Volveré A Ti ||Apolo; Fanfic||

CAPITULO 10

Ya habían pasado 4 días desde esa noche con Apolo. 4 dias de diversión, Gregory, Luis, Marco y Sammy estaban siempre en casa, y además, mi relación con Ares había mejorado un montón. Y Apolo como siempre siendo mitad Hufflepuff mitad Slytherin.

Aunque en realidad no habíamos pasado mucho tiempo juntos, la escuela era algo estricta y solían dejar bastantes trabajos, no tenía tiempo ni para pensar en sexo.

Ares estaba en la escuela, Artemis en el trabajo, Apolo también estaba en la escuela, Claudia en la universidad y yo estaba en casa, no había ido a clases, estaba sola.

Los días anteriores habían sido muy estresante y cansados, cuando me acostaba junto a Apolo me quedaba dormida al instante.

Desde que me había llegado a la casa de los Hidalgo, me encantaba estar con las camisas de Apolo, eran cómodas y olían a el, hasta sentía que me daban la misma calidez que el.

Estaba sentada en el escritorio terminando de hacer unos cuantos trabajos, encima del escritorio habían varios libros, pero resulto ser que uno de ellos me llamó la atención. Eran mis libros, los de 50 sombras.

Tome el libro en mis manos, el libro tenía varias etiquetas pequeñas que marcaban las páginas. Abrí el libro extrañada y vi que tenía subrayado algunas frases y partes.

Leí todas y cada una de las partes con intriga, todas y cada una de ellas eran partes muy sexuales y abiertamente explícitas, sentía mis mejillas enrojecerse al pensar como se sentiría si Apolo me hiciera todas esas cosas.

Estaba sumergida en el libro, mis piernas estaban cruzadas y apretadas, esa posición causaba cierto placer.

Al escuchar la puerta del cuarto abrirse cerré el libro y lo lancé lejos de mi.

Apolo estaba de pie en la entrada observandome extrañado, le di una sonrisita y el se hecho a reír. Había llegó mucho más temprano de lo normal.

El libro se había quedado en el suelo, Apolo se acercó y lo levantó—¿Leyendo cochinadas?

—No solo estaba leyendolas, también estaba imaginandolas.

Apolo me dio una sonrisa torcida y camino hasta mi, yo seguía sentada en la silla.

—¿Quieres practicar alguna, cielo?— Le sonreí de la misma forma y me levanté de la silla, pasé mis mano alrededor de su cuello y lo besé, Apolo puso sus manos en mi cintura.

Nos acercamos a la cama y nos dejamos caer sobre ella, Apolo quedo encima de mi. Seguimos basándonos tiernamente.

Me separé de él mirando fijamente sus hermosos ojos hipnotizantes, sonreí mordiendo un poco mi labio inferior.

—¿Sabes? Creo que ya no quiero ser monja— Apolo se quedó descolocado, pero después de unos segundos pareció entender mi indirecta.

En menos de 5 segundos nuestro beso había paso de ser un beso tierno y romántico a ser uno salvaje y torpemente delicioso.

Sus labios se mueven a la perfección junto a los míos, como si estuvieran hechos para mi, mi respiración se vuelve más pesada.

Mi corazón empezó a latir con rapidez, se sentía la adrenalina, el cuerpo de Apolo sobre el mío me hacía sentir dominada, me hacia sentir sumisa, pero eso me encantaba, ser de el y solo de el era a lo que yo prosperaba.

Solté varios gemidos silenciosos que se quedaron atrapados en sus labios, su lengua invadía mi boca incitandome a derretirme en su beso.

Apolo pegó su cuerpo contra el mío, gemi con fuerza al sentir lo duro que estaba.