Al terminar de recorrer por un rato el centro comercial, Sam pasó a dejar a todos a sus casas.
Al llegar a la suya, recordó que esa ya no era su dirección. Se sintió triste al recordar cómo los de Cobra Kai destruían todos los muebles por los que su padre había luchado en tener.
Por suerte, tenían otra casa y se mudaron lo más rápido que pudieron, por lo que se dirigió a esta y al entrar, miró como estaba su madre en la sala y su papá en la cocina balbuceando algo sobre macarrones y queso...
─ Llegué─ avisó llamando la atención de sus padres.
─ Oh Sam, ¿cómo te fue?─ preguntó su papá saliendo de la cocina para mirarla.
─ No creerás lo que sucedió─ añadió con emoción y Amanda se acercó también para saludar.
─ ¿Qué pasó?, cariño─ cuestionó confundida y la menor respiró profundo antes de contestar.
─ Me encontré a Robby, tuve una charla con él algo sentimental y... ¡creo que volverá a Miyagi Do!─ confesó mirando a ambos mayores, que al principio sintieron pánico, pero al final se pusieron felices.
─ No te hizo daño, ¿cierto?─ preguntó Daniel con sospecha y preocupación.
─ No pa, nada de eso─ no le diría del beso... ¡Era su papá!, y aun que la hubiera descubierto con Miguel, ese tema era vergonzoso.
─ ¿Segura?─ preguntó sugerente y Sam negó con una sonrisa nerviosa─ está bien, confío en ti... ¿tienes hambre?, hice macarrones con queso─ habló alegre y Sam sonrió demasiado.
─ ¡Es el mejor día!, primero lo de la kata, después lo de las llaves, lo de Robby y ¡¿ahora esto?! ¡¿Qué más podría querer en este planeta?!─ preguntó con emoción y ambos mayores recordaron lo del auto del rubio.
─ Y ¿Cómo fue lo de las llaves?─ preguntó Amanda con intriga mientras Daniel iba a servir su cena.
─ No le digas a papá, pero al principio fue algo conflictivo el asunto─ respondió en un susurro y Amanda frunció el ceño─ al final todo salió bien, es buena persona, después de todo─ admitió con gracia y la mayor se tranquilizó un poco.
─ ¡ya está listo!─ gritó Daniel poniendo los platos en la mesa y las dos mujeres se acercaron para comer.
─ ¿y Anthony?─ preguntó Sam y justamente su hermano salió del baño.
Se acercó a ellos y le dio un puño a su hermana como saludo.
─ ¿Ya pasaste Resident Evil Eight?─ preguntó la castaña y el menor asintió.
─ Fue más fácil de lo que pensé, por suerte los tontos de Cobra Kai no entraron a mi habitación en la anterior casa, habrían destrozado todos mis videojuegos ─ comentó tomando asiento en su lugar de la mesa y agarrando su tenedor para comer.
─ ¿Qué dijimos sobre eso?─ preguntó Amanda disgustada por el comentario de su hijo.
─ Mamá, sabes que tengo razón, el viejo tiene la culpa de todo, antes no me importaba, ¡pero por dios!, ¡destrozaron nuestra casa!─ dijo con molestia y Daniel intervino.
─ Hijo, en la vida hay personas malas, pero no por eso la venganza es la solución, por suerte, esta casa la compramos por emergencia─ comentó mirando a Anthony y el menor suspiró sin más que decir.
─ ¿Sabes?, creo que quiero hacerlo─ comentó el menor confundiendo a los otros tres─ quiero practicar karate, hay un tonto niño en mi escuela que me molesta y por suerte, sé algunas cosas que me enseñó Sam, pero realmente quiero aprender─ Daniel al escuchar eso, quiso pararse y gritar victoria por que su hijo quería aprender ese arte, pero se relajó y le dio su mejor sonrisa.
─ Bueno, mañana puedes ir al entrenamiento, mientras los demás hacen lo que tú ya hiciste, yo puedo enseñarte algunas tácticas de patada y defensa con los brazos─ el menor asintió sin mirar a su padre y Sam sonrió por su hermano.
(...)
Miguel llegó al conjunto de departamentos y al entrar al suyo casi se le salen los ojos de lo mucho que los abrió.
─ ¿Mamá?, ¿qué hace él aquí?─ preguntó mirando a su rival, quien lo miraba con sorpresa.
─ ¡Hola Miguel!, ¿cómo te fue?─ preguntó Carmen con amabilidad fingida, mientras que Miguel había entendido a la perfección la indirecta.
"No seas Grosero".
─ Hola Ma, Sensei... Robert─ el último lo dijo con desinterés y se sentó frente a él─ ¿a qué se debe esta... agradable visita?─ le preguntó a su madre confundido y Carmen le dio una mirada a Robby para que le dijera.
─ Vine a pedir disculpas, por lo de las escaleras... realmente no era mi intención hacerlo, fue por la adrenalina del momento, pero en realidad, el Señor LaRusso no nos enseña eso en el dojo─ se levantó de su asiento y se acercó a Miguel, quien yacía petrificado hasta que lo tuvo de frente.
Se puso de pie igualmente y extendió su mano para darle a entender al rubio que estaba de acuerdo.
Pero el otro chico lo jaló en un abrazo antes de susurrarle algo en el oído a Diaz.
─ Pero lo de Sam jamás te lo perdonaré, esto es una guerra por Sam y por Miyagi Do, ¿bueno?─ se separó con una sonrisa fingida y Miguel frunció el ceño con una sonrisa de burla.
─ Eso ya lo veremos─ susurró de vuelta y le dio una sonrisa falsa igual de hipócrita que el otro.
Carmen le sirvió de comer a su hijo y este se sentó al igual que Robby, mientras que los adultos platicaban un rato sobra cualquier cosa.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧 𝐈𝐧𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 (Lawrusso/Robbiguel/Hawktri/Lanichols)(AU)
Science-FictionDonde Kreese hace algo que sus alumnos no pueden creer. O dónde Daniel y Johnny llevan a los chicos a entrenar a Judge CR Magney. ¿Qué podría salir mal? (En Corrección)