Fuimos un cuento que leeré mil veces. VII

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Es fácil aprender todos los modales y etiquetas que se exigen para cada importantisimo evento que su esposo y él deben asistir.

En un año parece que nació ahí, sabe cómo sentarse, cómo hablar, cuándo reír y sobre todo, besar a su esposo cuando una cámara se les acerca. Entendió que la imagen que Steve debe mantener debe ser la mejor de todas, ya que muchos de sus negocios están ligados a la realeza británica, así que deben ser perfectas ante la atenta mirada del público.

Esa mañana cumplía un año y tres meses de haber enlazado su vida con el perfecto británico, y no se arrepentía de su decisión. Tenía al mejor esposo del mundo, tenía una nueva mejor amiga y un extraño amigo llamado Loki, que le coqueteaba sin descaro en frente de Thor, el esposo de su amigo.

- No le hagas caso, él no es normal.- le dijo Steve.- Solo síguele el juego, ya se cansará.

Pero Loki no se cansa, le perseguí y se burla de él cuando el tema del sexo es tocado y sus mejillas se tornan dos perfectas manzanas.

- ¿Por qué te avergüenzas?.- le dice durante el almuerzo de un domingo.- No creo que seas virgen con tremendo monumento al arte como esposo.

- Porque es algo que no debo hablar contigo.- le dice.- Yo no ando preguntando de tu vida con Thor.

- ¿Quieres que te cuente?.- la travesura esta en sus ojos.- Te diré que ese rubio, es un bruto, la otra noche pensé que iba a morir, el mejor orgasmo de mi vida.

Peter agacha su rostro completamente avergonzado. Busca a Steve y su esposo sale a su rescate.

- Ya déjalo, Loki.- dice serio.- No todos somos unos ninfomanas.

- ¡Solo tengo duda!.- se defiende.- Sino me cuentan, lo averiguaré.

Steve niega divertido y le saca del comedor, Peter se siente más como el cachorrito que el millonario debe cuidar a todas horas, salvándole del acoso de Loki o de las preguntas indecorosas de la prensa.

- Ve a descansar, iremos a dar una vuelta con Thor.- Steve le ha dejado en su habitación, prende el televisor y se marcha.

Peter piensa que tal vez, solo tal vez, debería seguir las sucias recomendaciones de Loki. Es que ese delgado diablo siempre le habla al oído y le pregunta qué tan grande la tiene Steve, que sin duda deberá ser un semental y qué, por Merlín, le cuente algo.

Pero ha pasado más de un año y Steve, si bien le besa y abraza, no avanza más. Y Peter tampoco lo pide, ha sabido arreglárselas con su mano y su buena imaginación, pero Loki ha logrado crear la duda en su cerebro y cada vez que tiene la oportunidad le crea la imagen mental del rubio sudado y jadeando.

Una historia sin final. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora