Nos dicen de pequeños que los lazos mas fuertes son los que tienes con tu familia, pero ¿Qué sucedería si ese lazo es lo que mas deseas destruir?
Adrien era un chico que paso la adolescencia deseando algo que se le era prohibido, mientras que Marine...
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Soir
Debo decir que contarles esa pequeña mentirilla blanca a nuestros padres no fue tan difícil como creí. Gracias a la ayuda de Luka, nuestra ida de "campamento", junto a él y unos amigos tanto míos y de Marinette fueron la perfecta excusa para que mamá no notara nuestra ausencia. Aunque, a decir verdad, mi padre no estaba muy de acuerdo, ya que le preocupaba que Marinette pasara un malo por los conflictos que había tenido anteriormente conmigo. Perdí la esperanza por un instante, hasta que Luka se le ocurrió hablar.
—No se preocupe, papá Tom —levanto su pulgar en afirmación, tomando a Marinette de los hombros para abrazarla cariñosamente, demasiado para mi gusto—. Yo protegeré a mi pequeña princesa del neandertal de aquí al lado.
Iba a contradecir y pedirle exclusivamente a mi amigo que no me tratara como una bestia frente a mi padre, mi imagen seria dañada, más de lo que ya lo estaba. ¡Pero!, ¡mi amado y odioso amigo!, sin decir alguna jodida palabra, llevo sus labios a la mejilla de Marinette, sorprendiéndonos a los tres que estábamos en la habitación. Marinette estaba roja, mi padre por poco no se cae de la silla donde archivaba las finanzas de la pastelería, y ¿yo?
Por poco lo dejo sin próxima generación en cuanto salimos de la habitación. En cuanto cerré esa puta puerta tras de mi y saqué mi culo enojado del campo de visión de mi padre, estuve a punto de saltarle a la yugular a este hijo del rábano, pero Marinette me abrazo para evitar la tercera guerra mundial.
—¿Que~?, debía hacerlo creíble, ¿no? —hijo de puta, lo estaba disfrutando. Marinette me tenía agarrado de los brazos para no partirle la cara a este aprovechado—. Ahora podrán ir a follar con el permiso de papá Tom, mamá Sabine y su bello hermano mayor postizo Luka Couffaine~.
Marinette y yo miramos con pánico a todos lados, buscando si nuestros padres se encontraban cerca para oír a este boca suelta. Por suerte nuestra, no había moros en la costa y debíamos seguir aguantando la risita burlona de este imbécil. Marinette estaba completamente sonrojada y yo también, pero esto era de enojo y ganas de asesinarlo por como disfrutaba todo esto. Hay ocasiones donde me pregunto si fue buena idea ser sincero con él y ser su centro de burla, aunque sin Luka no hubiéramos tenido el permiso de nuestros padres para escaparnos este fin de semana. Luego de aquello, Luka se fue a casa repitiéndome insistentemente "usa gorrito", "cuidadito con las piernas de la princesita", "las poses eróticas tal vez no sean buenas para una velada especial", "saborea su...", y muchos consejos más. Tengo perfectamente todo planeado, así que Luka puedes irte a la mierda por dos días.
