IX.

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Llegó al anochecer, 19hs marcaba su reloj cuando se encontró a varias personas conocidas, entre esas su madre Seulgi, intentando separar a Kunhang de Chenle.

Kunhang... Golpeaba a Chenle.

—Debes controlarte. —Le dijo Jisung a su lobo, el cual reprochaba y gruñía en busca de iniciar una griña con el mayor— Recuerda lo que pasó la última vez.

Algo le decía que su lobo se estaba enojando con él, no resultaría para nada bueno si somos sinceros. Pero la vergüenza lo hacía bajar la cara.

«¿Para esto llegaste aquí? Para no hacer nada, como un inútil» pensó otra parte de él.

Captó la mirada de Chenle e intentó darle su mejor mirada desinteresada.

«Ayúdame» El lobo de Jisung gruñó y el humano no sabe que carajo fue eso.

La mirada del Omega se perdió entre tantas otras caras.

—¡Eres una puta! ¡Omega inútil!

Jisung ingresó al montón de personas, ahora Kunhang era sostenido por su madre Seulgi y otro alfa. Chenle escupió sangre encima de la acera, luego otros betas y omegas se acercaron a ayudarlo.

Su mamá Irene estaba por ir a ayudar pero Jisung la detuvo, ganando un chillido de su parte.

—¡¿Qué haces aquí a estas horas?! ¡Es un día de semana!-

—Mamá.

Irene se calló, dándole a entender que esperaba una explicación.

—¿Qué sucedió aquí?

—¿Es más importante el chisme, Jisung? No seas como tu abuela. Quiero saber el por qué estás aquí, no es que no quiera verte, pero tienes una vida ocupada en la ciudad.

El alfa bajó la mirada.

—No lo sé, mi lobo está actuando extraño. Estaba en la biblioteca y de repente me sentí ansioso, mi lobo me estaba volviendo loco por venir, por alguna razón creí que se trataba de Chenle.

Irene frunció el entrecejo.

—¿Sentiste a... Chenle?

Su rostro era cómico, y Jisung en otro tipo de situación hubiera sonreído. Sabía que no era normal tener este tipo de conecciones sin una marca, pensó en algo y rápidamente descartó el pensamiento.

—¿Si?

Su madre Omega abrió los ojos sorprendida.

—¿Chenle y tú...

—No somos nada.

Afirmó el alfa volviendo en dirección al Omega, no lloraba, solo estaba siendo atendido por los demás. Se veía perdido.

—Son pre-destinados, en tal caso. —Le dijo Irene.

—No, no somos nada.

¿Por qué negaba tal cosa? El día en el que no controló a su lobo y este tomó de él, quiso golpear a Kunhang. Chenle entró en pánico y se largó, dejando a Jisung buscando mil excusas por llamarlo “su omega”. Las cosas eran tensas entre las dos familias desde ese entonces.

—Deben ser algo, no por nada lo sientes.

El omega no se siente igual, como en un juego de niños: Ninguno de los dos conoce sus sentimientos y existe cierta presión imaginaria que los empuja al otro sin desearlo.

—No seas infantil. —Regañó la Omega para mirar a Zhong— Deberían hablar, se ve... Mal.

—No lo veo muy afectado.

—Lo está. No es necesario que lloré para saberlo, ni siquiera sabes lo que Kunhang intentó hacer con él.

Con resignación, Jisung fue a acompañar a Chenle. Los demás lo habrían dejado lentamente una vez que Jisung terminaba la charla con su madre.

El omega alzó la mirada, encontrándose con la suya.

—¿Duele demasiado?

—No más que un golpe normal. ¿Qué haces aquí?

Se encogió de hombros.

—No importa. ¿Te sientes bien? ¿Por qué te hizo eso?

Chenle miró a otro sitio.

—Estoy bien —Afirmó—. Él pierde el control de vez en cuando.

—Debería enojarte ser su saco de boxeo.

Decidido: Park Jisung no servía para hacer chistes.

Lo miró con extrañeza.

—¿Está mal?

—¿Qué cosa? —Dijo el alfa.

—Que me golpee.

Jisung abrió los ojos, mirándolo como si estuviese loco.

—¿Por qué me lo preguntas? Es incluso un delito. Podrías denunciarlo.

—Mis padres nunca lo notaron. He visto a personas ser maltratadas, engañadas y abusadas por sus parejas... Y no hacen nada.

Se quedó sin palabras. Jugó con sus labios.

—Ellas decidieron callarlo, ya sea por miedo u otra razón pero tú no estás en esa situación. Puedes contarlo.

—Sería un mal hermano si lo hago.

—Quizás puedo ofenderte, pero hasta ahora no he visto que Kunhang merezca ese trato.

—Él solo está herido. No sabe como aceptarlo y... Hace cosas malas... Pero era un buen hermano, es un buen hermano, solo debo esperar a que lo supere.

—¿Superar qué?

En ese momento las cosas parecieron calmarse entre su mamá Seulgi y el otro alfa que sostenían a Kunhang.

—¡Traigan un supresor!

Chenle se levantó de su asiento, entrando a su casa y saliendo con un objeto en la mano, un supresor.

—No te acerques —Advirtió Seulgi—. Dáselo a Jisung.

El alto no tenía una bonita historia con Kunhang, todo lo contrario. Iban de mal a peor, y a pesar de haber interactuado solo dos veces, han demostrado cuan desagradable les parece el otro.

Jisung tomó el supresor que le dió el pelirosa y se dirigió a su madre.

Kunhang gruñó al sentir su aroma, sin embargo, sonrió con maldad.

—No te emociones con mi hermano —Habló el de ojos con iris amarillo, muestra de que su lobo lo dominaba—. Mi hermano es demasiado puta, es lo único que puede salir de padres que lo dejan solo cada poco tiempo.

Jisung apretó el objeto en su mano y decidió ignorar al mayor.

«Solo quiere enojarte» pensó con certeza.

Seulgi tomó el supresor e intentó dárselo a Kunhang. Este se negó en un principio pero se está metiendo con Seulgi, y Park Seulgi lo puede todo.

Jisung regresó con Chenle, el omega se tocaba una herida en su brazo derecho. Cosa que por ello, tomó con cierta delicadeza el brazo izquierdo.

—Duele. —Reprochó.

—Te lastimarás más si sigues metiendo la mano.

El distante tono en la voz de Jisung hizo callar al omega.

—¿A qué te referías con Kunhang?

—No es un tema del que quisiera hablar. Es complicado.

—Dudo que algo le interese a ese cabrón.

—Su omega murió.

A Sweet Omega | JiChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora