Estoy sudando frio, mis respiraciones son muy rápidas, mis latidos son muy rápidos, estoy rígida y puedo sentir cada musculo de mi, estoy alerta pero más que nada quiero responderle bien, no quiero decepcionarlo, no cuando EL me protege.
-¡Casi pierdes allá!-esta gritando-¿que te sucedió? ¡¡Tu no vacilas te congelaste!!-
EL está enojado y tiene razón, yo vacile al golpear a mi oponente pero como le explico que ese joven se parece a alguien que conocí, no recuerdo quien es pero de solo tratar de recordar hace mi pecho doler, no puedo admitir eso, sería una debilidad y eso no me lo puedo permitir.
-¿No vas decir nada?-EL me está mirando fijamente, yo sigo callada porque no sé qué decir, en ese momento le hace una señal a unos de sus guardias e instintivamente me pongo de pie, en solo unos segundos me encuentro rodeada desde mi espalda de unos brazos fuertes tomándome del cuello tan fuerte que corta mi respiración, trato de defenderme pero a pesar de mi fuerza no puedo competir con alguien mayor, sintiendo que me quedo sin aire veo fijamente hacia EL, cierro los ojos y dirijo mi mano en un puño serrado a la entrepierna del tipo que me sujeta, es un golpe fuerte y desesperado, el tipo logra apartarse lo suficiente evitando el impacto y aprieta mi cuello más fuerte, lo que hace que comience a perder el conocimiento pero antes de hacerlo me suelta, cayendo al suelo sin fuerzas y empiezo a respirar nuevamente.
EL se pone delante de mí y se agacha para estar a mi nivel, lleva unas de sus mano a mi mejilla y entonces me sonríe
-Anko, Anko, nunca dejas de sorprenderme, ¿sabes porque eres mi favorita? ¿Porque eres tan buena?, te lo diré- se levanta y se da vuelta pidiéndome que me levante, eso hago y cuando EL me enfrenta nuevamente se encuentra con mi mirada fija en sus ojos- eso...- me señala-tu nunca tienes miedo, puedes estar perdiendo, puedes estar a punto de morir, pero nunca quitas la mirada de tu agresor, nunca quitas esa mirada fría, una mirada que te obliga a pensar 2 veces en atacarte, pero ese momento en el ring-señala a la pared-esa mirada desapareció y quiero saber porque, no me gusta lastimarte, así que podrías responder ¿porque lo hiciste?-
¿Porque lo hiciste?
¿Porque lo hiciste?
¿Porque lo hiciste?
¿Porque lo hiciste?
¿Porque lo hiciste?
-¡Anko! ¿Estas bien?, mírame, Anko....-
Escucho el chasquido de unos dedos delante de mis ojos sacandome de mis recuerdos, levanto la mirada hacia un rostro familiar teniendo la impresión de que tiene rato llamándome, parpadeo tratando de recordar donde estoy y en unos segundos recuerdo que estoy en clases y la persona que tengo al frente es mi profesor, los otros alumnos me están mirando fijamente, me aclaro la garganta y hablo
-Disculpe profesor Ross, ¿cual fue la pregunta?-
-¿segura que estas bien...? ¿quieres que llame a tus padres?-
-¡NO!-mi voz sonó un poco alto, cerrando los ojos tomo aire- no, disculpe, solo... disculpe, dígame la pregunta ¿si? continuemos por favor-le suplico no queriendo que llame a mis padres, el profesor tarda un poco en responder, tal vez mientras evalúa si debe continuar o no
-Te pregunte ¿porque lo hiciste?- y señala mi cuaderno viendo mi ejercicio de matemática-¿Por qué despejaste de esa forma?-
-uh mm.. Bueno- allí empiezo mi explicación de cómo termine calculando el valor de la X, haciendo unos malabares con los despejes, desde mi cabeza pienso que estaba bien, pero ahora que se lo explico al profesor me dijo que solo tuve en un error despejando pero solo al final, así que se podría decir que tenía más de la mitad del ejercicio bueno, eso es algo supongo.
ESTÁS LEYENDO
Volviendo a Casa
Ficțiune generalăSecuestros, suceden a diario, los ves en las noticias o escuchas los rumores en las esquinas, ¿alguna vez has pensado en ello? piensa en ello: Un día te despiertas en una mañana común con aquel día soleado deseándote los buenos días, ignorando los p...