Venus

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Todo estaba bien, la familia Maeda estaba reunida en la cena, en el plato estaba un pedazo de pizza, compraron comida rápida otra vez, pero ese no era el caso.

Mi señora madre sonrió resaltando un hermoso hematoma de tonos morados y azules debajo del parpado, volteo a ver a mi padre, unos simétricos cortes de color rojo en su mejilla, echas por las bellísimas uñas acrílicas que mi madre traía, sí, todo estaba bien.

Desearía mil veces más estar muerto que ser parte de la incómoda escena, pero qué más da, era mucho más importante el pedazo de pan y queso que el porqué de su riña.

Después de cenar, decidió encerrarse en su cuarto como buen antisocial y ponerse los amados audífonos rojos que su padre  le había regalado para su cumpleaños. Unas buenas rolas de Hollywood Undead y un libro que le robó a su profesor de literatura era todo lo que necesitaba para evitar escuchar los gritos de sus padres, no sabía porque peleaban y no le importaba, a él y a su perro claramente.

Llegó el siguiente día, debe de ir a una reunión con los chicos en un almacén abandonado de por ahí, así que prendió un cigarrillo y se puso en marcha.

Portaba unos jeans oscuros y unos tenis blancos (ni tanto, estaban sucios así que se veían de un tono café) y su típica sukajan.

Ya estaba a unas cuantas cuadras cuando vio algo que lo hizo cagarse de miedo.

Era una puta araña.

Pero no era cualquiera, esa madre era gigantesca, empezó a retroceder lentamente mientras recitaba el padre nuestro y eso que él no creía en Dios.

—¡HEY! Hoku!! —el grito de takemicchi hizo que el chico diera un salto, volteo para percatarse de que ese animal del demonio ya no estaba, eso le dio mucho más miedo.

—Eh... Takemicchi puedes acompañarme, necesito llegar con los chicos —El chico aceptó, de todos modos necesitaba persuadir a Mikey para que no ocurriera lo de Draken. Lo que él no sabía es que hoku lo quería como sacrificio para la mascota del diablo.

Hoku al estar más tranquilo volvió a poner su cigarrillo en sus labios, ni siquiera se acordaba de él con el accidente del animal. Dio una larga calada de humo, sintió una mirada penetrante en él y era la de takemicchi.

Le miraba con una cara, como si estuviera viendo a un pederasta. —¿Qué? —Hoku le preguntó, tardó unos segundos para su respuesta —Yo no sabía que fumabas...Cómo... ¿Cómo se siente?

Hoku al conocer sus intenciones sonrió de una forma cínica «este chico es demasiado curioso para ser verdad». Estaba aburrido así que decidió divertirse un poco.

Dio otra calada para luego tomar los labios del rubio y soltar el humo en su boca, Takemicchi empezó a toser, Hoku se empezó a burlar de él, su cara estaba roja no sabía si era por el humo o por la vergüenza.

«Ni siquiera con Hina he llegado a tanto, maldito cabrón»

—Toma —El chico de melena azabache le ofreció el cigarro que estaba fumando, Hanagaki tardó un poco en decidir, le agarró miedo al fumar desde que les enseñaron los videos del gobierno que hacían para las campañas en la escuela.

Gracias a Dios llegaron al lugar así que Takemicchi se alivió de tener que volverse un adicto.

Entraron al almacén, Hoku saludo a todos aun con el cigarro en la boca, de por sí Draken se disgustó porque Takemicchi llegó a interrumpir ahora estaba más enojado, no le gustaba para nada que hoku fumara.

—Qué tal si detenemos la pelea con Moebius? —todos le miraron raro, ¿porqué tendrían que hacer eso? —No puedo decir quién, pero esta pelea está siendo manipulada por alguien.

𝙏𝙧𝙖𝙜𝙞𝙘𝙤𝙢𝙚𝙙𝙮 II Tokyo Revengers [BORRADOR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora