Mi Linda Vaquita |JungHope|

Capítulo 21

Vacío y tristeza...

Era lo que sentía, antes había algo, algo que lo llenaba de alegría y que lo acompañaba. La presencia de su vaquita y más, saber que tenía una manada. Las drogas habían engañado sus sentidos en aquel entonces, era tan borroso y confuso, pero aún así recordaba el vacío y la tristeza.

Cuando salió de la fábrica no fue precisamente feliz, simplemente se llenó de mucho alivio, aquello se podía confundir con la felicidad. Pero aquel vacío no se llenó, intentaron ayudarlo, pero al final todos sabían que no había un modo realmente. Estaba solo y no había cómo remediarlo.

¿Acaso hay una cura para la soledad? Que alguien se la dijera, porque no la conocía y lo estaba matando lentamente. Cada día se sentía más débil, cada día ese vacío se sentía más grande. Pero, oh, de repente sintió un chispazo, su vaquita se había enojado, pensó, realmente creyó que ella no estaba presente.

Pero si no estaba, entonces, ¿Por qué se había enojado? ¿Cómo se había enojado?

Eso lo había hecho sentir algo más calmado, como si en alguna parte su vaquita estaba observando, ella había vuelto a ver.

No solamente eso, en algún momento, juró haber escuchado su campana, suavemente, pero la había escuchado.

No sabía si se estaba engañando a él mismo, o si realmente podría tener aunque fuera un poco de esperanza. Pero luego volvía a sentirse débil y cansado, y ese vacío aún estaba presente, lo mataba lentamente.

Luego estaba ese sentimiento extraño, algo que nunca había sentido y que hacía sus mejillas sonrojar. Una risa, un grito, un comentario... Jungkook. Lo hacía agachar su rostro y sentir sus mejillas calientes, su corazón se aceleraba y cielos, no sabía bien lo que sentía.

Pero allí estaban ambos sentados en su cama, él estaba aguantando la respiración inconscientemente porque tenía cierto temor de prestarle la campana de su papá. Como si ésta se fuera a derretir en las manos del Alfa.

Extendió su mano para entregarsela y el Alfa la tomó, y oh.

Por un segundo creyó que lo estaba imaginando. El tintinear lo escuchó desde el primer segundo que Jungkook la tomó de sus manos. El Alfa extendió el collar negro y dejó la campana colgar, se movía y él escuchaba el hermosos sonido, sintió su piel erizarse y un sentimiento electrizante llenarlo hasta la punta de los dedos de los pies.

No sonaba igual, no, no cómo cuando la llevaba su padre. Sonaba diferente, un poco más suave y aguda, si tuviera que describir el sonido, lo describiría como alegría. Tragó saliva cuando Jungkook tomó la campana con una mano y se giró a él.

¿El Alfa acaso sabía?

¿Jungkook podía escucharla también? ¿Qué pasaría si le dijera? ¿Sería extraño?

─ Es más liviana de lo que pensé. ─ Le dijo Jungkook. ─ ¿Estás bien? No voy a romperla. ─ El Alfa rió y Hoseok volvió a tragar saliva.

─ No es eso... ─ Dijo Hoseok en un hilo de voz, es que no podía respirar.

─ ¿Entonces por qué me miras así? ─ Preguntó el Alfa.

¿Podría decirle?

Cielos.

Agachó el rostro y pensó, pensó porque su cuerpo estaba reaccionando y se sentía bien, se sentía feliz. Una idea vino a su mente y no sabía si era lo correcto, pero era su única oportunidad, su única oportunidad de vivir.

─ ¿Hoseok?

El Omega salió de sus pensamientos y volteó a ver a Jungkook de nuevo.

─ ¿Estás bien? ─ Preguntó el Alfa.