015: Heridas de Infancia

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JungKook

─ TaeHyung, detén el auto.

Inhalé, exhalé. Inhalé y, exhalé.

Sobre mis piernas sostuvé mis manos, enfocando mis ojos en la sangre que borboteaba de la herida florecida en la palma de JiMin. Como un niño pequeño, absorto y pérdido una vez más en aquél desastroso escenario de una casa que antes era pacifica y preciosa, quería esconderme hasta que todo volviera a estar bien.

─ ¡TaeHyung, maldición!

Hasta que todo volviera a la normalidad.

─ ¡Detén el puto auto!

Incluso sabiendo que, quizás, como un espejo roto o un vaso destruido en millones de partes desperdigadas por el suelo, nunca tendría oportunidad de volver a ser lo que era.

Y era mi deber adaptarme, o me consumiría hasta terminar igual.

─ ¡Kim TaeHyung!

Oí el chirrido de las llantas contra mis oídos al frenar con violencia, derrapando por la ruta polvorienta de tierra ahora convertida en lodo al haber sido azotada por la ira de la lluvia. El siseo y gimoteo de JiMin me despertó de mis pensamientos, llevandome a mirar su espalda y su nuca, con su cabeza inclinandose a su mano herida.

La sangre seguía por todos lados.

─ JungKook, n-necesito.. necesito que cierres los ojos para que pueda disparar, Kookie.

Desprevenido ante esa voz, ante el trueno que resonó fuera del auto, mi corazón estaba muerto en mi pecho. Vivo y desesperado en mi garganta, con tanto temor en mí que podría haberme bajado del auto que seguía en movimiento, con TaeHyung intentando estabilizarlo, y salir corriendo hacía los bosques lejanos que se asomaban a kilometros de donde estabamos. Porque ya no estabamos tan cerca de la ciudad, pero nos encontrabamos en el medio de la nada, casi como si no hubiera donde esconderse.

Pero tampoco había peligro del cual debíamos encontrar refugio más que la lluvia torrencial y, nosotros mismos.

─ ¡JungKook, las vendas! Mierda.

─ ¿Q-qué?

Enfadé a TaeHyung con mi tontería de distraerme, puesto que a penas el auto dejó de derrapar y mi cabeza chocó contra el vidrio de la ventanilla, despertandome completamente, él tiró su mano violentamente a tomar la mochila que antes habían lanzado hacía mí.

Podía oir la pesada respiración de JiMin por sobre la sínfonia que la lluvia provocaba chocando contra la superficie de metal, con el rechinido de su asiento cuando su espalda acabó por chocar contra el respaldo y su cabeza echarse hacía atrás también. Miré a TaeHyung retirar una botella de alcohol etilico y un paquete que debía de tener una gasa dentro, antes de dejar caer la mochila con lo demas sobre la palaca de cambios del auto apagado.

Noté rápidamente que no podría hacerlo solo, y que yo debía de actuar si no quería quedarme como peón expectante, ganandome que TaeHyung siga odiandome en silencio por ser un inadaptado que no podía siquiera ver sangre sin recordar las razones por las que fue arrastrado al infierno.

La muñeca de JiMin era suave, incluso estando cubierta por la sangre que había resbalado de su herida hacía abajo. Temblaba incluso cuando la tomé, mirandolo para pedir disculpas con mis ojos si eso le hacía daño. Él no me miraba, más concentrado en cerrar los ojos y no pensar en el dolor de su mano.

De pronto, TaeHyung ya había abierto la botella de alcohol y cuando yo empujé con delicadeza los dedos de JiMin para permitirle a la herida ser expuesta completamente, el líquido cayó en toda la herida sin cuidado, bañandola en alcohol como si de simple agua se tratara. El alarido de JiMin resonó incluso en la lejania, podía asegurarlo, por lo que sostuvé con mas fuerza su muñeca, tomandola con ambas manos esta vez.

DISERTED » BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora