Capítulo cuarenta y cinco. "Nunca más tomaré alcohol"

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Niall's Pov.

Muerdo mis uñas, hoy es viernes..bueno realmente es sábado y Mackenzie no me ha hablado en todo el maldito día.

Estoy ansioso, desesperado, por su respuesta y, aunque la entiendo y sé que al igual que yo esta asustada, necesito una respuesta antes que prácticamente me muera.

Sigo mirando televisión, son las dos de la mañana y no puedo dormir. Cuando llegué hace varias horas y quise ir a hablar con Mack, su casa estaba vacía. No había nadie, ni siquiera Máx me ladró, lo que seguro es por que estaba arriba o..¿se mudaron? No no no no eso no puede estar pasando, ella no puede irs..

Mi móvil sonando, indicando que tenía una llamada entrante, me distrajo de mis pensamientos.

¿Quién llamaría a esta hora? Tomo el control, le bajo el volumen a la televisión y cojo el teléfono.

—¿Mackenzie? —pregunto confundido al leer su nombre en el identificador de llamadas, una música increíblemente fuerte, a través del celular, me deja sordo por unos segundos. Frunzo aún más mi ceño y espero que ella conteste.

—Hey, amigo. —habla arrastrando sus palabras. Mi expresión se intensifica más y miro el móvil raramente.

—¿Mackenzie, eres tú? —ella ríe.

—¿Quién mas sería? Genio. —ríe, de nuevo. —¡Eh morocho, otro más! —grita terriblemente fuerte, hablando como toda borracha.

Esperen..¡esta ebria! Maldición.

—Hey, Mack ¿dónde estás? —digo preocupado. Ella vuelve a reír e hipar. Demonios.

—Que se yo, gruñón. —ríe.— ¡Apurate! —grita. — morocho de mierda. —maldice. —Te llamaba por que ¿sabes qué? Me dio curiosi..curios..curiosidad. —arrastró sus palabras. —saber quien era "Rubio perfecto" en mi agenda. —sonreí como estúpido, pero de inmediato se borró mi felicidad.

—Dime donde estas, por favor.

—Tranquilo aguafiestas, estoy con Shh. —enarque una ceja.

—¿Shh? —pregunté.

—Sí, ese mi amigo. Shh.

—¿Ash? —reí y ella se quedó pensando.

—Algo así. —habló. —Y también esta Yon y algún raro extraterrestre rubio con el nombre de los premios Emmy. —habló ebria y confundida. Rodé los ojos.

—Sean y Emma. —corregí. —¿Puedes pasarme con alguno de ellos?

—Nopiti nopiti nop. —carcajeó. —No sé donde están.. —chapsqueo su lengua en forma de falsa desilusión. —Lástima.

—¿Tienes tu GPS prendido?—silencio fue su única respuesta. —¿Mackenzie?

—Lo siento, creí ver una salchicha parlante. —su voz demostraba concentración y tristeza. —Pero se fue..diablos quería darle un mordisco.

—Deja de dec...

—¡Oh santa mierda!

—¿Qué? —me senté normal en el sofá, preocupado.

—La salchicha parlante volvió. —chilló feliz. —¡Y me saludó! —respiré hondo.

—Descuida, iré por ti.

—¿¡Qué!? N.. —corté.

***

Cerré mis ojos unos milisegundos al oír tan fuerte la música, olor a todo lo que una buena imaginación sea capaz de inventar había en este lugar. Por un momento recordé las fiestas de seniors que hacia con mis compañeros y podían llegar a ser peores que esto.

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