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ꦿ⃮⇗⃟🍓 Catorce.

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- ¡Ya me voy! - Jimin estaba colocándose sus zapatos en la entrada - Llegaré para la cena, omma.

- ¡Cuidate! Y saluda a Soojin de mi parte - Su madre besó su mejilla para luego ir de nuevo a la sala y poder descansar.

El castaño tomó su mochila una vez escuchó el pitido de la motocicleta de Yoongi. Salió cerrando la puerta tras él.

El pelinegro se quitó su casco, regalando una pequeña sonrisa mostrando sus rosadas encias en el proceso; Jimin estaba símplemente hermoso a sus ojos con aquél buso más grande de color verde con un estampado de fresas, sus jeans azul cielo holgados y esas zapatillas -tenis- con algo de plataforma. Y Jimin no podía negar que Yoongi también se veía bien con sus prendas oscuras y miles de cadenas tanto en el cuello como de accesorio en el pantalón y chaqueta de cuero.

- ¿Nos vamos? - Yoongi le acercó un casco a el castaño, se lo colocó para luego subir a la moto, partiendo hacia Yeongdo-gu.

Pronto llegaron, la vista era fenomenal, estaba cerca del mar y al ser una zona bastante turística había varias actividades que hacer. Caminaron hacia la entrada, una vez Yoongi estaciono su vehículo, entrando poco después a la gran casa de la familia Min. Para nadie era secreto que Yoongi venía de una familia con dinero gracias a ser grandes dueños de hoteles como " Shilla stay guro" y "Shilla stay Gwanghwanum". Subieron directamente a la habitación de Yoongi, su madre tal vez no tardaría en llegar.

- Woah, hace mucho que no venía a tu casa- ¡Suga! - Sin dudarlo, Jimin se lanzó a la cama donde se encontraba la mascota de su sunbaenim, Suga, un mínimo de pelo blanco - ¡Hace mucho que no te veo!

Yoongi sonrió - hace tres años que no lo ves - el castaño asintió mientras hacía un puchero con sus labios. Hace tres años que no hablaba con el azabache, que no pasaba las divertidas tardes de películas junto a él, tampoco podía olvidar los días de salir a pasear con él y Holly, menos el salir por helado para terminar cambiando de sabores, e incluso el ir al mar a mojar sus pies.

Al pensar en eso, podía recordar lo doloroso que fue para él alejarse de su mejor amigo. Sus madres eran amigas desde la universidad, Min Soojin y Park Kyung Hye eran inseparables. Una vez nació Yoongi y Hye se enteró de su embarazo, ambas madres deseaban que sus hijos se llevaran como ellas o mejor aún. Prácticamente, ambos se conocían de toda la vida, siempre compartiendo juguetes, yendo a las mismas escuelas y cursos; por algo, el que Yoongi lo apartara de esa forma tan dolorosa de la nada, lo había destrozado completamente. Pero no quería pensar en eso ahora.

- ¿Y Holly?

- Esta con su entrenador, Soojin dijó que no podía estar todo el día de vago conmigo - Jimin rió suave contagiando a el mayor - lo recogeré en la tarde, ¿Me acompañas? - asintió mientras continuaba acariciando al minino - ¡Ey! Suga, yo también quiero atención de Jimin.
 
Sus mejillas se encendieron una vez yoongi cargó a el gato, quitandolo de su regazo, para colocar su cabeza a espera de las caricias de Jimin. Él sólo rió por la actitud del pelinegro para después jugar con sus oscuros cabellos mientras hablaban de temas triviales.

Se sentía comodo, como si regresara a sus doce años, dónde su amistad con yoongi era básicamente perfecta.

El corazón de Jimin se sentía cálido, y a él le fascinaba es sensación.
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- Salero Cósmico.