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Capítulo 10: Idiotas / Más allá de Delirium.

Había amanecido por completo varios minutos atrás, mientras YoonGi observaba el cielo y pedía a los Dioses paciencia.

Se llamaba a sí mismo idiota, tratando de no desenfundar su arma contando hasta diez (o cincuenta, o cien). Había perdido la cuenta desde que volvió junto Kim desde las profundidades de un manto blanco y los vio. Siendo un espectáculo de algún circo, luciendo como idiotas.

No sabía que había ocurrido, o siquiera sí había ocurrido algo, solo se desató. Supuso, claro está, que simplemente era demasiado para ellos como lo era para él. El hecho de lidiar con desconocidos era suficiente, pero de todas forma no intentó simpatizar.

Park estaba colgado de la espalda de JungKook, sosteniendo una navaja plegable de hierro en su cuello. Jeon era más alto y robusto que él, pero Park era ágil y escurridizo; era un espía (o algo así) y estaba entrenado, Jeon creció solo, sin nadie más que la luz de la luna y él mismo. Y era grandioso, según los rumores, aunque Park, en ese instante parecía serlo más. Se deslizó entre sus piernas abiertas sobre la nieve y trepó por su torso, terminando de tal forma. NamJoon, un poco más alejado de ellos sostenía el arco del cazador, apuntando a los dos. O solo a JungKook. O solo a JiMin. Aunque, definitivamente, era mucho más probable que apuntara a JiMin, porque tenía el ceño fruncido—más de lo normal— y susurraba insultos. YoonGi había aprendido a leer los labios, años atrás cuando aún era joven y aprendiz del Sr. Min, así que la frase "maldito enano" se deslizó de los labios del militar junto con una flecha del arco.

JiMin esquivó la flecha por poco. Está siguió su curso hasta incrustarse en un árbol.

—¿¡Qué haces!?, ¡animal!—gritó. JungKook estaba inmóvil bajo suyo, con sus ojos ahora fijos en YoonGi. No decía nada, pero su miraba expresaba mucho.

—Él animal eres tú—suspiró. Cansado, o fastidado—. Saltas a atacar con unas cuantas provocaciones. Me sorprende que seas quién eres.

—Es una perra, ¿qué esperabas?, entrenada para defender el pene de su amo—JungKook habló, desviando la mirada. JiMin se perdió en si mismo un segundo efímero, Min se atrevía a decir que aquello lo había herido, pero si lo hizo, no lo demostró. Aunque se distrajo. Y Jeon lo notó. El cazador alzó sus manos detrás de su cabeza, inclinó ligeramente todo su torso hacia abajo, tomando al rubio de los hombros y tirando de él con fuerza.

Su cuerpo cayó delante de JungKook, junto con un grito ahogado de sorpresa y dolor. 

YoonGi rodó los ojos. Faltaba alguien, así que lo buscó con la mirada liberando un bostezo. Lo encontró; HoSeok, quién estaba más allá del espectáculo, miró como pasó sus manos por su rostro y luego por su cabello rojizo. Dijo algo que no logró oír debido a la distancia, y giró su cuerpo. Desapareció entre el gentío espectador. Min no pudo seguirlo con la vista más allá y se volvió hacia los otros tres.

—Maldito—JiMin jadeó. JungKook, bajo él, lo mantenía presionado a su pecho. Sus brazos marcados alrededor de su cuello le prohibían el paso del aire, y su garganta ardía con fuerza. Aún así, Park no se calló—. H-hijo de puta.

—Deberías detenerlos.

YoonGi miró a TaeHyung sobre sus pestañas. Lucia calmo, mirando la escena con desdén y una mueca en sus labios. Su cabello parecía más blanco que gris en ese instante, y Min se preguntó si tendría que ver con el hecho de haber regresado a su hogar, con su gente. Se sintió curioso a niveles más altos de lo usual. Pero empujó la pregunta y la curiosidad al confín de su mente y se encogió de hombros. Sin interés en absoluto. Le molestaba, completamente. Y se conocía lo suficiente a sí mismo, y su limitada paciensa. Pero no le importó en esos momentos como quedarían ante los demás, así que planeaba ignorarlos. No estaba allí para ser una jodida niñera.

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