Favorite Crime

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La noche del festival llegó, y a Hoku le remordía la conciencia parecía que ese festival estaba hecho solo para parejas, y para quedarse como el niño feo y extraño que solo dice cosas sin sentido, que huele a cigarro y que casualmente a todos les cae mal de la película. Mejor no. 

Lamentablemente Hoku no entraba en la definición de GUAPO ni tenía el carisma ni el dinero como para conquistar a una chica.

Y la pubertad lo hacía peor -esta maldita etapa que te lanzaba al mundo del porno y de las tallas grandes sin la más mínima delicadeza- al menos para los chicos. Sí, era una mierda, pero le daba gracias a la santa empanada de que no nació mujer. 

Tiene tan alborotadas las hormonas que no puede ver pasar a una chica regularmente bonita que ya su cerebro había procesado las mejores veinte posiciones para ver sus pechos. Diablos, fue una mala idea haber convertido Ada or Ardor en una de sus obras favoritas. 

Se releía las mismas quinientas páginas cuando estaba solo, tanto que ya se la sabía de memoria, hasta podría el mismo hacer una dramatización. Y obviamente, no dudaría en elegir a Sano Manjiro como su Van Veen.

 Su mente divagaba en todos los títulos de novelas eróticas que había leído a escondidas de sus padres, hasta que un pensamiento cautivo su atención:

 Van Veen 

 Hermano 

 Sano Manjiro

 Un chico

 Mikey también es un chico.

Miraba el blanco techo de su habitación con sus pupilas dilatadas, esperando el momento preciso en el cual sintiera arcadas e ir de manera directa al baño a redimirse de los pecados. Hasta que una llamada viniendo de Hina le interrumpió. ¡Bien! Dejemos de pensar en cómo sería fajarse con mi mejor amigo. 

Sin ningún pudor. 

La chica bonita le invitó al festival, le caía bien y quería que les hiciera mal tercio a ellos dos. Hoku se negó al principio, no quería ser un estorbo, más se la pensó dos veces «limarle las uñas a mi madre para que le sea más fácil arañarle la cara a mi papá no es divertido», así que termino yendo.

Desgraciadamente le fastidiaba usar Yukata, pero tampoco iba a ir en fachas. Así que opto por una camisa holgada color blanco y mangas largas, jeans negros y sus botas militares. Estaría lejos de sus padres por un largo tiempo así que sin pensarlo se puso sus piercings. Se sentía completo ahora. 

Ya no usaba el vendaje, su herida ya estaba cicatrizada. Eso fue rápido. 

Llegó al lugar para encontrarse con las dos parejitas, Hina fue directa hacia él para abrazarlo junto con Emma y saludo a Draken para luego abrazar a Takemicchi. Empezaron a recorrer el lugar, luego solo quedaron Take, Hina y él. 

Era super incómodo por decir lo menos, no imaginaba que ser un tercio era algo tan depresivo. Decidió dejarlos solos en el tiro al blanco, sin decirles nada, camino hacia otra dirección. Quería que tuvieran su momento romántico.

¿Momento romántico? ¿Qué es eso? 

Ah Cierto, es algo que él nunca experimentó. Su vida escolar no era tan interesante y tampoco las chicas de su curso obviamente, él no tenía ganas como para convertirse en un idol coreano ni en un actor de Doramas; así que acepto que nunca estaría en las conversaciones de las estudiantes promedio.   

La gente llegaba cada vez más, Hoku caminaba entre niños, parejas y señores que no tenían nada más que hacer. Le asfixiaba el gentío, así que decidió comprar una manzana de caramelo (con el dinero que les robó a sus padres obviamente) y sentarse en una banca. 

𝙏𝙧𝙖𝙜𝙞𝙘𝙤𝙢𝙚𝙙𝙮 II Tokyo Revengers [BORRADOR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora