05

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Capitulo 05: "Park JiMin".

YoonGi frunció el ceño y lamió sus labios en un jadeo que ocultó vagamente su asombro. Por supuesto que era él. Él hombre con el que había intercambiado miradas y un ambiente tenso en aquella mansión, quien era el mismo que ahora lo observaba tan sonriente como aquel gato de un viejo cuento infantil.

—¿Te conozco?—preguntó con voz grave, aún sosteniendo firme su arma tanto como podía y mirando de reojo sus costados. Alerto ante cualquier posible amenaza.

Conocía la respuesta a su pregunta, un definitivo no. Había sido más de cortesía, incluso alguien como él mantenía modales.

Ninguna persona con la que había frecuentado portaba un cabello tan rubio y rizado como aquel chico, tampoco lucía ojos celestes y labios gruesos. Sobretodo, ningún hombre llevaría un vestido. Exótico. La palabra correcta para describirlo era aquella.

—Depende—musitó suavemente.

YoonGi no estaba particularmente extasiado para lidiar con idiotas y sus irritantes complejos de superioridad. Aunque, para ser francos, nunca estaba de humor para nada. Una cualidad un tanto perjudicial de él que admitía ser insufrible.

El contrario lo miró sobre sus pestañas. YoonGi le devolvió la mirada, firme y severo.

El joven sonrió aún más. Retandolo. YoonGi quiso reír, no lo hizo. Ahora, él dudaba si aquel hombre realmente sabía con quien hablaba con tanta osadía. Se mantuvo totalmente sosegado ante la situación. Perder su valioso tiempo de tal manera era casi un insulto hacia su persona.

—¿Entonces?—preguntó Min, acercándose hacia él, decidido a actuar si intentaba siquiera moverse—. Podría volarte el cerebro ahora mismo.

—Lo sé, pero no lo harás—dijo, caminó hacia el criminal y él mismo sujeto el arma sobre las delgadas manos de YoonGi, entonces colocó el cañón sobre su pecho. Min pestañeo repetidas veces—Me necesitas.

—No lo creo.

—Yo sí.

—¿Quién mierda eres?—escupió aquellas palabras tan bruso que incluso el rubio tembló ligeramente, casi imperceptible. Pero YoonGi lo notó, y eso fue suficiente para él.

—¿Debería decirte?

—A decir verdad, no me interesa—se alejó de él. Dio media vuelta y caminó lejos del rubio. El chico lo miró con una ceja curvada. Intrigado. Bien, no era precisamente lo que esperaba.

YoonGi debía continuar. Ni siquiera giró para observar una ultima vez a aquel joven. Salvar a NamJoon de esos matones era primordial en aquellos momentos. El tiempo desperdiciado con el rubio podría haber sido tan decisivo si es que alguno de ellos decidía finalmente atacar a el ex-militar o al hechicero.

Ningún ruido se dejaba oír. Solo el leve crujir de los arboles en los bosques que viajaba a través del viento. Y eso, aunque no fuera de su agrado, lograba aliviar su ansiedad.

Suspirando cargó su arma, pensó en como es que habían llegado hasta ese momento. En como él había llegado hasta ese momento, en donde se relacionaba con más de una persona, y sin siquiera pensarlo se arriesgaba por completos desconocidos. Estúpido. Se volvía débil y estúpido.

Siete de Diamantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora