Ambas chicas se encaminaban con pesadez hacia el comedor para tomar su primera comida del día.
Las profundas ojeras de Iracebeth parecían carcomer sus ojos, mientras Allison solo se encontraba con el cabello algo despeinado y evidente sueño.
Pronto un tercero de aproximó, tomando dulcemente el hombro de la rizada.
— Buenos días – saludó el rubio dulcemente tomando paso junto a sus compañeras.
— Buenos días, Luther – correspondieron ambas con tonos algo diferentes.
Esta vez la de ojos avellana estaba más decaída que de costumbre.
No era cansancio era tristeza y una culpa que repartía con su preciada amiga.
— Beth, todo bien? – cuestionó el ojiazul al notar que ni siquiera tenía aquella sonrisa sútil que la caracterizaba.
La fémina solo asintió suavemente.
— Abrieron un lugar de...–
— Misión – avisó la castaña tomando al más alto por sorpresa pero reaccionando rápidamente para cambiarse, avisando a todo miembro que se encontrara en el camino.
—
Lo que parecía algo simple se complicó al punto de dejar a 4 miembros heridos.
Dos heridas de bala, lesión en la pierna y corte importante en el rostro.
Aunque todos iban conscientes en el camino, la castaña se desmayó a unos metros antes de llegar a la academia.
— Betsu...Betsu – pronunciaba el ojiverde tomando el rostro de su compañera entre sus manos temblorosas, comenzando un río de lágrimas.
Fue tomado entre los brazos de Allison, quien le dió un pequeño refugio en ellos.
Luther alarmado por la reacción de los demás se aproximó a la menor, observando que todo estuviera en el mejor órden posible.
— Está bien? – la inestable voz de número seis se hizo presente, aturdiendo los oídos del rubio.
— Está viva – avisó tratando de calmar a los otros pero parece no sirvió de mucho pues con una mueca de dolor se estaba acercando su hermano, el cual últimamente parecía tener una relación cercana con la chica.
— A la mierda – maldijo tomando lugar a su lado para abrazarla, pues le era imposible cargarla por lo débil que se empezaba a sentir.
— Cinco, ya vamos a llegar, espera un poco – pidió el de ojos azulados tratando de retirar al castaño oscuro.
Este solo se deshizo del agarre y se teletransportó a la casa, cayendo enfrente de las escaleras y recibido por su madre, la cuál enseguida atendió a ambos, subiendo a cada uno en camillas diferentes con ayuda de Pogo, dejando al exhausto niño extenderse en la camilla con el suéter empapado de sangre, para después caer inconsciente al igual que su compañera
—
Abrió los ojos encontrandose con el familiar sitio que era su habitación, agradecía el silencio que estaba en el lugar y la poca luz que había.
— Te duele algo? – preguntó suavemente la chica a su lado captando su atención.
— No – una pequeña sonrisa se formó en su rostro al verla.
ESTÁS LEYENDO
Cartas - Umbrella Academy
FanfictionNúmero ocho siempre priorizó una cosa, proteger a su familia sin importar el costo. Saber el futuro a veces puede ser una de las cargas más pesadas que hay, más cuando no sabes si es posible cambiarlo. Una historia medianamente corta.