Una historia sin final. [STARKER]

Visión.

- ¿Cómo que trabajar?.- Steve detiene el tenedor que se dirigía a su boca.- ¿Te hace falta algo?

- No Steve, solo-

- ¿Quieres más carros? ¿Quieres que te compré una casa?.- el rubio usa la servilleta de tela.- No entiendo, ¿quieres más ropa?

- Quiero que te calles.- lo pensó demasiado alto.- Escúchame, ¿si?

- Bien.- esta molesto, oh sí, su sereno esposo esta molesto.

- Es obvio que estaremos mucho más tiempo del planeado. Tengo que salir de aquí o me volveré loco.- puede ver como Steve hace un gesto de lado.- No puedo estar más tiempo encerrado.

- Puedes ir y venir a donde quieras, te encierras porque quieres.- refuta su esposo.- Llevas semanas sin salir. Incluso te falta color.

- ¡No tengo a donde ir!.- de hecho sí, pero con salir se arriesga a muchísimas cosas y no tiene cabeza para lidiar con eso.- Parezco estúpido dando vueltas en la playa.

- ¿Y de qué quieres trabajar? No hay una sola empresa que pueda darte un sueldo competitivo a tu intelecto.- dinero, el señor Rogers siempre piensa en dinero.- Gastarías tu sueldo en gasolina.

- No es por el dinero. Lo sabes.- empuja el plato que contiene más de la mitad de su desayuno.- Quiero tener en algo que pensar.

O en algo más en que pensar, porque lo que domina su mente ahora es el hecho que debe dormir todas las noches con su infiel esposo y evitar a toda costa toparse con Stark. Esa era su más importante prioridad, esconderse de Tony.

No acostumbra a actuar tan cobardemente, pero esta vez hace la excepción, han pasado dos semanas desde la reveladora fiesta y no ha salido de su apartamento.

Aunque también resulta curioso el hecho que Tony tampoco ha hecho nada por ir y buscarle, sabiendo que vive dos pisos abajo de él. Pero sí le envía cientos de mensajes donde le exigue verle y hablar. No tiene pero nadita que hablar. Lo que hizo bajo el alcohol y el ácido no le define como persona.

También esta el hecho que no esta de acuerdo con la conclusión lógica que su brillante cerebro le ha dado: le llevaba ganas, sí señor, tenía tantas malditas ganas de tirarse ese culo que en cuánto su moral fue dormida, su deseo carnal le dobló.

Así que ideo un plan, sencillo pero muy efectivo: navegar por horas en Internet y descubrir que hay una vacante como decano en el recinto del MIT en New York, es para a la sencilla clase de Física Cuántica, donde tiene una maestría, es pan comido conseguir el empleo, pero debe, contra su voluntad, pedirle permiso a su esposo.

El recinto esta a treinta minutos de distancia y es un lugar bastante seguro, así que puede desistir de seguir teniendo niñera y librarse completamente de James. Que es una sombra cerca del elevador, esperando que salga y seguirle. Si consigue el consentimiento de Steve, se libra de dos pájaros en un solo tiro.

- Muy bien. Con una condición.- Steve se rinde después de explicarle dónde seria su nuevo empleo.- James va contigo. Lo inscribiré a tu curso.

- ¿Qué?.- de ninguna maldita manera. Sino salía también era para mandar al guardaespaldas de regreso a su casa.- ¡Es innecesario!

- Lo tomas o lo dejas.- sentencia. Steve se levanta de la mesa y deja un hipócrita beso en su cabello.- Asumo que lo tomas.

- Sí.- musita, dejar que Steve le ate de brazos esta empezando a ser molesto.- Te avisaré en cuánto tenga respuesta del MIT.

- Muy bien, ¿saldrás?.- su esposo se coloca su carisimo saco azul marino.

- No.- tal vez tome el sol en el balcón. Luego comerá y dormirá todo el maldito día.- Dile a James que se vaya.

- Esta bien, te veo más tarde.- su estómago siente ese dolorcito cuando Steve sonríe y llama a James, maldito.

[...]

Dede es quién la anuncia la desagradable noticia durante las últimas horas de la tarde, parecía imposible tener un solo día de paz y soledad. Natasha se cruza de brazos y gira el rostro, a ella tampoco le agrada la visita.

- Señorita Potts, ¿a qué se debe el honor?.- debe ser cortés.

- Aquí no es necesaria la hipocresía.- la rubia examina, es obvio que no se da cuenta que Natasha esta siendo oculta por el sofá.- Estoy aquí porque Tony me obligó.

- ¿Qué quieres?.- ella dijo que no era necesario ser amable, muy bien.- Estoy ocupado.

- Si, seguro.- sus tacones se estrellan contra el mármol, es un ruido incómodo.- Estos son tus horarios para tu nuevo trabajo, tienes una entrevista mañana a las siete y comienzas a impartir clases.

- ¿Qué?.- apenas doce horas atrás le había dicho a su esposo y hasta la estirada asistente de Stark sabía ya.

- Tony se ofreció a facilitar tu entrada al MIT, tiene muchas influencias.- explica mientras deja caer una carpeta en la mesa auxiliar.- Rogers le comento y de inmediato hizo unas llamadas.

- ¿Porqué haría eso?.- no es una pregunta dirigida a Pepper, sin embargo ella contesta.

- No tengo idea, mi deber es darte la información. Es todo.- avanza al elevador.- Supongo que siempre vas a necesitar de Tony.

- O Tony de Peter, es él quién le sigue buscando.- Natasha es de fría agresividad.- Nadie le pidió que haga nada.

- Tiene costumbre de meterse donde no le llaman.- es un comentario lleno de veneno.

- Señorita Romanoff, no la había visto.- Pepper espera que el elevador llegue, mientras trata de quitar su cara de sorpresa.

- Y como creíste que Peter estaba solo, ¿te sentiste en el derecho de atacarle?.- Peter se da cuenta que es en serio el desagrado que Natasha siente por Pepper.

- Hay cosas que no entendería.- trata de excusarse.- Pero no le debo explicaciones ni usted ni a nadie.- vuelve su carácter.- Feliz noche.

El elevador desparece a la señorita Potts, mientras Natasha gruñe y se hunde un poco más en el sofá. Peter lee el contrato que Pepper ha llevado y se sorprende de ver sus horarios y las normativas del recinto.

- ¿Debería darle las gracias?

- Estoy segura que es lo que quiere.

- No debió hacerlo, yo podía conseguirlo por mérito propio.

- Lo hace para fastidiarte.

- Él y Pepper.

- En serio la odio, a ella y sus perfectos trajes. A su fingida alta moral.

Peter deja de escuchar el enojo de Natasha, se cuestiona el actuar de Tony, como sigue quitandole su paz sin ni siquiera verle o oírle. Esta jodido.