12. Parte 3

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He desayunado sola, lo he he echo muy tarde, he estado toda la mañana con la abuela.

Evan bajo después de darse una ducha, lo se porque llevaba una ropa diferente y el pelo lo llevaba mojado.

Me dio un beso y se marchó al despacho con su padre. Charlotte ha estado con las chicas del servicio en la cocina, estan preparando la cena de Nochebuena por lo que se ve hoy viene bastante gente a cenar a la casa.

He intentado varias veces ir a buscar a Evan pero cada vez que voy a llamar a la puerta una de esas molestas chicas me cierra el paso. Estoy empezando a enfadarme.

Ya está me voy a dar un paseo. Quiero despejarme. No lo soporto más.

Liz: Me voy estoy casada de ser una molestia aquí.

Quizás he sido un poco dramática, mi madre siempre me llamaba la reina del drama, de una pequeña cosa siempre hacia un mundo. Pero no lo puedo evitar. Siento que me ocultan algo y me siento fuera de lugar.

Es un pueblo muy bonito, hay muchos niños todos juegan en sus patios con la nieve.

Llegó a una plaza, esta debe de ser la plaza del pueblo.  Está toda decorada, luces de Navidad, guirnaldas...

Los escaparates son tan bonitos, la gente está alegre por lo menos hasta que se dan cuenta de mi presencia, supongo que no les gustan los estraños.

Me dejó llevar por el olor a chocolate y galletas recién hechas, miró el escaparate dentro hay gente tomando chocolate caliente y pastas. Que rico!! ya ha pasado la hora de comer y desde el desayuno no he tomado nada.

- Niña, fuera de aquí, no ves que asustas a la clientela!! Maldita bruja como te atreves a entrar en el pueblo. Dice un señor para después empujarme y caer de bruces contra la nieve sucia.

No me muevo no puedo hacerlo el miedo me  paraliza. Un grupo de personas se unen a ese hombre, me insultan me lanzan cosas.

No me puedo defender, son muchos, me bloqueó no recuerdo ningún hechizo, igual mi vida a llegado a su fin. Por lo menos encontré el amor y unas amigas fantásticas.

- Cris siento no devolverte nada de tanto como me distes, Madi nunca dejes de sonreír y Nicolle ninca juzgues a un libro solo por la portada... Evan te quiero.. digo bajito pero simplemente lo digo, necesitaba despedirme de ellos.

Un golpe más y seguro que aquí acabará todo. Escucho un gruñido o me parece escucharlo. Los golpes se detienen pero estoy tan cansada, siento tanto dolor que no soy capaz de abrir los ojos.

Soy levantada del suelo y llevada por unos fuertes brazos. Escucho un tumulto o simplemente lo imagino ya no hay nada, no hay dolor, ahora solo oscuridad...

Abro mis ojos, estoy en la cama, en la habitación de Evan. Quizás solo a sido un sueño. Me digo mientras intento levantarme, me siento sobre la cama, me duele todo el cuerpo!! Miro mis brazos están amoratados, también veo que mis piernas desnudas lucen igual, camino hacia el espejo del armario.

Me examinó tengo el labio partido, mi pómulo tiene un color azulado y mi frente también tiene un enorme chichón, este es el que más me duele. Tiene una pequeña herida bordeandolo.

- Porque estás levantada, deberías estar en la cama, todavía no estás curada. Dice Evan acercándose a mi.

- No me toques!! Nunca debí de venir aquí. Ahora mismo vuelvo al internado. Prefiero mil veces a la malvada de Ingrid que a pasar un solo minuto más aquí. Digo muy enfadada.

- Déjame que te explique...

- No tienes que explicar nada, estoy cansada de que todos me oculten cosas por mi seguridad!! Y una mierda menuda seguridad. Odio todo lo que hay aquí. Los odio a todos.

Noto algo extraño dentro de mí creo qué es oscuridad me llena me ahoga sale por todos los poros de mi cuerpo el poder me embarga ahora mismo solo siento rabia...

Es tanto lo que siento que mi cuerpo no lo puede soportar, mis piernas fallan y caigo al suelo pero no me golpeó Evan me levanta y me lleva a la cama.

- Lizbeth, me vas a escuchar. Si después de todo lo que tengo que decir, todavía te quieres ir yo mismo me encargaré de llevarte pero primero tienes que escucharme.

- Está bien, di lo que tengas que decirme antes de que me arrepienta. Le digo cansada muy cansada.

- A noche nos atacó un aquelarre de brujos y brujas hubo bastantes bajas, no estamos seguros de que o a quien buscaban aunque creo que me hago una ligera idea. Está mañana tuvimos una reunión urgente no te quise llevar porque aunque desprendes mi aroma. Tu esencia de bruja es mucho más fuerte es algo que he estado investigando no  ha ocurrido nunca. Debí de decirtelo no dejarte sola en casa, lo que más quería evitar al final paso. Todos los que participaron en tu agresión han sido detenidos, todos han recibido un castigo público en la plaza. Siento tanto haberte ocultado cosas. Y lo peor prometí que te cuidaría con mi vida y no lo he cumplido...

Sigo enfadada, pero puedo entender por qué lo hizo. Yo  no soy una amenaza o eso creo!!  Tengo muchas cosas por procesar.

- Evan, está bien lo entiendo. De momento me voy a quedar a tu lado. Pero quiero que entiendas que no voy a soportar que me vuelvan a esconder cosas si eso pasa no me volverás a ver más. Le digo abatida.

Me ha dejado un rato descansar, creo que he dormido un poco. Escucho bastantes voces entremezcladas.

La puerta se abre, la abuela entra acompañada de Charlotte, me siento sobre la cama conteniendo las ganas de gritar por el dolor.

La abuela se posicióna a mi lado y coge mi cara entre sus manos.

- Lo siento mi niña de cabellos de fuego, nunca debimos dejarte sola y menos ocultarte la verdad. Perdona a esta vieja loba  y sobre todo perdona al cachorro. Él está arrepentido estoy segura de que no te volverá a fallar.

- Está bien abuela, intentaré no ser tan dura con él. Le respondo con ternura.

- Liz han venido muchas personas a verte y a mostrar su respetó. No todo el mundo es como esos desgraciados de la plaza. Si te sientes con fuerzas puedes bajar a cenar. Dice Charlotte apenada.

Las dos salen de la habitación dejándome de nuevo sola, voy al baño lavo mi cara, peino la maraña que tengo ahora mismo por pelo y lo recojo en una coleta. Voy al otro cuarto despacio mis piernas aún duelen y me pongo un vestido rosa que traje en la maleta bueno el vestido que me regaló Cris por mi cumpleaños. Lo único que las sandalias no las voy a poder usar. Me pondré mis zapatillas es lo más cómodo por ahora.

Salgo al pasillo, delante de mi está Evan, sus ojos están tristes lo puedo ver en su mirada. También veo como sus ojos cambian de color.

Se pone de rodillas me pide perdón un millón de veces, de nuevo lo veo llorar, me parte el alma verlo así. Le pido que se levante y me acompañe abajo.

Quiero ser educada y agradecer a toda la gente que se preocupo por mi, pero sobre todo quiero saber que pasa con las brujas.

Internado Agnes Sampson "Terminada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora