Capítulo 41

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Hola querida,

Siempre estoy celebrando la amistad entre la familia Park y la familia "Kim." Tengo unos cuantos favores que pedirte. Para comenzar, mantén un ojo sobre mi hijo, Park Jimin. Lo he dejado volver a la manada bajo la condición de que consiga una vaquita. Necesito que te asegures de que no le diga a nadie.

También necesito tu ayuda pues la manada del norte no ha vuelto a contestar nuestros llamados, pensé que estarían esperándonos con los brazos abiertos. Sin embargo, no estoy seguro de la situación.

Aún no hemos podido comenzar la producción de leche, debemos esperara a que las vacas terminen su periodo de gestación para eso, pero las ganancias que obtendremos de la nueva manada son muchas.

No debes preocuparte, me aseguraré de hacerte llegar tu parte.

Necesito tu ayuda también para lograr identificar a las vacas que aún quedan en la manada, iré pronto por ellas.

No olvides que yo conozco los secretos de la familia Kim, pero no lo tomes como una amenaza, simplemente como un recordatorio de la extraordinaria amistad que mi padre y tu esposo formaron.

Espero una respuesta,

Atentamente,

P.

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La carta fue despedazada en muchos pedazos y arrugada antes de ir al basurero.

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Hoseok y Jungkook entraban a la casa del profesor Namjoon después de un día de clases. El profesor les había expresado que llegaría un poco tarde pues debía visitar a un amigo antes de llegar a casa, por lo que los menores siguieron su camino solos.

Todo se sentía en una extraña calma. Jungkook se preguntaba si ésta era la calma antes o después de la tormenta. Tenía un poco de nervios de lo que pasaría en su futuro, algo que hace mucho no sentía.

─ ¿Quieres comer? ─ Le preguntó a Hoseok y el Omega lo miró con una pequeña sonrisa. Sin embargo esta se borró y Hoseok se balanceó sintiéndose mareado. ─ ¡Hoseok!

Jungkook lo tomó entre sus brazos evitando que cayera al suelo y se golpeara. La vaquita tragó saliva sintiéndose algo confundida. El mareo aún no cesaba y se sentía un poco débil, su vaquita estaba mugiendo y escuchaba el tintinear de las campanas.

─ Hoseok. ─Volvió a llamar, sosteniéndolo un poco más fuerte y apegado a su cuerpo. ─ ¿Estás bien?

─ P-Perdón. ─ Dijo el pelinegro.

─ ¿Por qué?

─ No quise asustarte. ─ Le dijo pues había sentido la preocupación de Jungkook en el vínculo.

Hoseok intentó ponerse de pie pero simplemente aún no podía, comenzó a jadear un poco aguantando las ganas de vomitar. El Alfa se agachó y lo tomó entre sus brazos para poder llevarlo a la cama mientras el Omega presionaba sus ojitos, manteniéndolos apretados con fuerza.

Cuando llegaron a la habitación, Jungkook se dirigió directo a la cama y acostó al Omega con la cabeza sobre la almohada.

─ ¿Qué sientes? ─ Le preguntó.

─ Un poco mareado.─ Le dijo Hoseok llevando una mano a su rostro sintiendo que sudaba helado y eso lo aliviaba un poco.

Jungkook se preguntaba por qué el Omega se sentiría así, pero pronto tuvo la ligera sospecha de que lo que tanto había temido se había hecho realidad.

Mi Linda Vaquita |JungHope|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora