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Desperté con un brazo rodeando mi cintura. Otra vez aparecía la sonrisa tonta cuando ví de quien era ese brazo.

–Agn...– mi padre abrió la puerta de la habitación.– ¡Qué mierda hace él aqui!– Gritó haciendo que Thomas se despertase exaltado.– ¿Me voy una noche y te traes a alguien a follar?– Siguió gritando.– Vete de aquí, vamos.– Empujó a Thomas fuera de la cama y de la habitación y cerró la puerta.

–No hemos follado, solo es un amigo.– me molesté en decir sabiendo que no arreglaría nada.

–Siempre me he preocupado por ti, por tu educación, tu salud... y, ¿qué recibo a cambio?– Rió sarcásticamente– Nada.

–Nunca te has preocupado por nada papá, ni por mí, ni por Victoria.– mi voz cada vez salía con más rabia. –Te ha importado una jodida mierda lo que hayamos hecho siempre y cuando no hayamos manchemos el nombre de la familia. Ni si quiera te importó que pasase droga, te importaba más que alguien se enterase de quien era mi padre y tuviese repercusión en tu imagen.– Me levanté de la cama y me acerqué a él. –Ni si quiera te molestaste en consolarnos con la muerte de mamá.– Le miré a los ojos.– ¿Sabes? Ojalá te hubieses muerto tú en vez de ella.

No le dí tiempo a responder cuando salí corriendo de la habitación. Me la había jugado, vaya que si lo había hecho, pero me sentía bien. ¡Me sentía jodidamente bien!

Salí a la calle esperando que Thomas estuviese allí.

Él y mi hermana estaban debajo de mi ventana, habían escuchado todo.

–Se va a liar.– habló Victoria.

–Que se líe, no pienso volver a poner un pie en esa casa. Mañana sacaré mis cosas y buscaré donde ir.

–Podéis quedaros en mi casa.– Ofreció Thomas.– Vivo solo y sobran dos habitaciones.

Victoria negó.–No queremos meterte en esto.

–¿Más de lo que ya está?– Pregunté.

–No me importa, de verdad.– dijo sincero.

–Pero en cuanto encontremos piso nos iremos.– habló de nuevo Vic.

Y esa misma tarde, sacamos nuestras cosas de esa casa y las llevamos a casa de Thomas. Nuestro padre intentó impedirlo, pero Victoria le plantó cara y nos dejó marcar. No sin antes repetirnos lo malas hijas que somos y la poca comprensión que tenemos con él.

Mi habitación en casa de Thomas era muy parecida a mi habitación en España. El mismo puto gotelé, que de verdad, yo pensaba que eso solo existía en España. Tenía al fin una cama de matrimonio para mi sola.

Tenía miedo de que esto que acababa de pasar afectase de más a Vic y no lo diese todo en el festival.

(...)

–¿Y le dijiste todo eso?– preguntó asombrado Damiano después de escuchar lo que había pasado esa mañana.

Vic y yo asentimos.

–Eres una puta crack Agnès.– Damiano extendió el puño para que lo chocase.

Correspondí el choce.– Si no lo hacía en ese momento sentía que iba a explotar. 16 años de mi vida despreciandonos. ¡Qué no había día en el que no me llamase puta!– exclamé abriendo los brazos.– Es una mierda de persona.– Concluí.

Ethan apareció con la cena.

–Bien– Thomas se levantó. –Me muero de hambre.

Durante la cena planificaron los dos próximos meses de ensayo. Aún quedaba mucho para San Remo pero querían estar preparados a tope.

Después de cenar seguimos charlando de cosas sin sentido. Me pareció muy tierno que Thomas fuese anoche a casa, durmiese conmigo y después de lo que pasó con nuestro padre nos acogiese en su casa.

–Bueno,– Ethan se levantó del sofá.– Me está entrando sueño, así que me voy a ir. Hasta mañana.

–Nosotros nos vamos también.– Se levantó ahora Thomas.

Nos despedimos y fuimos a la casa.

Nada más llegar corrí al baño a ducharme. Sabía que si no entraba nada mas llegar lo haría Victoria y se tiraría dos horas encerrada.

No tardé más de 20 minutos en salir del baño. Corrí a mi habitación a ponerme el pijama.

–Buenas noc...– Thomas entró a mi habitación mientras me estaba cambiando.– Perdón, perdón, perdón.– Se tapó los ojos.

Negué riendo– Cómo si fuese la primera vez que me vieses desnuda.

–Éramos unos críos entonces.– Rió.

–Vale, ya puedes mirar.

Se destapó los ojos. –Solo venía a desearte buenas noches.– Se rascón la nuca. –Descansa.

Estaba a punto de cerrar la puerta.

–Espera.– le detuve. –Gracias. Ya sabes, por acogernos en casa y bueno, también por lo de anoche.– Reí nerviosa.

–Te dije que no dieses las gracias. Los amigos hacen estas cosas.

Auch. Me llamó amiga, que sí, era lo que éramos, muy buenos amigos.

–Una última cosa.– volví a hablar.– ¿Puedes dormir conmigo?

–Ehm, sí. Deja, deja que me cambie de ropa.

Asentí y se fue.

No entendía porque le había pedido que durmiese conmigo. Supongo que me dolía lo de mi padre y necesitaba no sé, sentirme querida tal vez.

No sé que poner aquí xdxd. Gracias por el apoyo que le dais, y por comentar, me lo pasó bien leyendo vuestros comentarios xdxd <3

Still loving you [Thomas Raggi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora