Yacía un rato que la luna había llegado a su punto y los miembros de la academia dormían plácidamente en sus camas a excepción de Cinco.
El joven chico estaba recostado en pijama viendo al techo bastante inquieto.
Después de muchas charlas internas y algunos días llegó a la conclusión de que efectivamente, sentía algo por aquella castaña de ojos color avellana que tanta tranquilidad les regalaba a todos.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro al pensar en ello, era lindo aunque le faltaba aceptarlo un poco.
Se sentó a los pies de la cama pensando en el día que compartió con sus compañeros, fue realmente agradable y descubrió su gusto por la vainilla gracias a Diego.
Estaba inmerso en sus pensamientos hasta que el sonido de una puerta abrirse llamó su atención.
Con su característico ceño fruncido se levantó como acto de reflejo y asomó su cabeza, viendo al final del pasillo a ocho despidiéndose forzosamente de cuatro, quien se notaba bastante decaído.
Siguió con la mirada atenta, también tres salía de ahí limpiando su rostro y abrazando a la chica, dejándola sola mientras se llevaba al más bajo de ojos llorosos que suponía iba a su habitación.¿Pasó algo?
Se cuestionaba el menor volviendo a su cuarto por completo.Tal vez debería ir a ver
Pensó siendo invadido por una mezcla entre la curiosidad y preocupación.Decidido salió de su habitación y caminó a paso silencioso hasta la intimidante puerta de madera oscura perteneciente a la menor.
Respiró hondo y golpeó ligeramente, lo suficiente para hacerle saber de su presencia.
La puerta se abrió dando paso a una imágen de ocho con los ojos rojizos que hacían juego con sus mejillas, mirando con detenimiento podía notar la leve hinchazón en su rostro, la información suficiente para decir que estuvo llorando.
Ella al ver la presencia del castaño suspiró cansada, sabía perfectamente que no podía ocultar la evidencia de su llanto a ese punto.
— Iracebeth, qué pasó? – preguntó extrañado acercándose un poco, no sabía que hacer ahora.
Intentó abrir la boca para pronunciar alguna palabra pero sus ojos se cristalizaron de inmediato, solo dió un paso hacia atrás para dar entrada a su amado compañero.
El menor observaba la desordenada habitación con cuidado, tratando de desifrar lo que pasaba, tomando por sorpresa el como la chica se refugió en su pecho para comenzar un llanto casi inaudible.
Dudoso puso sus manos en la espalda ajena, formando una especie de abrazo que si bien le era raro no le causaba rechazo.
— Quiero ayudarte pero tienes que decirme cómo – susurró esté en el oído de la castaña aún abrazada a él.
— No puedes... –
La alejó levemente para buscar contacto con los hinchados ojos de la fémina, enserio le preocupaba pues parecía ser algo que entristecía a quien lo sabía y todas las conclusiones que cruzaban su mente solo lo hacían inquietarse más.
— Dime qué está pasando – pidió casi de forma suplicante – Ví a Klaus y Allison salir de aquí, confía en mí como confías en ellos, porfavor.
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Cartas - Umbrella Academy
Fiksi PenggemarNúmero ocho siempre priorizó una cosa, proteger a su familia sin importar el costo. Saber el futuro a veces puede ser una de las cargas más pesadas que hay, más cuando no sabes si es posible cambiarlo. Una historia medianamente corta.