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ꦿ⃮⇗⃟🍓 Quince.

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- ¡Eres un completo idiota, no pienso verte llorar más, te lo dije! - y con eso, Yoongi salió corriendo lejos de él.

Su corazón dolía como nunca, yoongi lo estaba dejando atrás y no entendía el porqué, ¿Tan ridículo era que un chico escribiera cartas de amor? ¿Él era un idiota por enamorarse? ¿Qué hizo mal?

Sus mejillas estaban llenas de lágrimas, una tras otra, descendiendo con lentitud sin parecer querer parar en momento alguno. Su corazón se encogió de forma dolorosa y su estómago se sentía bastante incómodo. Levantó con pesar la carta rota en dos del suelo, él sol quería darsela a Taehyung.

Yoongi no sabía nada de sus cartas, ese secreto había quedado entre él y Yeon, pero no habían sido suficientemente discretos y el pelinegro finalmente lo descubrió esa misma tarde, cuando Jimin iba a enviar otra de sus cartas anónimas. Min estaba hecho una furia, le había hablado de una forma tan dolorsa, tan fría y podría decir que asqueada.

¿Por qué actuar así? ¿Por qué atacarlo de esa forma tan fea? Jimin solo quería amar y ser amado.

Tomó su mochila, caminando por el solitaria pasillo de la escuela, con el corazón destrozado. Perdió a su amigo, a su mejor amigo.

[...]

- ¡La comida llegó! - Yoongi entró de nuevo a la habitación con el pedido de comida de china que habían hecho hace media hora.

- ¡Geniaaaal! - Jimin tomó asiento en una de las sillas giratorias del extenso escritorio de Yoongi - Moría de hambre.

El pelinegro se enterneció con solo mirar las lindas muecas de Jimin, había extrañado a su pequeño amigo. Sacó el pedido de las bolsas repartiendo los platillos de cada uno.

- Toma - Yoongi le extendió la bebida de maracuya que venía como complemento - Se que te fascina lo acido - Jimin tomó la bebida, sonriendo.

- Tu quédate con la de fresa, se que te gustan las cosas con exceso de azúcar - el castaño le dió la bebida al pelinegro. Yoongi sintió el calor subir a sus mejillas, pero la sonrisa que había llevado todo el día no bajó.

- Gracias.

Y procedieron a comer en una amena charla sobre todo lo que había sucedido con ambos en esos tres años que no convivieron. Ambos contaban como les iba en sus materias, en los clubs y actividades extras fuera del colegio. Charlaban de sus nuevos amigos, antiguos compañeros, e incluso de series que habían visto.

- ¿De verdad hizo eso SeokJin? Que pena por Namjoon.

- ¡No diga eso sunbae! Él fue muy lindo al confesarse de esa manera a Namjoon Hyung.

- Si tu lo dices.

Continuaron comiendo, sin embargo, Jimin quería preguntar el porqué lo había ignorado el jueves en la cafetería de la escuela, aún le carcomia la duda y, sinceramente, no se quedaría así.

- Hyung - continuó una vez Yoongi hizo un sonido afirmativo, haciéndole entender que lo escuchaba - ...¿Por qué...por qué me ignoró en la cafetería?... - el castaño jugaba con los palillos, sin mirar a Yoongi, en espera de una respuesta.

- Yo....Jimin, no quiero que alguien te haga daño - suspiró, por primera vez su sonrisa cayó - pero fuí el primero en hacerlo...no quiero que la gente piense que eres un idiota por hablar con tu agresor...no quiero que los imbéciles de la escuela te molesten, eres demasiado bueno para que un par de fenómenos sin huevos digan lo primero que le venga a la cabeza, eres un sol Jimin, quiero protegerte tanto que-

Yoongi se calló, sus mejillas estaban ardiendo. Jimin había besado su mejilla para después abrazarlo.

- Gracias, Yoonnie, eres una increíble persona.

Él corazón del pelinegro latía demasiado rápido, y ese calor tan reconfortante se formo en su interior.

Estaba cayendo de nuevo por él, pero ya no le importaba, valía la pena.

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- Salero Cósmico.