Limpieza.

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Hay pequeñísimas gotas de sangre manchado la alfombra de su sala, están las cajas de pizza aún sobre la mesa del café y la mala hierba de Tony en la pipa que utilizaron hace doce horas.

Steve apenas se fija, el hombre parece sacado de su eje y sin rumbo. Peter le guía a la habitación principal y le prepara una caliente ducha. Ese apartamento es de tecnología de punta y le recuerda a su antiguo hogar, en Londres.

Mientras su esposo se hunde en las burbujas, Peter se dedica a recoger la evidencia de ese día trágico. De como un simple acto se convirtió en una cadena de desastres irremediables.

"¿Todo bien?" Pregunta el mensaje de Natasha, quien sin duda está igual de desconcertada que ellos. Se podría decir que igual de asustada que Peter, pues nunca había visto a Steve tan molesto.

"Supongo que sí. ¿Cómo te sientes?" La rubia se negó a acompañarles, dijo algo como: ustedes tienen demasiado que hablar. Y prefiere la soledad de la habitación de su apartamento temporal.

"Sigo en shock. Tratare de dormir." Y la conversación termina. Peter sabe que ese día ha sido larguísimo y cada uno lucha por no ahogarse en sus propios pensamientos.

El bote de basura se va llenando de cajas vacías, de botellas de cerveza y de servilletas. Lo hace todo en automático y en un vano intento de mantener sus manos ocupadas. De ordenar todo lo que debe decir y la decisión que he tomado, pero el temor a la reacción de Steve le hacen morder su labio y dudar.

- ¿Hay algo para cenar?.- da un leve respingo cuando la voz de su esposo llena la cocina.- ¿O pedimos algo?

- ¿Te gustaría algo de fish and fries?.- pregunta de inmediato.

- Gracias.- se ven asustados y desconectados.- ¿Quieres que te ayude?

- No.- es rápido, así que se aclara.- Descansa un rato, esto no lleva mucha ciencia.

Steve no dice más. Asiente y se marcha de la enorme cocina. Peter suspira casi aliviado y se apresura a sacar los filetes de pescado del frigorífico y a calentar el aceite. También destapa una botella de vino, se sirve una copa de inmediato y su mirada se pierde en el burbujeo de las papas friéndose.

                                [...]

Treinta minutos después sale de la cocina con dos platos a rebosar de papas fritas y el filete de pescado en el término correcto. Pero Steve no esta en la sala, ni el comedor. Esta en el balcón, fumando la mala hierba de Tony.

Peter quisiera decirle que no es lo mejor en ese momento, no han comido nada en todo el día y los ánimos están por los suelos. Pero él se ha tomado más de tres copas de vino y siente que es la manera que en ambos tratan de lamer sus heridas.

- Esta listo, no esperes que se enfríe.- le dice y comienza a llenar las copas. Los ojos de Steve se posan en él y le sonríe con lentitud.- Espero te guste.

- Siempre me ha gustado.- contesta. Se siente y Peter repite la acción.

Comen en un silencio aplastante, Peter siente que ha sido transportado al pasado, cuando él y Steve apenas cruzaban palabra. Es como volver a cenar con un extraño. Un extraño en casa.

La comida comienza a desaparecer junto con el vino. El cansancio se deja caer y las piernas de Peter se siente pesadas. Steve tiene una mano debajo de su barbilla y se ve extremadamente hermoso. Peter suspira y se levanta de la mesa.

No sabe lidiar con todo eso, no sabe ni que debe decir. Debería estar molesto y abofetear al mayor, aunque también debería estar cruzando el atlántico y llamando a Loki para tener algo de consuelo. Maldita sea toda esa situación.

Cuando regresa de la cocina, Steve se ha traslado al sofá y sigue fumando. Le llama y Peter obedece automáticamente a su esposo. Porque lo sigue siendo.  A pesar de saber que tiene un amante, a pesar que él le descubrió besando y abrazando a otro hombre, que golpeo su muñeca y que es evidente que esta sufriendo por su amante, sigue siendo su esposo.

- ¿Qué nos está pasando?.- la pregunta es lanzada y se envuelve con el humo que expulsa la pipa llena de mala hierba.- ¿En qué momento dejamos de ser nosotros?

No tiene respuesta. Toda esa relación se debilitó cuando Tony apareció. Cuando Bucky sonrió y movió en Steve lo que Peter nunca movió. Porque Tony sacaba el peor lado de Peter y toda esa adrenalina le motivaba a salir cada mañana y dar pelea.

Peter se une al rubio y la hierba mala también entra a su cuerpo. Deja agradable sabor en su boca, igual que los últimos besos de Tony, relaja la tensión en sus hombros y se hunde un poco más en el sofá.

- Lo amas, ¿cierto?.- hace la pregunta que ha temido hacer por meses, pero que conoce la respuesta.

Es el turno de Steve de tomarse su tiempo. Fuma y mezcla el sabor con el vino. Mira al techo y parece buscar una respuesta, solo pierde el tiempo, porque Peter ya lo sabe, lo siente y lo está viendo.

- Yo...- comienza y termina. Peter cierra sus ojos y se da cuenta que tener la certeza sobre algo no es tan duro como recibir la confirmación sobre lo mismo.- Peter, yo te amo a ti.

- No.- dice con lentitud.- O puede que sí, pero no como lo amas a él.

No hay necesidad de mencionar su nombre. La pesadez con la que el rubio traga, el agua en su mirada, su gesto de angustia, todo grita James.

- No sé que pasó.- Peter cierra sus ojos una vez más.- Pero es tan terco, habla hasta por los codos, se come todo y siempre quiere corregir la letra de las canciones.

Hay brillo en la mirada de Steve cuando habla de él. Y Peter se da cuenta que es la manifestación del amor que existe en el alma, porque los ojos son el reflejo del alma y en su mirada esta James.

- Quiero que seas feliz.- comienza.- Y quiero el divorcio.

Steve suelta una risa nasal, se gira con lentitud y no hay más sonrisa. Su semblante se vuelve sombrío.

- ¿Steve?

Una historia sin final. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora