minutos llegamos.

El alfa chasqueó la lengua y suspiró.

Claro que adoraba a sus abuelos pero el camino a su pueblo era excesivamente largo —Para él—, y no tenía la mejor paciencia del mundo.

—La espera es aburrida —Se quejó.

—No es mi problema —Respondió la omega, Irene.

—¿Y que vamos a hacer allá? —Indagó para hacer conversación.

—Visitar a los abuelos —Respondió Seulgi con la vista en el teléfono.

—¿Por qué tan pronto? Los visitamos hace menos de un mes.

—Es una ocasión especial, ¿Qué crees? Pon tu alfa a pensar, ningún omega o beta quiere un inútil —Declaró Irene.

A la mente de Jisung solo llegaron dos conclusiones:

1. Era el cumpleaños de uno de sus abuelos.

2. Un evento especial.

—Los abuelos ya cumplieron años... —Murmuró para sí mismo— ¿Qué planean?

La omega suspiró.

—Los mejores amigos de mamá y papá, los Zhong, volvieron de China hace unos pocos días. Quieren hacer un “reencuentro” entre las familias.

Jisung frunció el ceño. Ciertamente era una razón ridícula para venir.

—¿No pudieron rechazar?

—No. Una amiga cercana es del clan Zhong, debía venir —Respondió Seulgi.

—Llegamos —Dijo Irene estacionándose frente una enorme casa de dos pisos, blanca con cercas de madera bastante alta, un lindo porche que constaba de dos sillones beige y una mesa pequeña, algo baja, color café oscuro.

Su madre dejó el carro en el garaje, mientras Jisung veía a dos viejitos salir a recibirlos.

Jisung hizo reverencia a los mayores y estos sonrieron.

—¡Eres un alfa alto! Y te ves fuerte —Habló su abuela tocando uno de sus brazos, que a penas y podía alcanzar.

—Eres todo un Bae —Dijo JaeJoong orgulloso.

Jisung se sonrojó bajando el rostro, intentando ocultar su sonrisa.

—Adelante —Alentó su abuela tomando de la mano a sus madres—. El clan Zhong está adentro, están emocionados de verlos.

Mientras las mujeres hablaban, su abuelo y él iban a un paso más lento.

—El clan Zhong tiene un nieto omega, es casi de tu edad pero es un año mayor —Decía su abuelo lamiendo sus labios resecos por la edad—. Siento algo de lástima, no digas nada —Advirtió—, pero los omegas son algo complicado. Ellos deseaban un alfa, sabes de esas tradiciones ridículas de algunas familias. Mientras más alfas, mejor.

A Sweet Omega | JiChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora