TaeHyung
Lo siguiente que encontré luego de que la puerta se abriera y yo pasara al nuevo espacio detrás de Jin hyung, con JiMin cuidandome la espalda de la chica que se presentó como Nayeon, fue un gran espacio amplio con distintos grupos de personas. Creí que voltearían a vernos una vez aparecieramos en el lugar, como la típica película y debido al trato que Mina nos hizo recibir, como si fueramos bichos raros. Sin embargo, una parte de mí seguía diciendo que eso eramos, al fin y al cabo.
Y yo me pregunto ¿realmente no somos nada más que eso, para todo el mundo?
Volviendo a lo principal, la verdad es que a nadie le interesó nuestra presencia; no los culpo, no somos nada más interesantes que dos chicos de quince años y uno de casi diesciocho, que se encontraron emboscados contra una horda de muertos vivientes y una montaña de metal oxidado. No necesitabamos que sus miradas nos recordaran lo tontos que habíamos sido.
─ ¡Kang!
Miré a Nayeon cuando esta alzó la mano, haciendo una seña a un hombre para que se acercara. Busqué con la mirada a quien llamó, escondiendome detrás de JiMin cuando este me palmeó suavemente el costado de un muslo, en mensaje de que llevara a cabo esa accion para tener cuidado. Después de todo, seguíamos estando en un lugar completamente desconocido para nosotros y todos los presentes podían simplemente estar actuando con nosotros, con el fin de ocultar sus verdaderas intenciones.
Era sumamente paranoico de nuestra parte, pero nadie tenía derecho a culparnos; nadie jamás podría ponerse en nuestro lugar y entender nuestras mentes destruidas por el temor, por el trauma. Solo nosotros podíamos saberlo, quienes habían pasado por similares infiernos.
─ Ellos son Park JiMin, Kim SeokJin y Kim TaeHyung.─ Mina le informó, señalandonos uno por uno en lo que nos miraba de reojo, antes de volverse al hombre.─ Vienen con los otros dos grupos.
El hombre frente a ambas chicas nos miró con detenimiento, con el cabello ordenado de una forma elegante, casi como si fuera a partir a una gala, constrastando fuertemente con su chaqueta militar arremangada y algo sucia. Los pantalones negros algo manchados con tierra también, unas botas marrones y un cinturon con llaves, además de un arma pequeña.
─ Entiendo que JungSoo los encontró en el dique.
Nayeon asintió en lo que nosotros permaneciamos en silencio, esperando saber que era lo que querían que hicieramos o donde debíamos meternos en ese gran lugar.
─ Se ven muy jovenes.─ Kang nos miró, encontrando mis ojos en cierto momento e intimidandome levemente al recordarme vagamente a Peach.─ Es un alivio que hayan llegado a este lugar, mi nombre es Lee KangSan, uno de los fundadores de esta resistencia que llamamos White Forest.
Nos extendió su mano, reluciendo heridas de rasguños en los nudillos y callos en la zona superior de su palma; a pesar de eso, JiMin estrechó la suya con él. La mano que no estaba herida y vendada.
─ Gracias por recibirnos.─ SeokJin habló ahora, algo tembloroso e inseguro. La sangre reluciendose en el perfil derecho de su cabeza.─ Huiamos al noroeste cuando nos encontramos con su.. montaña de autos oxidados.
─ Normalmente solía funcionar como una emboscada para esos monstruos.─ Kang explicó, pidiendo que lo siguieramos con una seña.─ Sin embargo, en algún momento las personas comenzaron a toparse con él y, nosotros no podíamos simplemente hacer ojos ciegos u oídos sordos a los gritos de agonia, de auxilio, desesperación, sangre y demás.
Mientras caminabamos, observé con detenimiento nuestro alrededor, las colchetas en el suelo cercanas a las paredes donde parecía dormir gente. Sus armas descansaban a su lado, mientras que cerca de ellos, mas personas parloteaban sin miedo, sin.. incomodidad por la situación en el exterior. Había niños, incluso, corriendo con los rostros limpios y algunas banditas en su rostro, otros completamente sanos, con ropa limpia y juguetes de trapo caseros en sus manos.
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DISERTED » BTS
HororSiete jovenes. Siete almas desiguales, quebradas, impregnadas por el dolor y que poseen grietas profundas que son dirigidas a cualquier dirección posible. Siete almas que yacen en un mismo polvoriento edificio, al cual creen poder llamar hogar. Su...