capitulo 32

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Ayer cuando me fui a dormir lo hice debajo de la cama porque luego de leer la carta me sentía expuesta, como si estando allí en mi cama Jacob vendría por mi así que dormí en mi refugio, sentía que allí en el suelo frio y angosto estaría a salvo, desperté con el sonido de la alarma para ir a clases y trate de llevar el día con calma pero no pude, andaba muy consciente de quienes me rodeaban y los vigilaba, algo que no había hecho en mucho tiempom, para las 2 de la tarde estaba con Lissa en su consultorio aliviada de estar en un lugar seguro, le enseñe la carta sin saludarla prácticamente se la lance en su escritorio y me senté callada esperando su veredicto, ella la está estudiando con un gran interés mientras me observa, debe andar pensando que abordar primero: la carta o mi comportamiento

-¿me imagino que quieres que hable de la carta directamente?-me da una mirada condescendiente

-¿tú qué crees?-respondo no muy amigable, ella anota algo en su cuaderno de notas y habla

-mmm... a ver-me observa con la cabeza de lado-pienso que él podría tener el síndrome de Estocolmo, por lo general lo adquieren las victimas pero hay casos en donde los captores también desarrollan un vinculo emocional con sus victimas... -la miro interrogativa ella luce seria- ese podría ser el caso, o tal vez otro trastorno pero no sabría decirlo con certeza ya que tendría que evaluarlo-entrecierro los ojos hacia ella pensando si está loca, me da una media sonrisa- cosa que no me interesa hacer-me asegura, asiento feliz por eso-lo que sí puedo decir es que él se preocupa por ti y por eso sentía que debía protegerte... incluso bajo esas precarias condiciones que el impuso-resoplo molesta

-¿porque?-le digo impaciente, ella revisa su cuaderno antes de anotar otra cosa, pongo mi mano izquierda en el escritorio moviendo los dedos haciendo ruido para que se apure, ella me observa estudiándome

-dijiste que tenias un vago recuerdo donde el decía que le recordabas a alguien, si eso es correcto explica su comportamiento-la miro horrorizada porque tengo una idea que me aterra

-Lissa, dime que él no está enamorado de mi porque eso sería loco en tantos sentidos...- y enfermizo, siento una ligera nausea

-no, no creo que ese sea el caso-alivio me invade me recuesto en la silla-sea quien sea la persona que le recuerdes, debió ser alguien quien el no pudo proteger, tal vez murió o le pasó algo grave haciéndolo sentir culpable, esa podría ser la razón del porque su obsesión de hacerte fuerte y te alejara de cualquier debilidad, tal vez pensaba que si te hacia fuerte y te protegía a su propia manera compensaba lo que no pudo hacer con la otra persona-ella mira la carta y luego a mi-es como si fuera algo fraternal-me levanto de golpe sorprendiéndola con mi reacción

-¡tengo un hermano y no es así!-me molesta su observación-¡que pienses eso es una estupidez!-le alzo la voz, ella hace un gesto para que me siente y me calme, ¿pero que me pasa? me siento agitada

-lo sé Anko, pero en esta ilusión que él se creó... esta fantasía donde mientras más te presionaba más según él te protegía... tal vez por eso quiere verte, quiere asegurarse de que estas bien-lo dice lentamente como midiéndome

-espera, entonces ¿él siente que aun debe protegerme aunque este en la cárcel?-pregunto incrédula

-si... ese podría ser el caso y puede que piense que quieres verlo ya que tu siempre hacías lo que él te pedía-pateo su escritorio haciendo que se sobresalte, alzo mi mano en modo de disculpa ella asiente

-¡esto es tan enfermo!-veo la carta deseando que se queme- yo solo le responderé una carta porque será de ayuda en la investigación y eso si el accede al trato, de resto ¡no lo haría!-respiro profundo cerrando los ojos-¡está loco! ¿como es que no piensa que NO quiero verlo?-me frustra mi situación

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