11.

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Han pasado tres semanas desde la última vez que lo vi, lo echo tanto de menos ni si quiera he podido ir al cobertizo como las chicas.

Simplemente estoy castigada, no se me permite salir del edificio por tiempo indefinido.

Os preguntaréis el porque de mi castigo, pues no si quiera lo se!! Lo único que hice fue estar en el lugar equivocado.

Una de las chicas hizo explotar una de las aulas y como yo estaba cerca. Castigadas las dos. De nada han servido mis ruegos y mis súplicas.

Cada vez estoy más convencida de que se trata de una venganza personal.

Seis meses, seis meses más y seré libre esa se ha convertido en la frase más repetida en mi cabeza.

Mañana son las vacaciones de Navidad, me temo que las tendré que pasar aquí sola, Hasta Nicolle que también es huérfana consigio un permiso para salir.

Quedan muy pocas chicas en el colegio, mis amigas todavía no se han ido pero en breve también lo harán.

No se como sentirme, estar aquí quince días sola me van a hacer perder la razón. Ya he dejado de llorar, creo que el pozo de mis lágrimas se secó.

- Liz, sal un momentito la directora quiere hablar contigo. Dice Madi sonríendo como siempre.

Dios como la odio siempre tan feliz!!

- Me buscaba? digo desafiandola con la mirada.

- Tus tíos han llamado hace un rato, tienes permiso para pasar las navidades en casa de la señorita Madison.

- Gracias, si me disculpá voy a hacer mi maleta.

Entró a la habitación y soy tirada hacia una de las camas, tres adolescentes no dejan de gritar.

- Lo conseguistes!! Dice Cris levantado más su voz

- No te metas en líos amiguita, si lo haces no serás la única. Recuerda confío en ti. Dice Madison.

Liz: Conseguí el permiso!!  Solo espero que aún no te hayas ido 😊

Mientras espero a que me responda, preparo mi maleta, la verdad es que no tengo mucho que llevar. Cuando salgo casi toda la ropa me la dejan las chicas.

Compruebo mi maleta, ropa interior infantil tapo mi cara de horror, dos jerseys, unos jeans y un vestido. Bueno siempre tengo la opción de lavar mi ropa todos los días.

Lobito: lo siento fueguito ya me fui😥

Oh, me tiró sobre la cama, si solo la arpía de mi "tía" me hubiera dado permiso antes el no sé habría marchado.

- Madi que no se ha movido de mi lado me anima.

- No te preocupes lo pasaremos bien en mi casa ahora vámonos, no sea que cambie de opinión.

Hace un rato que salimos, el chófer de Madi ha parado a repostar en el pueblo.

Mi móvil vibra y emite un pitido. bip bip..

Lobito: si estás en marcha para. Piensa en mi y toca mi anillo. No lo pienses solo hazlo.

Bueno porque no!! Mientras pienso y acarició mi anillo una lágrima recorre mi mejilla.

- Amiguita!! Abre los ojos.. coje tu maleta y ve.

- Que, miro fuera del coche y entre los árboles divido a Evan.

Cojo mi maleta y echo a correr, me lanzó sobre Evan no puedo dejar de llorar, el besa mi cabeza mientras me abraza fuertemente.

- Yo.. yo, creí que ya no estabas. Digo sollozando.

- Y no estaba.. pero pedí un favor. Por nada del mundo te dejaría sola con aquella en Navidad. A saber que cosas te enseñaría o peor con quién se juntada. Dice señalando al coche.

Se que está celoso, soporta que ningún chico se acerque a mi.

- Vamos..

Le sigo para después atravesar un portal.
El viaje es rápido pero aún así estoy mareada.

- Tranquila terminarás acostumbrándote. Dice mientras pasa un brazo por mis hombros y me acerca más a él.

Estamos en su pueblo o eso creo, todo está rodeado de grandes árboles, las calles están cubiertas de nieve.

Estamos en la puerta de una gran casa de madera, parece antigua pero es muy bonita. Si me fijo bien creo que es la mas grande y bonita que hay por aquí.

- Vamos fueguito hay alguien que está deseando conocerte?.

Que, pero quién será. Ahora sí estoy nerviosa de verdad.

Coge mi mano, de un momento a otro me voy a desmayar. Abre la puerta y pasamos deja mi pequeña maleta en la entrada.

Pasamos a una sala hay un hombre, es mayor pero no mucho diría que es el padre de Evan. Tiene el mismo color de pelo y caminan igual.

- Bienvenida jovencita, deseo que se encuentre como en su propia casa.. dice para después darme un fuerte abrazo.

Digamos que no me esperaba tanta efusividad por su parte. Yo solo le sonrió.

Una mujer llega a la sala desde una puerta del fondo.

- Debes de ser Liz, soy Charlotte la madre de Evan y el es Jim su padre. No le hagas mucho caso es como un oso de peluche, siempre está repartiendo abrazos. Dice la señora morena de ojos azules.

- Mamá, papá si nos disculpas hay alguien que nos espera. Dice Evan arrastrandonos fuera de la habitación.

Subimos unas escaleras, avanzamos por el pasillo y llegamos a una habitación que está entre abierta.

Dentro hay una señora muy mayor, está sentada en una mecedora y parece tejer algo.

- Abuela ya estoy aquí..dice Evan en un tono cariñoso.

- Ven déjame que te vea. Dice dulcemente, el se agacha y acerca su cara a ella, ella le pasa las manos por la cara pero no parece mirarlo.

- Has crecido tanto mi pequeño se convirtió en todo un hombre.

- Abuela no hace tanto tiempo de la última vez que estuve en casa y pronto termino las clases. Así que no te libraras de mi tan fácilmente.

- Bueno no me vas a presentar a la niña que roba mi cariño. Jajaja..

- Hola, digo tímidamente.

- Acércate por favor quiero verte. Dice repito la misma operación que ha hecho hace poco Evan. Definitivamente ella no puede ver tiene los ojos grises. Pero creo que con sus manos puede ver de otra manera.

Pasa sus manos por mi pelo, por mi cara, no me siento incómoda más bien  despierta ternura en mi corazón.

Una niña preciosa, tu pelo es como el fuego el mismo que está oculto en tu corazon y tus ojos son como dos esmeraldas.

En serio una cosa es precibir las facciones y otra muy distinta es ver los colores.

- Evan déjanos solas, solo será unos minutos.

Evan obecede y se marcha la abuela me indica que tome asiento, hay una silla debajo de la ventana justo enfrente de ella.

- No tengas miedo hay algo que te voy a contar, cuando te he tocado he percibido que dentro de ti hay mucho poder, más del que puedas imaginar. Solo te pido que tengas cuidado un poder como el tuyo puede llegar a hacer mucho daño a la gente que te rodea e incluso a ti solo por la idea de poseerlo.

Las palabras que me ha dicho me han dejado un poco descolocada. Pero de momento en esta casa lo único que he recibido es cariño y esa sensación me encanta.

Internado Agnes Sampson "Terminada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora