El peso de la corona [✔️]

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Capilla de San George, Londres, Nueva Inglaterra
17 de Junio, 2021

La gente estaba emocionada. Todo el mundo estaba expectante, esperando a que la novia llegará finalmente a la iglesia donde se llevaría a cabo el matrimonio del Rey Louis con Lady Daphne Loughty.

Si bien aún había gente no creía totalmente los despiadados crímenes que había hecho Irene de Bristol, nadie podía negar que el ambiente era muy diferente que el de aquel once octubre de 2019; a diferencia de ese día, Louis ahora sonreía ampliamente. No había persona que estuviera viendo ese momento que no sintiera la profunda felicidad en la que el Rey estaba sumergido. Finalmente la mujer a la que más amaba se convertiría en su esposa.

Katherine, Charlotte, Athenea y Victorie estaban sentados en la primera banca, sonrientes como nadie, rebosantes de alegría. Estaban tan felices por Louis y Daphne. Ellos sabían muy bien todo lo que tuvieron que pasar para estar juntos.

Louis estaba parado en el altar, vestido con un bonito traje, que a pesar de ser militar, le gustaba bastante, impaciente porque Daphne llegará finalmente a la iglesia.

El lugar estaba lleno de rosas blancas, y también de girasoles, pues estos eran los favoritos de la novia, un detalle sorpresa por parte del Rey. Todos los invitados estaban ahí, vestidos con trajes caros y vestidos de fiesta; no habían invitado a tanta gente como era habitual.

Y entonces los gritos de alabanza venidos desde afuera del edificio se hicieron presentes, dando a entender que finalmente Daphne había llegado. El coro comenzó con sus mágicos cantos y la orquesta dio lugar a la música.

Louis tragó saliva con nerviosismo; sí, estaba muy feliz, pero también muy nervioso. Su pulso iba a mil por hora. Afuera, Daphne se había tomado un momento para saludar a la gente con la mano; ella era así, le gustaba estar cerca de aquellos que la admiraban, de hecho, había respondido a mano cada una de las tarjetas que le llegaban dando buenos deseos para su boda.

La castaña entro a la iglesia del brazo Matthew; era algo inusual que alguien tan joven llevará a la novia de camino al altar, pero las opciones para quien podía hacer ese trabajo eran limitadas, y Daphne realmente quería mucho a su amigo, y le hacía gran ilusión que fuera él quien hiciera esa parte de la ceremonia. Era cierto que Daphne había soñado que si algún día llegaba a casarse fuera su padre James quien la entregará en la capilla, o al menos su hermanito Pete, y aunque las circunstancias no lo hicieron físicamente posible, ella sabía que ellos, y su mamá, Lavander y el pequeño Alex, estaban ahí, acompañándola.

Louis creyó que se le había paralizado el corazón al verla. Se sintió el hombre más dichoso en el mundo. ¿Realmente esa mujer tan perfecta ahora sería su esposa? ¡Qué afortunado era!

Daphne vestía un gigantesco vestido blanco de estilo princesa con mucho tul con pequeños brillos, las mangas eran cortas y tapaban levemente sus hombros. Tenía incrustaciones de piedras preciosas en el escote en forma de corazón. Llevaba una tiara de diamantes y zafiros, dada personalmente por Lady Katherine, y unos aretes con las mismas piedras preciosas. El velo de encaje le tapaba el rostro, pero se podía divisar su radiante sonrisa bajo este.

Todas las miradas cayeron en ellas. Cómo diría Louis, no existían palabras suficientes en el mundo para describir cuan hermosa se veía Daphne ese día.

La novia cargaba con un gigantesco ramo de flores, diseñado personalmente por ella: llevaba peonías rosas para la buena suerte, rosas rojas para la pasión y el respeto, rosas amarillas para la amistad, rosas blancas para que fuera una unión duradera, tulipanes para un amor perfecto, margaritas grandes de color blanco para olvidar el pasado, gardenias para la alegría, iris para buenos tiempos, hiedra para la fidelidad y camelia roja para amor eterno. Los organizadores del evento dijeron que no debía llevar tanta variedad de flores, pero a ella no le importó en lo absoluto. Eligió cada una recordando los consejos de su madre, quien era una experta en las flores.