Capítulo XIX

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Mi garganta me dolía de tanto que tosía. También el hecho de haber perdido justo contra el jefe final del videojuego que me presto Kim y también por empapar la pantalla. Por un momento pensé que moriría cuando escuche esas palabras salir de los labios de Marinette. Creí que era un sueño, pero... el dolor de mi garganta era demasiado real y me confirmaba que estaba despierto.

Cuando deje de toser la mire incrédulo, sin comprender la razón de que se encontrara en mi habitación y por qué me pidió algo así. Era irreal e imposible que yo... le enseñara algo como eso. Después de todo ¿no es algo que aprendes con tu pareja?, entonces ¿Por qué diantres Marinette estaba parada frente mío, preguntándome algo así?

—¿Qué-Que te enseñe...? ¿Que? —no podía terminar esa frase. Menos viniendo de ella, teniéndola frente a mí con ese típico camisón de pijama corto que dejaba poco a la imaginación.

Ella se agacho rápidamente, caminando en cuatro hacia mí. Yo retrocedí por inercia, sintiendo miedo de Marinette y de sus repentinas acciones. Mi espalda choco contra la pared junto a mi cama, debido a que me gustaba jugar en el piso de mi habitación. No perdí detalle de su figura, mientras se acercaba a mi como una bestia asechando a su presa.

Está muy cerca...

—Quiero que me enseñes a besar —estaba muy cerca, tanto que podía sentir su calor tocando mi figura. Parpadeé varias veces nerviosos y no pude evitar dirigir mi mirada a sus dulces y delicados labios, los cuales eran la representación de unos deliciosos dulces que estaba desesperado por volver a probar.

Sin embargo, mi mirada bajo a otro lugar. La posición de Marinette no era la adecuada para usar un camisón, ya que me dejaba ver perfectamente cada detalle de la separación de sus pechos. Se venían redondos y suaves, y estaba seguro de que al tocarlos se debían sentir una sensación gratificantemente suave.

Deja de mirar... deja de mirar... deja de mirar... deja de... ¡Ah, carajo!

—¿Por qué quieres que te enseñe? —pregunte, tratando de sonar sereno y no demostrar lo jodido que estaba de miedo y nervioso... ¡Me va a dar un infarto por esta chica! —. ¿Estas bien de la cabeza?

—No, por eso vengo aquí —se sentó sobre sus piernas, pero sin crear más distancia entre nosotros—. Tu me metiste en este lio... ¡Tú me sacas!

—¿Pero que coño tiene que ver eso con que te enseñe a... a...? —no podía decir la palabra "besar", me estoy volviendo bastante patético... ¿tengo tres años o qué? —. No puedo hacerlo.

—¿Ah? ¿Cómo que no puedes? —su tono de incrédula era notorio—. Te has follado a casi todo el instituto y ¿no puedes enseñarme lo que es un jodido beso? ¡Mentiroso!

—Que me haya follado, según tú, a casi todo el instituto no me da la razón suficiente para enseñarle a mi hermana a besar —explique—. Y para que sepas, no me he follado a casi todo el instituto —tuve que corregir su información errónea—. Solo a unas cuantas —dije orgulloso, ya que no era tan playboy como ella pensaba.

Unis par le coeur ||Adrinette +18||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora