El grito desgarrador de la muchacha le estaba partiendo el alma. Jamás soportó ver mal a un paciente, y de hecho recordaba muy bien cuando Camilo logró convencer a una mujer de firmar para desconectar a su esposo y cuánto aquello le había afectado.
Los dedos de Marinette seguían botando sangre porque tenía heridas provocadas al romper el espejo a golpes. Trataba de hacer el máximo esfuerzo posible para apretarla contra su cuerpo e impedir que se golpeara alguna otra parte en su desesperado ataque de llanto e incontrolables movimientos.Se estaban manchando con su sangre, pero aquello no le preocupaba, lo que lo tenía asustado era que sangrara tanto teniendo SIDA. De una u otra forma trató de sostenerle el brazo para ponerle un trozo de tela a sus cortes, pero alguien aprovechó ese momento para sostenerla y colocarle un tranquilizante intravenoso con la jeringa. Cayó al suelo mientras gritaba.
-¡No! -hasta parecía estar poseída, no se dejaba tocar pero a los pocos segundos su cuerpo fue respondiendo al sedante. El rubio se volteó furioso al ver esa fría mirada.
-¡¿Es que eres imbécil Camilo?! ¡¿Por qué has hecho eso?! ¡¿No te das cuenta de cómo está?!
-Mandé a estas enfermeras a callar todo este escándalo, tu amiga puede alterar a otros internos -sin soportar la angustia, con los ojos llenos de lágrimas el rubio le pegó una bofetada a su colega.
-No puedes llegar y administrar sedantes como si fuesen caramelos, ¿te imaginas si fuera alérgica y la matas?
Rápidamente el doctor Agreste impidió que tocasen la sangre sin guantes quirúrgicos. Sostuvo a Marinette entre sus brazos y la llevó a urgencias para que lo ayudasen con las heridas mientras gente limpiaba los vidrios y manchas de sangre que dejó con los dedos.
Camilo sobaba su mejilla levemente sonrojada por el golpe de Adrien, mirando con asco cómo había dejado el baño esa muchacha.
Mientras, Adrien estaba más preocupado en curar las heridas de Marinette, chequear que nadie le hiciera daño, como si el instinto de protección se volviera mil veces mayor.Fue interrumpido por el llamado del neurorradiólogo. Le besó la frente a la muchachita con cuidado y salió de allí.
Con dolor y los ojos aún húmedos, caminó hacia la sala donde los habían atendido antes de que todo eso pasara. Sentía tanta pena, porque era amiga de Zoé, por ser tan joven y tener un futuro arruinado, más aún por haberse convertido en una persona a la que ayudó constantemente, más por algo que no sabía qué era.
Abrió la puerta, encontrándose con la enfermera llorando y el neurorradiólogo mirando triste las imágenes de la resonancia magnética. Ambos lo observaron y supieron que estaba sufriendo. Está bien, a muchos profesionales les duele y hasta lloran cuando uno de sus pacientes sufre desproporcionadamente, pero pronto en Adrien se notaría algo anormal en su relación médico-paciente. ¿O serían sólo imaginaciones suyas?-¿Cómo está ella? ¿Dónde está? -preguntó el médico.
-La internaron un momento, rompió un espejo con sus manos mientras gritaba y lloraba -respondió en un susurro débil. Se acercó a la enfermera y le sostuvo la mano-. ¿Qué te sucede?
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Bitter Sweet Symphony || Adrinette AU
FanfictionCuando tenía quince años, creía fielmente en el amor. Creía en la fidelidad de un hombre. Le atribuía todo lo bueno que un príncipe azul pudiese poseer, sin saber que ese hombre de príncipe no tenía nada. Él le prometió el cielo y la tierra, la luna...