Capítulo XII -Vida dolorosa

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Narra Itachi

Después de haber pasado la tarde conversando, observamos las estrellas desde aquel bote y regresamos a casa.
Yo tenía la vista puesta en el firmamento mientras ella caminaba a mi lado, en ese momento recordé a mi hermano pequeño.

¿Qué estarás haciendo Sasuke?

¿Estás bien?

Suspiré y desvié la mirada a su rostro. Tenía un lindo perfil, además de labios pequeños.

No recordaba la última vez que había sonreído antes de conocerla, pero cuando estaba con ella, ni siquiera me daba cuenta cuando mis labios se curvaban en una sonrisa.

Incluso me encontré bromeando un par de veces a su lado.

Y ella ni siquiera parecía darse cuenta de lo que causaba.

Tenía pensado quedarme en la aldea de las aguas termales hasta que se me asignara una nueva misión en Akatsuki, pero ella había hecho difícil mantener ese objetivo.

No quería dejarla sola, era muy inocente y sentía la necesidad de estar ahí para protegerla. Sin embargo temía que mi compañía la dañara.

Ella era todo lo contrario a mí, era alegre, curiosa, ocurrente y divertida, tenía muchos sueños y metas, tenía una familia y un lugar a dónde volver.

Yo en cambio estaba solo, no tenía a nadie a mi lado, y el pasado que cargaba sobre mis hombros era difícil de soportar.

Sólo tenía un destino y era la muerte, el pago por todo lo que hice.
No tenía razón alguna para seguir vivo más que esperar a que mi hermano se hiciera fuerte. Después de eso, todo habría terminado.

Hasta hace poco, contaba los días que pasaban esperando a que llegase el día en que por fin muriera por sus manos.

Mi objetivo de pequeño había sido convertirme en el hokage de la aldea, al hombre más fuerte del país del fuego. Así, tendría el poder de ponerle fin a las guerras.

Pero ese sueño fue interrumpido desde que mi clan comenzó a planear el golpe de estado.

Con trece años fui colocado en la posición más dolorosa en la que un shinobi podía hallarse.

¿Mi aldea o mi clan?

Constantemente me debatía donde estaba mi lealtad.

¿Con mi clan o con mi nación?

¿Debía priorizar mis lazos sanguíneos o mi labor como shinobi?

¿Era más importante mi afecto hacia los míos o mi deber como ninja?

Sabía que lo primero era asegurar la paz de la aldea.

Así que tomé una decisión.

Asesiné a los de mi sangre sabiendo que tenía que cargar con sus fantasmas y con el odio de mi hermano por el resto de mi vida.

Shisui, no pude proteger el honor del clan de la manera que tú querías.

Eventualmente deserté de La hoja, y la aldea para la que alguna vez fui un orgullo, me aborreció enteramente.

Ahora era un despreciable traidor, la peor de las deshonras para un shinobi.
Y me volví una completa infamia como el futuro y prometedor heredero del clan Uchiha.

Mi vida había estado llena de sangre, dolor y vergüenza.

Pero si tan solo no hubiera pasado por todo eso, si hubiera podido tener una vida normal, si tan sólo hubiera podido vivir en un mundo pacifico...

Habría querido, en mi deseo más egoísta, tener una pequeña casa en la aldea, un lugar donde los árboles emanaran frescura y proporcionaran sombra en el verano, y donde los rayos del sol entraran por las ventanas en la mañana. Un lugar donde hubiese olor a dulces recién preparados, y donde los pajarillos canturrearan al salir el sol.

Tal vez hubiese querido amar a una mujer. Tener hijos, quererlos como mi madre me quiso y tratarlos como mi padre no me trató.

Voy A Salvarte [Itachi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora