Capitulo 12

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-Diablos! Diablos! Diablos!- la persona que dijo que solo los niños hacían berrinches estaba muy equivocada.Llevaba más de 15 minutos pateando un árbol, me sentía algo culpable por qué el árbol era inocente pero me imaginé a Will y a esos cazadores así que debía de desquitarme con algo, aparte que seguía ahí, esperando como una tonta a que mellizo perdido, señor diablo y chico nostalgia aparecieran, pero no habían abierto el portal y aún no llegaban.Mi paciencia se había ido a la basura los primeros 3 minutos, para mí mala suerte parecía que Luc sabía que no tengo paciencia y por eso me dejó en una isla, había al menos 3 kilómetros de mar,tal vez más, tal vez menos; solo sabía que no podría cruzarlo como si se tratara de una alberca infantil y eso ya era malo.

-Piensa Harper- me dije a mi misma mientras veía al mar, podía nadar esa distancia, nunca había nadado tanto pero probablemente podría llegar a la orilla antes de quedar totalmente exhausta... por otro lado, no temía a cansarme, temía a que algo me alcanzará antes de poder cansarme... después del incidente de mi primer año, había sido decidió por los lideres que el mar fuera una restricción total para los retos, y me había aliviado que decidieran aquello por qué tenía miedo, ya llevaba demasiadas posibles muertes y lo que menos quería era volver a estar cerca de una sirena, lo había asegurado mil veces, las sirenas me odiaban.Todos decían que exageraba, que solo tenía mala suerte para aquello pero yo había decidido no volver a arriesgar mi vida si se trataba de sirenas.Aparte que ahora tenía un temor más, Luc había explicado que probablemente la visita al infierno podía reactivar mi lado demonio o vampiro, tal vez hasta ambos... y por lo poco que sabía de demonios, no se acercaban al agua.

-Los odio...maldita sea- creo que jamás había maldecido tanto como en esos minutos.Me quite la chaqueta de davitte y la deje en una piedra, esperaba que alguno de los demonios la notaria y la agarrara cuando abrieran el portal.Suspire mientras entraba lentamente al mar, ni siquiera me quitaría los zapatos, entendía que eso podía darme más dificultad para nadar pero tenia cicatrices en mis tobillos por las garras de sirenas y no planeaba agregar más.Finalmente mire al cielo un momento, desde que llegue había visto que estaba nublado pero parecía cada vez empeorar más... Solo deseaba que este día ya terminara.

Comencé a nadar, intentando concentrarme en ser veloz en lugar de pensar en la amenaza constante que sufría en ese momento, conforme los minutos pasaban podía sentir las corrientes ir más rápido y las olas chocaban entre sí, llevando me con ellas hasta que comenzaron a ahogarme, entre ambas cosas terminaba hundida demasiado tiempo en el agua y apenas podía subir a tiempo a la superficie para tomar aire pesadamente, por un momento pensé en volver pero al voltearme no logre ver nada, mire para todos lados en pánico, las olas eran demasiado altas y no podía ver hacia dónde iba, ni dónde había estado.Llego a un punto donde por más que nadara sentía como si las olas me mantuvieran en mi lugar, sofocándome entre el golpeteo del mar, podía escuchar los truenos provenientes del cielo y solo lograban aturdirme.El agua en mi rostro evitaba que sintiera las lágrimas caer por mi rostro pero sentía el nudo en mi garganta, sentía el temor y el pánico, no podía continuar ahí...Sollocé bajo, sintiendo el agua entrar a mis pulmones, quería detener aquello y solo volver a la noche anterior.

Tal vez era todo pero pensar en la noche anterior me reconfortaba, pensar en volver a la cita con Davitte, no era justo, yo lo quería y ahora que por fin todo en mi vida parecía acomodado tenía que pasar esto...ni siquiera culpaba a Luc, más bien culpaba a Lev de todo esto, y culpaba a Will, solo por el hecho de que siempre que ese imbecil está cerca algo malo pasa conmigo.Por estar pensando en aquello, ni siquiera note que mis ojos se habían cerrado y el mar me jalaba a la oscura profundidad, subí rápido a la superficie y tosí el agua en mis pulmones -Necesito... llegar con ellos...van a matarlos...van a matar a mis amigos- me dije a mi misma, pero aquello en lugar de darme fuerzas para continuar solo hizo que sollozara y fuera hundida por una ola.

Entre Corona Y DagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora