ANTES
Lissa, terapeuta de Anko, 15 de noviembre 2012
Estaba en New York dando una conferencia acerca de los síntomas psicológicos que presentan los niños luego de pasar por un evento traumático, mi conferencia trataba de una investigación que estuve haciendo con los niños que se encuentran en los refugios de guerra del medio oriente, estuve allí durante 6 meses ofreciendo ayuda y al mismo tiempo trabajaba en mi investigación, la mayoría de estos niños se alejaron o fueron evacuadas de las zonas de guerra junto con su familia, muchos de ellos quedaron huérfanos, todos ellos vieron cosas que uno ni siquiera imagina y muchos de ellos sufrieron abusos que ni siquiera uno ve en las pesadillas.
Mi conferencia iba dirigida a especialistas o estudiantes de psicología infantil, buscaba brindar conciencia de lo que sucede en el medio oriente y también buscar nuevos métodos de ayuda en estos casos, ¿cómo poder ayudar a estos niños?, ¿Cómo nosotros los terapeutas podemos ayudarlos a superar ese trauma y ayudarle a tener una vida normal? aunque eso por supuesto en estos casos tan crónicos es difícil de manejar y tampoco se garantiza una recuperación del 100%.
Cuando salí del anfiteatro recibí una llamada de un viejo colega, el Dr. Smith quien me pidió ayuda con el caso de los niños secuestrados, el me pidió mi opinión ya que él conoce mi trabajo y ambos somos amigos, los niños que él estaba evaluando se encontraban en Ohio por lo que tuve que tomar un vuelo directo hasta allá. Para las 2 de la tarde de ese mismo día llegue al hospital en donde él me esperaba, cuando llegue tuve que ser escoltada hasta la entrada por la cantidad de periodistas y curiosos que se encontraban allí.
Para cuando me puse al día con el caso. el decidió ponerme con una jovencita que no mostraba ninguna interacción con las personas, ella ya tenía dos días aquí y ningún terapeuta a podido llegar a ella, se ha mantenido sedada por su propio bien y por el del personal médico, fue necesario porque derribo a 2 enfermeros cuando intentaron hacerle los exámenes médicos teniendo ella una costilla magullada, eso indica un comportamiento muy agresivo probablemente porque nos ve como una amenaza, también la están alimentando por intravenosa porque se niega a comer, revise su historial médico completo y noté que tiene muchas lesiones mal curadas o viejas, también tiene evidencia de tortura física y no se encontró evidencia de abuso sexual, estos tipos no les interesó prostituirla, no, ellos la convirtieron en una arma, un soldado, me digo a mi misma. Decido entrar en su habitación para conocerla dando a la orden a todas las enfermeras de no entrar al menos que yo lo pidiera.
Intento número 1 de interacción: fallido
-el primer intento no funciona algo que ya esperaba, me presente manteniendo una distancia segura en donde yo creía que ella no estaría incomoda, estaba a solo 3 pasos de su cama, ella solo se retorcía en la cama como intentando zafarse, no grito ni hablo, solo me quedo mirando de una forma como si me estudiara pero también para demostrarme que ella es fuerte-dejo de gravar mi voz en la grabadora portátil pensando en el comportamiento de la niña, prosigo-la paciente Anko tiene 15 años, presenta un estado en donde no distingue lo bueno o malo, no muestra síntomas de algún sentimiento de miedo o lo esconde muy bien, no sé si puede hablar o si entiende nuestro idioma, probablemente tenga un trastorno del desarrollo, no descarto todas las variantes de discapacitados para el aprendizaje-
Intento número 2 de interacción: progreso
Decido verla de nuevo unas horas más tarde justo a la hora de la cena, yo le llevo la comida
"segura que no quieres comer?" ella no responde, solo me mira fijamente y sigue retorciéndose en su cama sin perderme de vista
"si sigues haciendo eso te lastimaras más las muñecas" ella no hace caso
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Volviendo a Casa
General FictionSecuestros, suceden a diario, los ves en las noticias o escuchas los rumores en las esquinas, ¿alguna vez has pensado en ello? piensa en ello: Un día te despiertas en una mañana común con aquel día soleado deseándote los buenos días, ignorando los p...