- Lo siento... -
- No... así no debían ser las cosas, así no, tú no -
Despertó exaltada, sin darse cuenta sus ojos comenzaron un mar de lágrimas.
El tormento volvía a empezar, solo pudo cubrir su rostro con las manos mientras lloraba desesperada, susurraba reproches hacia ella y sentía que se ahogaba, ya no sabía que hacer pero no era momento para quedarse en blanco.
.
— ¿Alguien sabe cómo está Betsu? – cuestionaba el ojiverde mientras movía su tenedor inquieto en el plato.
- Ayer se veía bien - declaraba el castaño de rasgos asiáticos viendo a su compañero.
— No estaba en su habitación esta mañana – mencionó Klaus aún preocupado, la extrañaba.
A pesar de no decir nada, Cinco miraba al suelo intentando encontrar respuesta a eso, ¿dónde estaría?, ahora sus ojos miraban atentamente a los chicos que se encontraban conversando.
— Tranquilo, seguro fue a hacer algunas cosas o fue a hablar con papá – decía Allison tratando de calmar a su hermano.
— Niños, coman, la comida se enfría – advirtió divertida su madre mientras se mantenía parada junto a la silla que encabezaba la mesa.
— Mamá, sabes algo–
Fue interrumpido por la menor entrando al lugar, aliviando el peso que sentían, en especial el de los ojiverdes de la sala.
Klaus se levantó enseguida y la tomó entre sus brazos para brindarle un abrazo.
— Podemos hablar después? – musitó con angustia en su voz, su compañera asintió al notarlo y acarició con dulzura el cabello ajeno.
— A comer, cielo – avisó la mayor de ojos azules mientras ponía el plato en un lugar de la mesa.
Tomó asiento junto a Cinco, regalando una tranquila sonrisa a todos la cual devolvieron.
— Es bueno verte – susurró el castaño a su lado con un semblante tranquilo.
— Digo lo mismo –
Algunos los miraban bastante extrañados, ¿desde cuando esa química entre miembros?
— Esto es nuevo? – cuestionó número uno, señalando a los jóvenes con su tenedor junto a una sonrisa cómplice.
— De qué hablas? – preguntó el castaño siendo señalado, fingiendo no saber sobre que hablaba el rubio.
Ben y Diego rieron por lo bajo al ver eso, se sentía bien estar devuelta a la normalidad por hoy.
-
El entrenamiento fue como los días anteriores, pesado.
Aunque lo diferente fue la actitud del Hagreeves número cuatro, se veía algo inquieto y Allison parecía tener la necesidad de calmarlo.
Solo pudieron observar como mientras más avanzaba el tiempo más nervioso estaba.
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Cartas - Umbrella Academy
FanfictionNúmero ocho siempre priorizó una cosa, proteger a su familia sin importar el costo. Saber el futuro a veces puede ser una de las cargas más pesadas que hay, más cuando no sabes si es posible cambiarlo. Una historia medianamente corta.