XII.

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—¿Esto es lo que quieres para tu vida? —Preguntó de nuevo.

—Ni siquiera debería estar aquí —Reclamó Jisung—. Ni siquiera sé porqué respondo a tus ridículas preguntas.

Un nudo se formó en su garganta cuando dijo lo último, un malestar que indicaba la culpa que sentía al hablarle de esa manera.

—Esto no es lo que te he enseñado. No me hace feliz lo que haces, eres muy joven. Joder.

—Tengo veinte años, joder. —Dijo Jisung.

Él frunció el entrecejo.

—¿Te parece una edad correcta para cortejear a un Omega?

—Hago lo que mi cora-

Rodó los ojos con desagrado.

—No digas tales ridiculeces. No te querrá, te dejará. Te hará daño.

—Chenle no haría eso.

—¿No? ¿Qué te asegura eso?

Jisung guardó silencio en obvia respuesta.

«Nada» respondió en su mente.

—Lo pierdes a él o me pierdes a mí. —Decía mirándolo a los ojos. Estos ardían en furiosas lágrimas.

Parece que baja la guardia y lo apuñalan por la espalda.

Jisung no sabía por qué no lo aceptaba.

¿Se sentía inseguro? ¿Celoso? ¿O era su sobreprotección?

No sabía lo que le pasaba, es simplemente increíble e indescriptible.

Cuando lo perdió de vista entre la multitud, gruesas lágrimas cayeron por sus mejillas.

Los alfas no lloran, dijo su mente débil, al mismo tiempo que se preguntaba:

¿Perdería a esa persona?

[...]

Era viernes y de nuevo estaba se encontraba en el pueblo.

Sus ánimos no habían sido los mejores en la semana, se sentía agotado mentalmente, esa charla no salía de su cabeza.

«Debes escuchar a alguien» se dijo a sí mismo.

Se sentía como un cachorrito, al mismo tiempo en el que pensaba que hacer.

Se sentía tan... Indefenso.

—¿Piensas en algo? —Preguntó Chenle.

Jisung cabizbajo sonrió, una sonrisa rota formada en su rostro.

—Se siente patético preguntar esto... —Alegó con un nudo en la garganta, con lágrimas acumuladas en sus ojos, hicieron contacto visual y dijo: —Si llegara otra persona, ¿Me dejarías para ir a ella?

—Si te tengo a tí, ¿Por qué debería irme con alguien más?

Todo a su alrededor se sumergió en otro de los miles de silencios que se han presentado ante ellos.

Si te tengo a tí, ¿Por qué debería irme con alguien más? Repitió en su mente sin parar, hasta que una respuesta vino a ese simple comentario.

Porqué él aparenta ser algo que no es, aparenta ser como cualquier otro alfa: Fuerte y con control sobre su sensibilidad y emociones.

Él es muy débil, podría caerse y romperse si no se sostiene a algo. Su corazón es tan delicado como el cristal; su mente está perturbada, parece ser piedra.

A Sweet Omega | JiChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora