Hogar.

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-No puedo creer que tenga que volver a hacer esto.- algún día dejará de ser tan nervioso.

-Quién diría que te vería caminar al altar por tercera vez en tu vida.- Natasha se burla. Ha sido muy buena en eso.- Y sobre todo con una mujer de tu brazo. 

-Cualquiera mataría por ir de su brazo.- le defiende la preciosa novia.- ¿Cómo es qué sigues siendo tan guapo?

-Por favor, Irena. -sus mejillas arden en reproche.- ¿Estás lista?

-Yo sí, pero no tu esposo.- es alta, delgada figura y unos ojos color avellana. Aunque cuando se enfada, mérito que solamente Harry consigue, son de un verde oscuro enigmático y muy aterrador. -¿Podrías decirle que soy yo la novia y no él?

-Ya lo conoces.- Natasha rueda los ojos. -Se prepara para brillar.

-Yo siempre brillo, querida.- entonces entra. Su traje es un profundo azul marino, igual al suyo. Las líneas de expresión se han profundizado al borde de sus ojos y en el centro de su frente. Las canas han poblado su cabeza casi en su totalidad y se ve hermoso. Brillante. -¿Cierto, Peter?

-Por supuesto.- afirma vehemente. Con el mismo entusiasmo que hace muchos años.

-Mi pequeña bebé, sigo sin creer que el día ha llegado.- Tony toma las manos de su hija y las besa.- Estas perfecta, mi vida.

-Papá...- musita Irena. Su hija. Las mejillas se han colorido y su rostro contrasta contra el blanco de su vestido.- Hagamos esto de una vez, por favor.

-Harry se está impacientando, ¿por qué no han salido? -Benjamín entra a la pequeña habitación abruptamente.- Wow... Irena, te ves preciosa. 

-Tu no te ves nada mal.- contesta de inmediato.- Estamos listos. Vayan, vayan.

Biológicamente es hija de Peter y una donante. Pero es una versión femenina de Tony Stark. Tiene la misma sonrisa de travesura, es igual de terca e incansable que su padre y nunca, nunca ha perdido una sola discusión. Ahora esta de frente en la entrada de la carpa donde unirá su vida con nada más y nada menos que Harry Rogers-Barnes. 

Peter siente un escalofrío cuando lo ve de pie en el altar, esperando recibir a su hija. Es rubio, es de ojos azules y tremendamente alto, incluso más que su padre. No cabe duda que es hijo de Steve, tiene su porte, su elegancia y su palidez, pero transmite la misma calma y tranquilidad cuando sonríe como lo hace James.

-Sabemos que esta en muy buenas manos, Harry.- Tony habla y su voz es firme. Se oye a amenaza.

-Harás un buen trabajo.- agrega Peter a la amenaza.- No es por presionar. 

-Moriría antes de hacerle daño.- y es verdad. Están convencidos de eso porque es hijo de Steve y James. Y ellos morirían antes de lastimarse. Son una familia después de todo. 

La ceremonia lleva su curso en los jardines redecorados de la mansión Stark. Los novios inundan la pista y los invitados les acompañan. Peter observa, desde la mesa de los padres, como su hijo lanza miradas nada disimuladas al inquietante señor que se ha convertido Harley. 

Se pregunta si Tony ya se habrá dado cuenta de lo que esta sucediendo entre esos dos y qué tanto perderá la cabeza al saber que su hijo pequeño está completamente chiflado por alguien veinte años mayor que él. Y que además es recíproco. Toma de su trago y les observa un rato más. 

Benjamín es hijo biológico de Tony. Para Peter con Irena había tenido suficiente. La pequeña tenía energía infinita y tenia un apego desmedido con Tony. Pero el ingeniero afirmaba que lo correcto sería un integrante más, así estarían parejos. Además, Irena rogó, suplicó, lloró y pataleo junto con Tony para poder tener un hermano, Peter no podía lidiar con dos Stark al mismo tiempo y finalmente termino cediendo. Una de las mejores decisiones de su vida, sin duda. 

Una historia sin final. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora