8.- Klaus

97 10 0
                                    

- Lo siento... -

- No... así no debían ser las cosas, así no, tú no -

Despertó exaltada, sin darse cuenta sus ojos comenzaron un mar de lágrimas.

El tormento volvía a empezar, solo pudo cubrir su rostro con las manos mientras lloraba desesperada, susurraba reproches hacia ella y sentía que se ahogaba, ya no sabía que hacer pero no era momento para quedarse en blanco.

.

— ¿Alguien sabe cómo está Betsu? – cuestionaba el ojiverde mientras movía su tenedor inquieto en el plato.

- Ayer se veía bien - declaraba el castaño de rasgos asiáticos viendo a su compañero.

— No estaba en su habitación esta mañana – mencionó Klaus aún preocupado, la extrañaba.

A pesar de no decir nada, Cinco miraba al suelo intentando encontrar respuesta a eso, ¿dónde estaría?, ahora sus ojos miraban atentamente a los chicos que se encontraban conversando.

— Tranquilo, seguro fue a hacer algunas cosas o fue a hablar con papá – decía Allison tratando de calmar a su hermano.

— Niños, coman, la comida se enfría – advirtió divertida su madre mientras se mantenía parada junto a la silla que encabezaba la mesa.

— Mamá, sabes algo–

Fue interrumpido por la menor entrando al lugar, aliviando el peso que sentían, en especial el de los ojiverdes de la sala.

Klaus se levantó enseguida y la tomó entre sus brazos para brindarle un abrazo.

— Podemos hablar después? – musitó con angustia en su voz, su compañera asintió al notarlo y acarició con dulzura el cabello ajeno.

— A comer, cielo – avisó la mayor de ojos azules mientras ponía el plato en un lugar de la mesa.

Tomó asiento junto a Cinco, regalando una tranquila sonrisa a todos la cual devolvieron.

— Es bueno verte – susurró el castaño a su lado con un semblante tranquilo.

— Digo lo mismo –

Algunos los miraban bastante extrañados, ¿desde cuando esa química entre miembros?

— Esto es nuevo? – cuestionó número uno, señalando a los jóvenes con su tenedor junto a una sonrisa cómplice.

— De qué hablas? – preguntó el castaño siendo señalado, fingiendo no saber sobre que hablaba el rubio.

Ben y Diego rieron por lo bajo al ver eso, se sentía bien estar devuelta a la normalidad por hoy.

-

El entrenamiento fue como los días anteriores, pesado.

Aunque lo diferente fue la actitud del Hagreeves número cuatro, se veía algo inquieto y Allison parecía tener la necesidad de calmarlo.

Solo pudieron observar como mientras más avanzaba el tiempo más nervioso estaba.

Cartas - Umbrella Academy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora