007: La Casa del Lago.

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YoonGi


La casa estaba vacía, lo que nos tranquilizó a todos en cuanto nos volvimos a encontrar en la sala. Avisé en su momento que en el segundo piso encontramos tres habitaciones, por lo que creí que querrían arreglar inmediatamente como nos dividiríamos para pasar la noche.

Pues no fue así, pero no los culpo; exhaustos y hambrientos, cada uno se mandó por su propio camino, yo incluido. Subí a la habitación que había encontrado en su momento, parecía ser de una niña pequeña.

No de esa chica que todos habíamos oído en la grabación, pues la cama era amplia pero todo era tan de color rosado y lleno de juguetes que parecía mas de una pequeña que tuviera alrededor de cinco o seis años. Hice a un lado la cortina que daba al patio, encontrando por la vista un lago no tan grande pero quizás profundo, pues tenía una especie de puente desde la orilla hacia mas allá.

Tomé uno de los tantos peluches con forma de unicornio, recordando fugazmente su rostro y su risa cada vez que yo me colocaba las medias en las manos y teníamos nuestro show de titeres.

Como si fuera cosa del destino, volví a acomodar el peluche donde lo he encontrado solo para oir la tecla de un piano al ser presionado.

Estaba escondido entre los ellos, por lo que lo tomé. Tenía el tamaño que suele tener el teclado de una laptop, ademas de ser de juguete por lo que con cada tecla que presionaba, era un tono mas delgado al de un piano normal. Incluso emanaba distintos tonos de colores cuando lo hacia.

Y como un niño emocionado por ello, tomé asiento en el suelo y acomodé mi espalda contra el costado de la cama. Hace unos diez minutos, tal vez, estoy aquí.

Formando cortas melodías luego de conocer todos los tonos del diminuto piano, bajo los rayos del sol que entran por la ventana frente a mí, la recuerdo a ella y la forma en que tan elegantemente tocaba el piano de su habitación para toda la casa.

Oigo como algunos pasos se acercan detrás de mí, por lo que limpio la lagrima que cayó por mi mejilla antes de que esa persona llegue a mí y comience con preguntas que no tengo animos para responder.

Alzo la cabeza y encuentro a Jin de pie. Sus cabellos estan levemente húmedos y ya trae otras ropas más comodas puestas, supongo que ha tomado una ducha antes de venir hasta ésta habitación.

Nos miramos unos segundos en un ambiente algo extraño mientras busca las palabras para la oración que quiere decirme, así que vuelvo a bajar la cabeza cuando sé que estoy por sonrojarme por estar bajo sus ojos tanto tiempo.

─ ¿puedo quedarme?

Poso mis dedos sobre las teclas sin llegar a presionarlas, sino más bien dejando una caricia mientras proceso su pregunta. Asiento momentos después, a lo que él se toma su tiempo con calma para acomodarse a mi lado.

En nuestro silencio, yo sigo jugando con las teclas para no dejarnos en un ambiente incomodo. Puedo olfatear el aroma a vainilla y miel que emanaba su cabello además de toda su piel, por lo que reprimo una sonrisa para no responder la pregunta que me hará si lo nota.

Tampoco es nada demasiado grave, tan solo suele ser una mezcla de aromas que pongo por encima del resto en una preferencia superficial.

Cuando termino de tocar y espero unos cuantos segundos para que mis dedos no terminen acalambrados, su mano toma la mía.

Su tacto es tibio y suave, hasta tímido le podría decir. No me opongo a que la examine como si buscara algo, a pesar de que nuestras espaldas siguen pegadas al borde de la cama y la yema de sus propios dedos acaricia mi palma.

DISERTED » BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora