Capítulo once. "El concierto 1/2"

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–Nunca me cansaré de ir a McDonald’s. –dije entrando a la casa.

–Son las hamburguesas más perfectas del mundo. –José entro detrás de mí.

–Lo sé.

Él prendió la TV y se puso a ver un programa de juegos. Jeanny, luego de comer con nosotros, dijo que tenía que reencontrarse con sus amigas de aquí.

No iría ni porque me lo pidiera, sería un mal tercio. Y según ella sus amigas son bastante celosas. No quiere incomodarme, y bla bla. Prefiero quedarme aquí con José.

–Nunca me olvidaré de lo que pasó aquí en España.

–Tienes bastante suerte niña.

– ¿Tú crees? Nunca me paso algo así. De hecho es la primera vez y no sé qué hacer con tanta felicidad.

–Eres una buena chica, todo vuelve.

–Eres genial José.

–Lo sé. –le pegué en el brazo y el rio.

– ¿Qué hora es? 

–Son las 14:30.

–Bien, aún tengo tiempo.

– ¿Hoy es el concierto?

–Sip.

–Ooou.-dijo mirando hacia el techo. Reí.

– ¿Por qué?

–Me quedaré solo. –me miro mal.

–Puedes venir conmigo.

– ¿Segura? No lo creo.

– ¡Vamos! Habrá muchas chicas. –levante las cejas varias veces y el carcajeó.

–No lo sé.

–Por favoooooor. –dije alargando la “o”.

Se quedó mirándome, pensando. Sonrió y asintió.

– ¡Genial! –dije aplaudiendo. –Iré a bañarme.

– Está bien, ¿Qué había que llevar al show?

–Ropa, alimentos no perecederos. Ahm…Podíamos donar plata. No recuerdo que más.

 –Oh genial, mi madre tiene ropa guardada que ya no usamos, podemos llevar eso.

–Cool. Yo tengo ahorrado, antes de ir al concierto pasaremos por un Súper mercado.

–Oye, aquí comemos ¿sabes? Si hay alimentos no perecederos aquí. –Reí

–Me dejan quedarme, me dan de comer, me haces conocer Barcelona, me acompañaras al concierto, llevaras gran cantidad de ropa y ¿no me dejaran si quiera comprar alimentos para llevar? –él puso sus ojos en blanco.

–Está bien, ve a bañarte.

Asentí sonriendo y subí a la habitación.

***

–Te ves linda. –dijo José.

Definitivamente hoy es el día que los chicos lindos le prestan atención a Mackenzie. Y no sé porque.

–Gracias. –sonreí. –Me gusta esa camisa.

–Soy un loco por las camisas. –reí.

–Antes que me valla tienes que prestarme una. Las amo. Siempre se las saco a mi hermano.

–Claro…–sonrió. – ¿Tienes un hermano?

–De corazón.

– ¿Mejor amigo?

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