Capítulo I -Encuentro

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"I love you more than yesterday but less than tomorrow".
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Había llegado por primera vez al país de las aguas termales, me sentía como toda una artista apasionada, la aprendiz de Da Vinci, la inspiración de Van Gogh, o tal vez solo una aventurera loca.

A la verdad pensaba que la palabra "aventurera" me quedaba muy grande.

Pero como en toda gran historia, hubo cierto incidente que disipó toda esa chispa de emoción y alegría que cargaba en un principio. Fue un sentimiento agridulce a decir verdad, pues nunca imaginé que mi viaje en busca de exploración y aventuras, se tornara color rojo...

Rojo sangre.

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Llevaba meses esperando con fervor la llegada de las vacaciones. Y ahora que me había graduado de la preparatoria, a finales de abril, me decidí a disfrutar las vacaciones por primera vez en mi vida, lejos de casa.

De vuelta en la tierra donde nací.

Recuerdo las interminables vacaciones anteriores en las que ahorraba, estudiaba y trabajaba lo más que podía, hasta el punto de quedar exhausta. De esa manera logré ahorrar suficiente dinero para partir y cuando una beca me abrió las puertas para una visita al extranjero, lo ví como la mejor de las oportunidades, por lo que no dudé ni un segundo en salir corriendo de mi pueblito en América Latina.

Hacía tan solo una semana desde que había partido de la casa de mis padres.
"Haz lo que quieras, diecisiete años ya es edad suficiente para irte, ya he tenido suficiente con todo esto".
Esas fueron las agrias palabras de mi madre quien acababa de tener una acalorada discusión con mi padre.

Ese día al dejar la casa de mi infancia, sentí una extraña sensación al mirar hacia atrás por última vez.

Ahora la comprendo mejor, "plenitud."

Desde entonces no he echado de menos ese lugar.

"Voy hacer las cosas bien," me dije decidida cuando subí al tren de la estación.

Así que ahí estaba, sola en un mundo completamente desconocido... Pero estaba tan emocionada.
Nunca había sentido tal libertad en mi vida, quería explorar esos lugares tanto como pudiera, tenía tales ganas de vivir que podría llorar de la emoción, me sentía como un pajarillo recién salido de su jaula.

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Un par de semanas después.

Era una mañana de primavera, terminé de alistar mi pequeño equipaje y salí del hotel con un solo propósito, plasmar algo decente en mi nuevo libreto de bocetos.

Había seguido mi rutina mañanera, enlisté y empaqué en mi mochila todo lo esencial para un "día de exploración" y entonces partí.

El sol brillaba en la aldea de Yugakure, los niños se encaminaban a la academia, algunas mujeres sacaban sus cestos de ropa para lavar y los vendedores comenzaban sus jornadas diarias.

Luego de cruzar varios callejones, me destiné a caminar hacia las afueras de la aldea de las aguas termales. Necesitaba más inspiración que ver a aldeanos caminantes comenzar sus días laboriosos bajo el sol.

Debía encontrar algo tan bueno como para ponerlo en mi portada.

Sin mucho reparo y en busca del verdor de la naturaleza, terminé dirigiéndome hacia el bosque, un lugar fresco y apacible por el día, aunque frío y peligroso al caer la noche.

Saqué el mapa doblado a un costado de mi mochila y me cercioré de mi ubicación, pues no podía perderme en un lugar tan grande y espeso como el bosque que separaba la aldea de las aguas termales y la de la hoja.

Voy A Salvarte [Itachi y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora