4.- Tacto

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- Iracebeth? - susurró entrando a la habitación de la mencionada.

Un sitio frío, papeles por todas partes, todos con cosas escritos en ellos, ropa tirada en el piso y ella sentada a los pies de su cama, la cual también estaba destendida.

Si bien su habitación no era el espacio más pulcro de la academia, no se veía así de descuidado, era como si una tormenta de emociones hubiera deshecho el lugar.

Parecía que nuevamente no había dormido, sus ojos ya se empezaban a ver menos blancos y más cansados, cosa que provocó preocupación de parte de número dos, haciendo que se arrodillara para quedar a la altura de su compañera, poniéndose frente a ella.

- ¿Estás bien? - preguntó Diego tratando de que sus palabras no tropezaran y lo hicieran ver patético.

- Si, perdón no avisarles, de nuevo no desayunaré con ustedes, tampoco iré al entrenamiento pero los veré más tarde, si? - explicaba la chica con una falsa tranquilidad, poniendo su mano en el hombro del moreno.

- Eh, bien, pero bajarás a comer? - tenía miedo por su hermana, no entendía que le pasaba.

- Si, ahí estaré, Diego -

Lo abrazó, como intentando decirle que no se preocupara por ella, pero sin querer reflejó lo mucho que necesitaba ese pequeño confort.

El chico se levantó y ya se dirigía a la puerta cuando ella lo detuvo con su voz.

- Toma la carta que dice tu nombre, detrás dice cuando leerla -

Obedeció a sus palabras, pudo notar una lista con sus nombres debajo de las cartas.

El de Klaus estaba tachado y no se encontraba el nombre de número cinco ni el de seis, no sabía que significaba eso pero tampoco le prestó mayor importancia, solo tomó la suya y se retiró, pasando por su habitación en el camino para guardarla rápidamente e ir a desayunar con los demás.

- Dijo que nos verá más tarde, no irá a entrenamiento tampoco - declaró incorporándose en el espacio con los demás.

- Es un poco irresponsable que no vaya a entrenar - mencionó número uno tomando asiento frente a tres, quien ya lo miraba mal por su comentario, a decir verdad, no pensó demasiado lo que dijo.

- Luther, Beth no ha venido a desayunar con nosotros en tres días, hoy no entrenará, no sabemos la razón y lo único que te importa es si es responsable o no? - reprochó número seis al rubio, se notaba molesto por lo dicho con anterioridad.

- Anoche habló con su padre, joven Luther, él le indicó que faltara al entrenamiento - dijo Pogo entrando al lugar, era otro reproche para el chico, pero ahora más tranquilo y por alguien a quien si le haría caso, así que solo guardó silencio.

- Pronto volverá, chicos - decía la castaña desde su lugar, intentando convencerse con sus palabras, tal vez intentaría visitarla luego.

Número cinco no decía palabra alguna, solo miraba a la vacía silla junto a él, no tenía idea alguna de que pensar, solo esperaba que todo mejorara mañana.

- ¿Porqué papá ya no desayuna con nosotros?-- preguntó tres mientras dirigía una cucharada de su desayuno a su boca.

- Tiene mucho trabajo, señorita Allison - respondió el simio, siendo lo último que se escuchó en la habitación.

-

Reginald fue más duro ese día, se mostraba algo estresado y con menos paciencia.

Obligó nuevamente a número seis a usar sus poderes, también provocó un pequeño conflicto entre el mencionado y el rubio, sin recalcar lo agotado que dejó a número cinco, tanto que el joven ya no tenía fuerzas para teletransportarse o correr a su habitación, hizo que Allison usara sus poderes para quitar los peros que ponían los miembros, exceptuando a Ben, pues sorpresivamente lo hizo sin poner tanta resistencia, se notaba cansado honestamente, en cuanto a número dos, lo orillaron a utilizar sus cuchillos contra sus compañeros de nuevo.

Cartas - Umbrella Academy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora