Miércoles 11 de agosto, 2021.
Apretó el botón plateado que se encontraba en la esquina de la enorme máquina expendedora de dulces. Había visto un chocolate de papel dorado que le atraía como las monedas de oro a los duendes irlandeses.
La verdad era lo único que le apetecía en ese minuto, el exceso de sudor en las noches, el dolor de cabeza y el hecho de que se resfriara constantemente desde hace casi un año atrás, la estaba volviendo loca.
Cuando la máquina iba a lanzar el apetecible dulce, se atascó.-Demonios -murmuró enojada, no había visto el cartel que decía 'fuera de servicio'. Su mala suerte parecía extenderse hasta con el simple hecho de saborear una barra de chocolate.
Miró el reloj en su muñeca y supo que debía reunirse en un gimnasio espectacular de la Universidad de Loyola, en Nueva Orleans, la ciudad más grande del estado de Luisiana.
Apenas había entrado a clases el día 4 de agosto, y vio el aviso de que se necesitaban señoritas para entrar el equipo de porristas que alentarían este año escolar al equipo de fútbol americano de la Universidad.A Marinette le llamaba mucho la atención todo lo relacionado con ejercicios físicos, saltos, gritos y la apariencia. No por nada fue la porrista principal en la secundaria, tal vez algo perversa con los estudiantes un tanto nerds, pero era buena de corazón. Si había tenido esa personalidad un poco desagradable con quienes no la conocían de verdad, todo era causa de quien fue su primer novio a los quince años, un desgraciado de pies a cabeza.
Estaba bajando los peldaños de la escalera cuando de pronto sintió un mareo y un leve dolor en el centro de la cabeza. Era como si todo a su alrededor diera vueltas y vueltas, como le sucede a los borrachos. Un quejido fue lo único que pudo pronunciar antes de tantear con la mano la barandilla de su lado, posó su mano en ella y cayó hacia adelante en un desmayo.
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Flashback. [TW: sexo sin consentimiento]
Lunes 6 de agosto, 2018. Tres años antes.
Jacksonville, Florida.
Los autos llegaban con la música a volumen máximo, tanto así que las ventanas y los asientos vibraban. Durante días se comentó lo grandiosa que sería la fiesta de cumpleaños de Theo, irían los chicos más populares, con un estatus socioeconómico delirante.
Ese día, Marinette había estado toda la tarde en la casa de su abuela, donde ella vivía, pensando en qué podía regalarle a su novio. Apenas hacía tan sólo cuatro meses estaban saliendo, pero ella, una muchacha de buen corazón, creía que era el amor de su vida, un muchacho ideal tanto físicamente como en su personalidad. Siempre le decía que la quería, que iban a estar bien juntos, que no escuchara los malos comentarios de los demás.
A decir verdad, Marinette Dupain-Cheng a sus quince años era bastante sencilla, con un cuerpo delgado sin muchas curvas, por eso molestaban a Theo, por salir con una niña perdedora.
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Bitter Sweet Symphony || Adrinette AU
FanfictionCuando tenía quince años, creía fielmente en el amor. Creía en la fidelidad de un hombre. Le atribuía todo lo bueno que un príncipe azul pudiese poseer, sin saber que ese hombre de príncipe no tenía nada. Él le prometió el cielo y la tierra, la luna...