Tomamos el primer vuelo a las 8 de la mañana hacia Indianápolis, indiana, que es el estado donde Jacob fue trasladado para cumplir su sentencia, el vuelo duró 7 horas y como fue prometido dos agentes nos recogieron, los encontramos cuando divisamos el alias en los carteles que sostenían en sus manos, de allí nos trasladamos en auto por una hora hasta que llegamos a la penitenciaria de indiana, al entrar a la edificación Tomas me esperaba con otros guardias y el abogado que maneja el caso el Sr. phillips, mis padres se quedaron afuera del complejo porque no podian entrar y ser testigo de lo que fuera a decirme ese loco sin embargo si firmaron unos permisos antes de dejarme ir, ya adentro realizaron una inspección por mi cuerpo asegurándose de que no llevara nada conmigo, esa parte me puso alerta y me rehusé a que se me acercaran, Lissa tuvo que hacerlo por los guardias y Tomas se aseguro de que mantuvieran distancia de mi para no incomodarme, luego de que pasamos la rápida inspección nos condujeron por unos pasillos
Camino por ellos alerta a todo mi alrededor como si mis sentidos hubieran despertado y se hubieran intensificado, al lado de mi está Tomas y Lissa, del otro lado esta un guardia quien nos guía a la habitación donde veré a Jacob quien ya espera por mí, me han asegurado que está esposado de pies a manos sin poder moverse así que no puede hacerme daño, nos detenemos al frente de una puerta azul esperando por algo, caigo en cuenta de que esperan por mí, trago duro
-¿estás segura de hacer esto?-pregunta Lissa una vez más, ella está en modo profesional pero sé que está nerviosa por lo que pueda pasar allí-¿Anko?-observo al guardia
-póngame esas esposas-le pido dejándolo desconcertado-no sé de lo que soy capaz-admito viendo a Lissa-por favor, me haría sentir mejor-se lo pido a Tomas quien luce indeciso pero asiente hacia el guardia
-no sé si eso sea una buena idea-menciona Lissa cuando el guardia amablemente me pone las esposas dándome una mirada confusa
-¿las puede apretar más fuerte, por favor?-el guardia entrecierra los ojos hacia mí no creyendo lo que estoy pidiéndole
-si las aprieto más podrían lastimarte-me advierte
-allí adentro necesitare una distracción, el dolor es una...-mi respuesta causa que el abra los ojos-además esto no es nada comparado a lo que he aguantado-el solo aprieta más las esposas tragando duro-gracias-le digo sintiendo el metal rozando mi piel, aprieto mis puños dirigiendo mi mirada a la puerta-terminemos con esto-
Entro a la habitación con la frente en alto encontrándome con los ojos de Jacob fijamente en mi y su maldita sonrisa de suficiencia que se convierte en una interrogante al notar mis esposas, me siento al frente de él y noto que esta esposado a la mesa inmovilizándolo, sería tan fácil matarlo justo aquí y ahora con mis propias manos y la tentación que me invade piensa que sería gratificante
-si dices algo que a ella le incomode, si intentas lastimarla de alguna manera se acabara todo ¿me entiendes Jacob?-le dice Tomas amenazante a Jacob, el solo asiente sin perderme de vista-Anko, estaré justo allí detrás de esa puerta, si me necesitas o ya no quieres continuar solo tienes que llamarme ¿entendido?-asiento sin verlo ya que estoy capturando cada rasgo de Jacob, el luce viejo.. Escucho la puerta cerrarse dejando un silencio sepulcral
-sabia que vendrías-me dice arrogante apoyándose en la mesa, señala las esposas-¿cometiste algún delito y por eso las llevas?-no le contesto solo lo miro fijamente, podría asfixiarlo-¿no me vas a decir nada? vamos saluda a la cámara ya que nos están grabando-comenta divertido, tal vez solo deba romperle el cuello, no, es muy rápido y sin dolor-vamos Anko, te doy permiso para que hables-escuchar eso interrumpe mis pensamientos enojándome
-¡no necesito tú maldito permiso para hablar!-gruño, escupiendo sus manos tomándolo por sorpresa-el trato fue verme-le digo altanera- bien aquí estoy, me estás viendo no necesito hablarte-me recuesto en la silla desafiándolo con la mirada
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Volviendo a Casa
Ficción GeneralSecuestros, suceden a diario, los ves en las noticias o escuchas los rumores en las esquinas, ¿alguna vez has pensado en ello? piensa en ello: Un día te despiertas en una mañana común con aquel día soleado deseándote los buenos días, ignorando los p...